El “beso mortal”, 50% de los adultos en Tarija lo sufre
Besos los hay de todo tipo pero son pocos los que pueden ser mortales. Uno de ellos viene de la vinchuca, que también posee el nombre popular de “insecto besador” en muchos países. Pero en sí su beso, que dura un aproximado de quince minutos, no causará daño sino las heces que deposita...



Besos los hay de todo tipo pero son pocos los que pueden ser mortales. Uno de ellos viene de la vinchuca, que también posee el nombre popular de “insecto besador” en muchos países. Pero en sí su beso, que dura un aproximado de quince minutos, no causará daño sino las heces que deposita en ese momento sobre la piel. Éstas pueden contener el vector del parásito Trypanosoma Cruzi que produce la enfermedad de Chagas.
A Agustina Centeno le detectaron este mal recién a sus 70 años. Para ese entonces la enfermedad ya había hecho estragos con su aparato digestivo. Le había afectado el colon y esto a menudo le producía fuertes estreñimientos y dolor de estómago.
La primera vez que la internaron le avisaron que debían operarla. Su intestino no funcionaba de manera regular y corría el riesgo de necrosarse. Agustina se asustó demasiado y recordó que su padre había fallecido por el mismo problema. Así que cuando era la tercera mañana de su internación, se sentó en la cama del hospital, llamó a su hijo mayor y con la voz temblorosa le dijo “No me voy a morir aquí, me voy a casa”.
Rápidamente tomó su pequeño bolsón, se enfundó en su vieja falda gris y abrazada de un pequeño termo que le había regalado su hija, esperó el primer descuido del personal de salud y sin dudar se fue.
El que un adulto se entere tan tarde de la presencia del vector en su organismo es algo muy común en Tarija y lo es más cuando se trata de un departamento endémico, que ha luchado más de una década contra este silencioso mal.
La persistente huella del Chagas en Tarija
De acuerdo a la Historia del Chagas en Bolivia -redactada por la Universidad Mayor de San Andrés- Bolivia es el país con mayor incidencia del mal de Chagas en el mundo. Esto debido a que la vinchuca se encuentra en aproximadamente el 60% del territorio boliviano, y en particular en Chuquisaca, Santa Cruz, Tarija y Cochabamba.
La lucha contra este mal, a través del Programa Nacional de Chagas, comenzó por los años 90 en todo el país, pero fue en 1916 cuando se realizaron las primeras investigaciones relacionadas con la enfermedad, confirmando la presencia de Trypanozoma cruzi en vinchucas examinadas en la provincia Modesto Omiste- Potosí, donde en el año 1943 se diagnosticó el primer caso en humanos.
En cuanto a Tarija, Eduardo Rueda, responsable del programa departamental de Chagas del Servicio Departamental de Salud (Sedes), reveló que fue en los años 1992-1993 cuando se efectuó un estudio en diez comunidades del municipio de Padcaya. Los resultados reflejaron que la infección en niños de 1 a 5 años era de 43%, una cifra alarmante.
Hoy aunque los índices tanto de infestación (viviendas con vinchucas) como infectación (personas que poseen el vector) han reducido debido a las acciones del Programa Nacional de Chagas, la huella permanece. Según Rueda, el 50% de los adultos en Tarija está infectado y vive con el vector y en el Gran Chaco la cifra sube, pues el 60% de los adultos posee el mal.
Añadido a esto 10 de 11 municipios poseen el vector, por lo tanto son considerados endémicos, sin embargo unos tienen mayor infestación (más cantidad de vinchucas) en las viviendas que otros.
Los municipios en el Gran Chaco con mayor infestación son Caraparí, Yacuiba, Villa Montes y Entre Ríos, en el Valle Central están Cercado, San Lorenzo, Padcaya, Uriondo, El Puente y Yunchará.
Más aún, Rueda aclara que en estos tiempos la infestación se encuentra por debajo del 3%, por lo tanto la presencia de la vinchuca no tiene la misma proporción que hace diez años cuando la infestación superaba el 50%.
“Hemos avanzado mucho pero nos falta mucho por hacer. En este momento los municipios de mayor problema están en el Chaco, Yacuiba, por lo que el programa ha destinado mayores acciones en esa zona”, detalla.
La difícil tarea de vivir con Chagas
Pueden pasar muchos años, antes de que se evidencien los estragos que ocasionan los parásitos que se alojan dentro de las fibras musculares del corazón, del sistema digestivo o el sistema nervioso periférico. Antes que suceda esto muy pocas personas se dan cuenta que llevan el vector.
En Tarija se sabe que el 50% de los adultos está infectado porque fueron ellos quienes se apersonaron para hacerse los exámenes. Según el responsable del programa en Tarija para iniciar un tratamiento hay muchos requisitos y son escasas las personas que los cumplen, por lo tanto no se tratan y la enfermedad agrava.
De acuerdo a nuestro entrevistado, el Chagas daña el intestino grueso y el corazón. En el caso del intestino afecta al sistema autónomo nervioso del músculo, por lo tanto el intestino se dilata no tiene la fuerza necesaria para contraerse y hacer progresar el alimento y los desechos. Esto provoca estreñimiento, oclusiones intestinales, entre otros.
Y si el daño es al corazón puede ocasionar alteraciones del sistema de conducción del corazón. Los latidos disminuyen y el corazón se dilata. Se hace grande, pierde la fuerza para contraer y hacer circular la sangre. En este caso, según Rueda, al paciente se le hinchan los pies, tiene agitación, cansancio, palpitaciones y le falta el aire.
Con frecuencia estas complicaciones requieren de cirugía, un marcapasos o trasplante de órgano, y si la enfermedad está muy avanzada, el paciente puede morir. Un 13% de los pacientes que están infectados por Chagas cardiológico en Tarija fallece.
Agustina nunca relacionó los síntomas como el estreñimiento y el fuerte dolor de estómago con el mal de Chagas, no hasta que la internaron por primera vez y le detectaron la enfermedad. Tras que se escapara del hospital decidió hacer dieta líquida y basó su alimentación en sopas, jugos y algunas verduras de fácil digestión.
Esto le duró un año y, pasados esos 365 días, el dolor de estómago regresó, la internaron por segunda vez y le detectaron necrosis del colon. Aunque durante dos días los galenos no se convencían de operarla debido a su avanzada edad, no hubo otra opción y a pesar de que ella se oponía la intervinieron.
Tras la operación la derivaron a terapia intensiva y luego de dos largos días, interminables para su familia, ella despertó. Pasada una semana la sacaron de terapia intensiva a la sala de internación de cirugía mujeres. No comió en dos semanas y cuando apenas toleró la sopa le dieron de alta.
Hoy ha pasado más de un mes desde su operación y Agustina Centeno se encuentra en su casa, postrada en su cama y sin poder caminar. La enfermedad silenciosa, el no haberse dado cuenta a tiempo y su avanzada edad le están cobrando factura.
El tratamiento a tiempo
Claudia Durán sospechaba que estaba infectada porque su madre tenía el parásito, sin embargo no quería saber de exámenes médicos. Le llevó más de un año superar sus temores y hacerse la prueba.
Explica que ella no sabía que el Chagas era mortal por lo que pensó que era mejor no saber si estaba infectada. Sin embargo, un día se armó de valor y fue a un centro de salud. Le hicieron dos exámenes, la prueba Hai y la prueba de Elisa, ambas dieron positivo.
Tras varias evaluaciones médicas determinaron que no tenía afectaciones a sus órganos, por lo que Claudia se encuentra en tratamiento y asegura que el nivel del vector está controlado en su cuerpo.
En lo que va del año 2018, en todo el departamento 400 adultos han sido identificados con este mal. Para iniciar un tratamiento de acuerdo a Rueda hay muchos requisitos, uno de ellos es realizarse una serie de pruebas, otro es que la persona debe vivir en una zona donde no haya el vector y el tercero es que todos sus órganos deben funcionar de forma normal. Aclara que el tratamiento no tiene el mismo resultado en un niño, joven o en un adulto.
En el grupo etario de recién nacidos a un año la posibilidad de curación es del 100%, en un grupo etario de 1 a 15 años el porcentaje de curación es del 75% y en los adultos depende de cómo se encuentre la enfermedad, si ya hay daños a los órganos la curación es mucho más difícil. En ese caso el medicamento sólo detiene el mal pero no cura, los daños son irreversibles.
Actualmente sólo existen dos fármacos para tratar el parásito, estos son benznidazole y nifurtimox, en Bolivia se emplea el primero. En el caso de los adultos el tratamiento dura dos meses y en el caso de recién nacidos un mes.
Más aún, los fármacos pueden producir fuertes efectos secundarios. El benznidazole puede causar dermatitis alérgica, neuropatía periférica, anorexia, pérdida de peso e insomnio. Mientras que nifurtimox también puede causar anorexia, pérdida de peso, vómitos, dolor de cabeza, mareos, vértigo y polineuropatías.
El 30% de los pacientes en Tarija tiene reacciones adversas. Según explica Rueda el tratamiento es gratuito debido a que se enmarca en el Programa Nacional de Chagas que proporciona el remedio.
“Lo que hacemos como programa es prestar todo el apoyo técnico, asesoramiento, proporcionar los medicamentos, los instrumentos de control para el tratamiento porque el medicamento tiene efectos adversos algunos médicos tienen cierto temor”, concluye.
Cuidado con el Chagas congénito
De acuerdo a datos del Ministerio de Salud en Tarija, 40 de cada 100 mujeres embarazadas podría estar infectada por este mal. Según Rueda de todos los niños que nacen al año un 3% tiene Chagas congénito, sin embargo aclara que no toda madre positiva de Chagas lo transmite al recién nacido.
Al respecto el Ministerio de Salud, a través del Programa Nacional de Chagas, capacitó a médicos Mi Salud y Safci para la atención integral de Chagas congénito y crónico.
Toda mujer embarazada debe hacerse la prueba serológica de Chagas para evitar la transmisión de la enfermedad de madre a hijo. En caso de ser positivo el diagnóstico, es obligación del personal de salud hacer la prueba respectiva al niño o niña.
[caption id="attachment_50724" align="alignnone" width="1920"] Fuente: Organización Mundial de la Salud[/caption]
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A Agustina Centeno le detectaron este mal recién a sus 70 años. Para ese entonces la enfermedad ya había hecho estragos con su aparato digestivo. Le había afectado el colon y esto a menudo le producía fuertes estreñimientos y dolor de estómago.
La primera vez que la internaron le avisaron que debían operarla. Su intestino no funcionaba de manera regular y corría el riesgo de necrosarse. Agustina se asustó demasiado y recordó que su padre había fallecido por el mismo problema. Así que cuando era la tercera mañana de su internación, se sentó en la cama del hospital, llamó a su hijo mayor y con la voz temblorosa le dijo “No me voy a morir aquí, me voy a casa”.
Rápidamente tomó su pequeño bolsón, se enfundó en su vieja falda gris y abrazada de un pequeño termo que le había regalado su hija, esperó el primer descuido del personal de salud y sin dudar se fue.
El que un adulto se entere tan tarde de la presencia del vector en su organismo es algo muy común en Tarija y lo es más cuando se trata de un departamento endémico, que ha luchado más de una década contra este silencioso mal.
La persistente huella del Chagas en Tarija
De acuerdo a la Historia del Chagas en Bolivia -redactada por la Universidad Mayor de San Andrés- Bolivia es el país con mayor incidencia del mal de Chagas en el mundo. Esto debido a que la vinchuca se encuentra en aproximadamente el 60% del territorio boliviano, y en particular en Chuquisaca, Santa Cruz, Tarija y Cochabamba.
La lucha contra este mal, a través del Programa Nacional de Chagas, comenzó por los años 90 en todo el país, pero fue en 1916 cuando se realizaron las primeras investigaciones relacionadas con la enfermedad, confirmando la presencia de Trypanozoma cruzi en vinchucas examinadas en la provincia Modesto Omiste- Potosí, donde en el año 1943 se diagnosticó el primer caso en humanos.
En cuanto a Tarija, Eduardo Rueda, responsable del programa departamental de Chagas del Servicio Departamental de Salud (Sedes), reveló que fue en los años 1992-1993 cuando se efectuó un estudio en diez comunidades del municipio de Padcaya. Los resultados reflejaron que la infección en niños de 1 a 5 años era de 43%, una cifra alarmante.
Hoy aunque los índices tanto de infestación (viviendas con vinchucas) como infectación (personas que poseen el vector) han reducido debido a las acciones del Programa Nacional de Chagas, la huella permanece. Según Rueda, el 50% de los adultos en Tarija está infectado y vive con el vector y en el Gran Chaco la cifra sube, pues el 60% de los adultos posee el mal.
Añadido a esto 10 de 11 municipios poseen el vector, por lo tanto son considerados endémicos, sin embargo unos tienen mayor infestación (más cantidad de vinchucas) en las viviendas que otros.
Los municipios en el Gran Chaco con mayor infestación son Caraparí, Yacuiba, Villa Montes y Entre Ríos, en el Valle Central están Cercado, San Lorenzo, Padcaya, Uriondo, El Puente y Yunchará.
Más aún, Rueda aclara que en estos tiempos la infestación se encuentra por debajo del 3%, por lo tanto la presencia de la vinchuca no tiene la misma proporción que hace diez años cuando la infestación superaba el 50%.
“Hemos avanzado mucho pero nos falta mucho por hacer. En este momento los municipios de mayor problema están en el Chaco, Yacuiba, por lo que el programa ha destinado mayores acciones en esa zona”, detalla.
La difícil tarea de vivir con Chagas
Pueden pasar muchos años, antes de que se evidencien los estragos que ocasionan los parásitos que se alojan dentro de las fibras musculares del corazón, del sistema digestivo o el sistema nervioso periférico. Antes que suceda esto muy pocas personas se dan cuenta que llevan el vector.
En Tarija se sabe que el 50% de los adultos está infectado porque fueron ellos quienes se apersonaron para hacerse los exámenes. Según el responsable del programa en Tarija para iniciar un tratamiento hay muchos requisitos y son escasas las personas que los cumplen, por lo tanto no se tratan y la enfermedad agrava.
De acuerdo a nuestro entrevistado, el Chagas daña el intestino grueso y el corazón. En el caso del intestino afecta al sistema autónomo nervioso del músculo, por lo tanto el intestino se dilata no tiene la fuerza necesaria para contraerse y hacer progresar el alimento y los desechos. Esto provoca estreñimiento, oclusiones intestinales, entre otros.
Y si el daño es al corazón puede ocasionar alteraciones del sistema de conducción del corazón. Los latidos disminuyen y el corazón se dilata. Se hace grande, pierde la fuerza para contraer y hacer circular la sangre. En este caso, según Rueda, al paciente se le hinchan los pies, tiene agitación, cansancio, palpitaciones y le falta el aire.
Con frecuencia estas complicaciones requieren de cirugía, un marcapasos o trasplante de órgano, y si la enfermedad está muy avanzada, el paciente puede morir. Un 13% de los pacientes que están infectados por Chagas cardiológico en Tarija fallece.
Agustina nunca relacionó los síntomas como el estreñimiento y el fuerte dolor de estómago con el mal de Chagas, no hasta que la internaron por primera vez y le detectaron la enfermedad. Tras que se escapara del hospital decidió hacer dieta líquida y basó su alimentación en sopas, jugos y algunas verduras de fácil digestión.
Esto le duró un año y, pasados esos 365 días, el dolor de estómago regresó, la internaron por segunda vez y le detectaron necrosis del colon. Aunque durante dos días los galenos no se convencían de operarla debido a su avanzada edad, no hubo otra opción y a pesar de que ella se oponía la intervinieron.
Tras la operación la derivaron a terapia intensiva y luego de dos largos días, interminables para su familia, ella despertó. Pasada una semana la sacaron de terapia intensiva a la sala de internación de cirugía mujeres. No comió en dos semanas y cuando apenas toleró la sopa le dieron de alta.
Hoy ha pasado más de un mes desde su operación y Agustina Centeno se encuentra en su casa, postrada en su cama y sin poder caminar. La enfermedad silenciosa, el no haberse dado cuenta a tiempo y su avanzada edad le están cobrando factura.
El tratamiento a tiempo
Claudia Durán sospechaba que estaba infectada porque su madre tenía el parásito, sin embargo no quería saber de exámenes médicos. Le llevó más de un año superar sus temores y hacerse la prueba.
Explica que ella no sabía que el Chagas era mortal por lo que pensó que era mejor no saber si estaba infectada. Sin embargo, un día se armó de valor y fue a un centro de salud. Le hicieron dos exámenes, la prueba Hai y la prueba de Elisa, ambas dieron positivo.
Tras varias evaluaciones médicas determinaron que no tenía afectaciones a sus órganos, por lo que Claudia se encuentra en tratamiento y asegura que el nivel del vector está controlado en su cuerpo.
En lo que va del año 2018, en todo el departamento 400 adultos han sido identificados con este mal. Para iniciar un tratamiento de acuerdo a Rueda hay muchos requisitos, uno de ellos es realizarse una serie de pruebas, otro es que la persona debe vivir en una zona donde no haya el vector y el tercero es que todos sus órganos deben funcionar de forma normal. Aclara que el tratamiento no tiene el mismo resultado en un niño, joven o en un adulto.
En el grupo etario de recién nacidos a un año la posibilidad de curación es del 100%, en un grupo etario de 1 a 15 años el porcentaje de curación es del 75% y en los adultos depende de cómo se encuentre la enfermedad, si ya hay daños a los órganos la curación es mucho más difícil. En ese caso el medicamento sólo detiene el mal pero no cura, los daños son irreversibles.
Actualmente sólo existen dos fármacos para tratar el parásito, estos son benznidazole y nifurtimox, en Bolivia se emplea el primero. En el caso de los adultos el tratamiento dura dos meses y en el caso de recién nacidos un mes.
Más aún, los fármacos pueden producir fuertes efectos secundarios. El benznidazole puede causar dermatitis alérgica, neuropatía periférica, anorexia, pérdida de peso e insomnio. Mientras que nifurtimox también puede causar anorexia, pérdida de peso, vómitos, dolor de cabeza, mareos, vértigo y polineuropatías.
El 30% de los pacientes en Tarija tiene reacciones adversas. Según explica Rueda el tratamiento es gratuito debido a que se enmarca en el Programa Nacional de Chagas que proporciona el remedio.
“Lo que hacemos como programa es prestar todo el apoyo técnico, asesoramiento, proporcionar los medicamentos, los instrumentos de control para el tratamiento porque el medicamento tiene efectos adversos algunos médicos tienen cierto temor”, concluye.
Cuidado con el Chagas congénito
De acuerdo a datos del Ministerio de Salud en Tarija, 40 de cada 100 mujeres embarazadas podría estar infectada por este mal. Según Rueda de todos los niños que nacen al año un 3% tiene Chagas congénito, sin embargo aclara que no toda madre positiva de Chagas lo transmite al recién nacido.
Al respecto el Ministerio de Salud, a través del Programa Nacional de Chagas, capacitó a médicos Mi Salud y Safci para la atención integral de Chagas congénito y crónico.
Toda mujer embarazada debe hacerse la prueba serológica de Chagas para evitar la transmisión de la enfermedad de madre a hijo. En caso de ser positivo el diagnóstico, es obligación del personal de salud hacer la prueba respectiva al niño o niña.
[caption id="attachment_50724" align="alignnone" width="1920"] Fuente: Organización Mundial de la Salud[/caption]
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