Guido Fuentes, famoso diseñador tarijeño que triunfó en Argentina
Como encargado de un sector social de este medio de comunicación, me tocó rodearme de contactos que tienen que ver con el rubro de la moda, el modelaje, la belleza y todo lo relativo a este mundo que a veces puede llegar a ser muy difícil. Es así que un día por las redes sociales empecé a...



Como encargado de un sector social de este medio de comunicación, me tocó rodearme de contactos que tienen que ver con el rubro de la moda, el modelaje, la belleza y todo lo relativo a este mundo que a veces puede llegar a ser muy difícil. Es así que un día por las redes sociales empecé a seguir a Guido Fuentes, más conocido por su agencia llamada “Guido Models”. Con el tiempo llegó a ser mi amigo, vi su evolución y posterior éxito en Argentina, gracias a haber vencido los paradigmas, creando moda desde una de las más empobrecidas villas del vecino país.
Guido Fuentes nació en Tarija – Bolivia pero contaba con muy poco dinero y amigos, tenía recuerdos de su infancia y los lugares en los que se crió. Sin embargo, sus recuerdos se hacían más lúcidos desde su partida rumbo a la ciudad de Santa Cruz, de donde posteriormente se fue a vivir a Cochabamba rodeado de todos sus familiares.
Si bien en Bolivia poco se conoce sobre él, en resumen fue el creador de la primera agencia de modelos de la Villa 31 en Buenos Aires - Argentina, ciudad donde vivió desde los 30 años y donde también falleció por “causas naturales” en febrero del 2018, con 50 años de edad.
Sin embargo, su legado que inició el 2009 con la creación de una agencia sigue vigente, ya que instaló un precedente en el país argento al ser el primero en realizar desfiles de moda en la Villa 31, mismos que empezaron a hacerse más notorios desde el año 2013, encumbrándose su carrera con la presentación de un documental sobre su historia de vida en el año 2015, realizado por la fotógrafa Julieta Sans, quien retrató en una película las peripecias del tarijeño para llevar a cabo actividades sociales ligadas al mundo de la costura, el diseño, la peluquería y el modelaje.
El documental fue galardonado en el festival de cine más importante de Argentina denominado Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), y fue una ventana mediante la cual la compañía de Guido Models llegó a generar interés de todo el mundo, esto según comentaba el mismo Guido debido a que había logrado romper prejuicios en un país donde el modelaje abarca la élite de los círculos sociales, y excluye todo lo que tenga que ver con la pobreza que cunde en los barrios periurbanos.
Pero él veía a la villa con otros ojos, desde adentro, logrando así convertir el más simple puesto de comidas o cualquier calle precaria, en una locación para sus incontables sesiones fotográficas, haciendo a estos lugares mundialmente famosos. Por eso era una persona muy querida y respetada en su barrio (que se formó a partir de una asentamiento), y desde ahí hacia funcionar a su agencia de modelos dedicada en el último tiempo a promover desfiles solidarios y la integración entre Bolivia y Argentina, ya que como él mismo mencionaba, cuando llegó ahí era un boliviano más que tuvo que aprender a vivir con el hecho de ser un inmigrante por lo que trabajó siempre el doble.
El documental que lo llevó a la fama mundial, precisamente retrata uno de los viajes a Bolivia que Guido organizó junto a sus dos modelos más queridas, Sonia y Delia, una morena y una rubia que lo acompañaron desde las campañas más humildes, hasta el día en el que la emblemática marca Dolce & Gabanna lo contactó por Facebook para invitarlo a unirse a un desfile nada más y nada menos que en la capital mundial de la moda, Milán - Italia.
De esta manera, en uno de los viajes que realizó Guido a Bolivia en pleno “boom” de su agencia, decidió incluir en su itinerario a la ciudad de Tarija, donde él había nacido pero no había regresado desde el día que le tocó partir, alentado por el hecho de que este humilde servidor, le concedió a él y a sus modelos un modesto alojamiento.
El concepto que Guido le dio a su agencia era el de una escuela de moda que ayudaba a chicas sin recursos para que puedan salir adelante y cambiar sus vidas como modelos, por eso su casa estaba abierta para todas las mujeres y hombres jóvenes que querían seguir sus sueños y alcanzar el éxito dedicándose a aquello que les apasionaba, pero pese a esta intención Guido siempre fue muy realista al respecto de que el mundo de la moda no es nada fácil y más cuando se proviene de zonas estigmatizadas, donde armaba pasarelas juntando tarimas y las luces o el sonido se conseguían por intercambio de servicios o auspiciadores.
Antes de llegar a Tarija habíamos elaborado un programa de actividades y él había decidido que recorrería toda Bolivia para elaborar el calendario que se regalaría una vez concluido tanto en su país de origen como en Argentina, con el slogan de “Todo por la integración. No a la discriminación. Sí a la inclusión”. “Quiero mostrar a través de la moda lugares y cosas originarias de cada lugar, por ejemplo en Tarija es la uva la que los identifica”, me escribió en una oportunidad y así fue, él llegó y fui su asistente en fotografía y relacionador de medios por tres intensas semanas.
Me contó mucho sobre él, sobre lo bueno y lo malo (intentó suicidarse una vez) y sobre una modalidad de vida que según comentaba sonriente consistía en “remar, siempre remar contra la corriente y seguir los sueños”. Cuando llegó a Argentina trabajó de empleado de limpieza en la terminal de Retiro ubicada en la Villa 31, mientras que por las noches de insomnio desarrolló su talento en costura, diseño, peluquería y maquillaje. Cuando realmente le faltaba dinero, me dijo que había logrado subsistir preparando anticuchos aptos para todo bolsillo.
Por el factor económico tuvo que dividir la elaboración de las fotos para el “Calendario de la Integración” en partes, por lo que en viajes posteriores visitó más departamentos incluso la sede de Gobierno. En su último viaje a Bolivia que fue en septiembre del año 2017, Guido reveló que estaba cansado, que si bien los medios de comunicación televisivos en su mayoría, se interesaban en su historia, no conseguía auspiciadores para realizar la impresión del calendario, y pese a que había tocado puertas de empresas grandes, ninguna lo ayudaba. Incluso contó que políticos de alto nivel como la diputada Gabriela Montaño, le habían ofrecido una mano pero cuando la requirió no se la dieron, menos en Tarija, tierra en la que incluso pensaba quedarse a vivir en el futuro.
Pese a ello Guido siempre se sacudía la preocupación que se le acumulaba y retornaba a la modalidad optimista, por lo que decidió no enfocarse en las negativas y aprovechó sus viajes a Bolivia para reencontrarse con sus raíces, valorar a su familia y descansar un poco de la villa, donde aseguraba no se ve el horizonte, solamente caseríos.
A inicios del año 2018 por enero, en una carta me explicó que ya no vendría más a Bolivia por un tiempo y si alguna puerta que había tocado se abría, el relacionamiento se realizaría a distancia, por lo que se abocó a fortalecer su agencia que logró en el último tiempo contar con 20 modelos oficiales, llegando cuatro a ser elegidas para trabajar con el coreógrafo Flavio Mendoza.
Pese a estar en un lugar donde es posible encontrar todos los vicios, Guido evitaba caer en alguno de ellos, incluso prohibía el alcohol e incitaba a sus modelos a seguir el camino del bien, sin embargo sorpresivamente el miércoles 7 de febrero del año en curso, los medios argentinos e internacionales reportaban que se encontró al diseñador muerto en su casa, aparentemente por “causas naturales”.
La noticia cundió y hasta ahora sus vecinos y familiares recuerdan su obra, pese a que desde entonces nada más se supo de la agencia, ni de sus dos musas como él las llamaba, Delia y Sonia, esta última pronta a convertirse en madre por primera vez.
“Gracias mil por difundir todo esto que es mi trabajo y el amor que le pongo. Sé que trabajo sin tener ni recibir nada a cambio, pero sé que es posible hacer cumplir los sueños. Gracias mil… todo por la integración, no a la discriminación”, escribió Guido en uno de sus últimos post desde su cuenta personal, que es ahora un espacio virtual cronológico en el que se puede sondear la vida y obra de un verdadero luchador.
Las facetas y obras de Guido Models
Modelos
Cuatro jóvenes representadas por su agencia llegaron a participar en las obras de Flavio Mendoza a fines del año pasado. Además, Guido diseñaba la vestimenta que sus modelos vestían, montaba desfiles en fiestas parroquiales dentro del asentamiento e incluso llevó a sus modelos al Bolivia Moda.
Diseño
En su mochila de viaje a Bolivia, Guido traía todos los insumos de costura, además de vestidos alusivos a los colores patrios, inspirados en su país. El aguayo fue un elemento muy usado en sus creaciones, tejidos que ahora son tendencia en la moda nacional e internacional por sus raíces étnicas.
Solidaridad
Desastres naturales, pacientes con necesidad, abastecimiento a comedores populares, eran algunas de las causas que movían a Guido Models a organizar desfiles de moda para recaudar fondos económicos o materiales de ayuda. Por su fama, en el último tiempo los círculos de bolivianos en Argentina empezaron a darle relevancia en todos sus eventos.
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Guido Fuentes nació en Tarija – Bolivia pero contaba con muy poco dinero y amigos, tenía recuerdos de su infancia y los lugares en los que se crió. Sin embargo, sus recuerdos se hacían más lúcidos desde su partida rumbo a la ciudad de Santa Cruz, de donde posteriormente se fue a vivir a Cochabamba rodeado de todos sus familiares.
Si bien en Bolivia poco se conoce sobre él, en resumen fue el creador de la primera agencia de modelos de la Villa 31 en Buenos Aires - Argentina, ciudad donde vivió desde los 30 años y donde también falleció por “causas naturales” en febrero del 2018, con 50 años de edad.
Sin embargo, su legado que inició el 2009 con la creación de una agencia sigue vigente, ya que instaló un precedente en el país argento al ser el primero en realizar desfiles de moda en la Villa 31, mismos que empezaron a hacerse más notorios desde el año 2013, encumbrándose su carrera con la presentación de un documental sobre su historia de vida en el año 2015, realizado por la fotógrafa Julieta Sans, quien retrató en una película las peripecias del tarijeño para llevar a cabo actividades sociales ligadas al mundo de la costura, el diseño, la peluquería y el modelaje.
El documental fue galardonado en el festival de cine más importante de Argentina denominado Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), y fue una ventana mediante la cual la compañía de Guido Models llegó a generar interés de todo el mundo, esto según comentaba el mismo Guido debido a que había logrado romper prejuicios en un país donde el modelaje abarca la élite de los círculos sociales, y excluye todo lo que tenga que ver con la pobreza que cunde en los barrios periurbanos.
Pero él veía a la villa con otros ojos, desde adentro, logrando así convertir el más simple puesto de comidas o cualquier calle precaria, en una locación para sus incontables sesiones fotográficas, haciendo a estos lugares mundialmente famosos. Por eso era una persona muy querida y respetada en su barrio (que se formó a partir de una asentamiento), y desde ahí hacia funcionar a su agencia de modelos dedicada en el último tiempo a promover desfiles solidarios y la integración entre Bolivia y Argentina, ya que como él mismo mencionaba, cuando llegó ahí era un boliviano más que tuvo que aprender a vivir con el hecho de ser un inmigrante por lo que trabajó siempre el doble.
El documental que lo llevó a la fama mundial, precisamente retrata uno de los viajes a Bolivia que Guido organizó junto a sus dos modelos más queridas, Sonia y Delia, una morena y una rubia que lo acompañaron desde las campañas más humildes, hasta el día en el que la emblemática marca Dolce & Gabanna lo contactó por Facebook para invitarlo a unirse a un desfile nada más y nada menos que en la capital mundial de la moda, Milán - Italia.
De esta manera, en uno de los viajes que realizó Guido a Bolivia en pleno “boom” de su agencia, decidió incluir en su itinerario a la ciudad de Tarija, donde él había nacido pero no había regresado desde el día que le tocó partir, alentado por el hecho de que este humilde servidor, le concedió a él y a sus modelos un modesto alojamiento.
El concepto que Guido le dio a su agencia era el de una escuela de moda que ayudaba a chicas sin recursos para que puedan salir adelante y cambiar sus vidas como modelos, por eso su casa estaba abierta para todas las mujeres y hombres jóvenes que querían seguir sus sueños y alcanzar el éxito dedicándose a aquello que les apasionaba, pero pese a esta intención Guido siempre fue muy realista al respecto de que el mundo de la moda no es nada fácil y más cuando se proviene de zonas estigmatizadas, donde armaba pasarelas juntando tarimas y las luces o el sonido se conseguían por intercambio de servicios o auspiciadores.
Antes de llegar a Tarija habíamos elaborado un programa de actividades y él había decidido que recorrería toda Bolivia para elaborar el calendario que se regalaría una vez concluido tanto en su país de origen como en Argentina, con el slogan de “Todo por la integración. No a la discriminación. Sí a la inclusión”. “Quiero mostrar a través de la moda lugares y cosas originarias de cada lugar, por ejemplo en Tarija es la uva la que los identifica”, me escribió en una oportunidad y así fue, él llegó y fui su asistente en fotografía y relacionador de medios por tres intensas semanas.
Me contó mucho sobre él, sobre lo bueno y lo malo (intentó suicidarse una vez) y sobre una modalidad de vida que según comentaba sonriente consistía en “remar, siempre remar contra la corriente y seguir los sueños”. Cuando llegó a Argentina trabajó de empleado de limpieza en la terminal de Retiro ubicada en la Villa 31, mientras que por las noches de insomnio desarrolló su talento en costura, diseño, peluquería y maquillaje. Cuando realmente le faltaba dinero, me dijo que había logrado subsistir preparando anticuchos aptos para todo bolsillo.
Por el factor económico tuvo que dividir la elaboración de las fotos para el “Calendario de la Integración” en partes, por lo que en viajes posteriores visitó más departamentos incluso la sede de Gobierno. En su último viaje a Bolivia que fue en septiembre del año 2017, Guido reveló que estaba cansado, que si bien los medios de comunicación televisivos en su mayoría, se interesaban en su historia, no conseguía auspiciadores para realizar la impresión del calendario, y pese a que había tocado puertas de empresas grandes, ninguna lo ayudaba. Incluso contó que políticos de alto nivel como la diputada Gabriela Montaño, le habían ofrecido una mano pero cuando la requirió no se la dieron, menos en Tarija, tierra en la que incluso pensaba quedarse a vivir en el futuro.
Pese a ello Guido siempre se sacudía la preocupación que se le acumulaba y retornaba a la modalidad optimista, por lo que decidió no enfocarse en las negativas y aprovechó sus viajes a Bolivia para reencontrarse con sus raíces, valorar a su familia y descansar un poco de la villa, donde aseguraba no se ve el horizonte, solamente caseríos.
A inicios del año 2018 por enero, en una carta me explicó que ya no vendría más a Bolivia por un tiempo y si alguna puerta que había tocado se abría, el relacionamiento se realizaría a distancia, por lo que se abocó a fortalecer su agencia que logró en el último tiempo contar con 20 modelos oficiales, llegando cuatro a ser elegidas para trabajar con el coreógrafo Flavio Mendoza.
Pese a estar en un lugar donde es posible encontrar todos los vicios, Guido evitaba caer en alguno de ellos, incluso prohibía el alcohol e incitaba a sus modelos a seguir el camino del bien, sin embargo sorpresivamente el miércoles 7 de febrero del año en curso, los medios argentinos e internacionales reportaban que se encontró al diseñador muerto en su casa, aparentemente por “causas naturales”.
La noticia cundió y hasta ahora sus vecinos y familiares recuerdan su obra, pese a que desde entonces nada más se supo de la agencia, ni de sus dos musas como él las llamaba, Delia y Sonia, esta última pronta a convertirse en madre por primera vez.
“Gracias mil por difundir todo esto que es mi trabajo y el amor que le pongo. Sé que trabajo sin tener ni recibir nada a cambio, pero sé que es posible hacer cumplir los sueños. Gracias mil… todo por la integración, no a la discriminación”, escribió Guido en uno de sus últimos post desde su cuenta personal, que es ahora un espacio virtual cronológico en el que se puede sondear la vida y obra de un verdadero luchador.
Las facetas y obras de Guido Models
Modelos
Cuatro jóvenes representadas por su agencia llegaron a participar en las obras de Flavio Mendoza a fines del año pasado. Además, Guido diseñaba la vestimenta que sus modelos vestían, montaba desfiles en fiestas parroquiales dentro del asentamiento e incluso llevó a sus modelos al Bolivia Moda.
Diseño
En su mochila de viaje a Bolivia, Guido traía todos los insumos de costura, además de vestidos alusivos a los colores patrios, inspirados en su país. El aguayo fue un elemento muy usado en sus creaciones, tejidos que ahora son tendencia en la moda nacional e internacional por sus raíces étnicas.
Solidaridad
Desastres naturales, pacientes con necesidad, abastecimiento a comedores populares, eran algunas de las causas que movían a Guido Models a organizar desfiles de moda para recaudar fondos económicos o materiales de ayuda. Por su fama, en el último tiempo los círculos de bolivianos en Argentina empezaron a darle relevancia en todos sus eventos.
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