Contrato de gas con Brasil se ampliará por conciliación
El ministro de Hidrocarburos Luis Alberto Sánchez se “sinceró” en una extensa entrevista concedida al diario cruceño El Deber el pasado 6 de agosto con la que pretendió resolver las principales dudas que todavía se ciernen sobre el sector. El resultado no fue el más deseado ni por el...
El ministro de Hidrocarburos Luis Alberto Sánchez se “sinceró” en una extensa entrevista concedida al diario cruceño El Deber el pasado 6 de agosto con la que pretendió resolver las principales dudas que todavía se ciernen sobre el sector. El resultado no fue el más deseado ni por el Ministro, ni por su equipo de comunicación, ni por los analistas que esperaban mayor concreción.
El principal objeto de incertidumbre fue el anuncio realizado por el Ministro de Hidrocarburos de una “extensión” del contrato con Brasil hasta 2024 o 2025 que, técnicamente, tiene una explicación con demasiadas incógnitas. Tampoco le ha servido para despejar las dudas sobre el estado de la perforación en Boyuy, que ya ha superado sin dar resultados los 7.000 metros.
Sánchez si logró colocar sus cifras sobre contratos firmados: 4.500 millones de dólares de intención de inversión en seis contratos firmados en 2017, y augurar buenos resultados para Andina y Chaco además de esbozar los supuestos logros de YPFB con reingeniería, si bien la Corporación sigue siendo una mera administradora de contratos incapaz de hacerse cargo de la cadena d hidrocarburos.
De lo que no habló Sánchez fue ni de la perforación en Tariquía ni de los proyectos autorizados para utilizar la fractura hidráulica por parte de Cancambria Energy Corp, una empresa canadiense supuestamente especialista en el temido fracking, y que se adjudicó el área de Miraflores, entre Chuquisaca y Santa Cruz.
Extensión y pago
Sánchez, al ser consultado por la inminente finalización del contrato con Brasil, previsto para 2019, respondió que “el contrato a Brasil es básicamente de reservas. Nosotros tenemos que entregarle aproximadamente 7,2 TCF a Brasil y hasta el momento le entregamos 5,5 TCF. ¿Por qué? Porque en el tiempo Brasil nominó menos de lo que esperábamos, entonces el contrato no se termina el 2019. Seguramente el contrato, entregando los volúmenes que estamos acordando y haciendo una proyección en el tiempo acabará el 2024
aproximadamente. Nosotros debemos entregar mayor cantidad de reservas, pero ellos también tienen la obligación de recibir los volúmenes acordados. Entonces, esos contratos llevarán muchos años más entre Brasil y Argentina, pero eso no significa que nosotros no podamos visualizar con el incremento de producción y reservas nuevos contratos con Brasil. De hecho, hemos firmado con Acron, una empresa rusa que tiene plantas de petroquímica en Brasil, entonces hay oportunidades de vender gas a mejores precios”.
La modalidad del contrato “take or pay” que se aplica con Brasil efectivamente se aplica en esos términos. Existen unos rangos máximos y mínimos que Brasil debe nominar diariamente y Bolivia debe entregar. El máximo es de 30,5 millones de metros cúbicos, pero está obligado a pagar 24 millones de metros cúbicos. Al inicio del contrato Bolivia no acababa de cumplir los máximos y Brasil pagaba los mínimos, después se alcanzó y durante casi toda la gestión de Dilma Rousseff se nominaron máximos, los cuales se pagaron. Durante la gestión de Temer, se redujeron a poco más de millones de metros cúbicos, aunque se seguían pagando 24, volumen al que se ha ajustado en los últimos meses la demanda.
Tanto desde la Fundación Jubileo como desde la Fundación Milenio han pedido tiempo para recabar y ordenar toda la información y emitir un criterio sobre lo señalado por el Ministro, pues en el caso de que Brasil sí haya pagado y Bolivia no haya entregado, se remitirá gas sin ingreso previsto.
Cuadro incierto
El informe de coyuntura 389 de la Fundación Milenio, publicado con motivo de las efemérides patrias, pintó un escenario poco alentador en la materia de hidrocarburos, basándose en el informe de la calificadora Fitch (referencia habitual para el Gobierno) y los datos que exponen el estancamiento en la producción del gas, que habría mermado en un 8 por ciento desde 2014.
El informe explica el coeficiente reservas/producción, en el que detecta una tendencia decreciente respecto los primeros años de la década pasada y por otro lado, dice que datos preliminares (no oficiales)2 de las reservas al año 2017 arrojan la siguiente relación: Reservas Probadas: P1 = 7.11 TCF y Reservas probadas más Reservas Probables: P1 + P2 = 11.66.
“Es evidente que el año venidero (2019) se constituye en un momento clave para la política de hidrocarburos en Bolivia, dado que para entonces se cumplirán 20 años del contrato GSA de exportación de gas natural al Brasil. Sin embargo, eventualmente este plazo puede ampliarse, por dos principales razones: por un lado, la conciliación de volúmenes, debido a la cláusula de “take or pay”, necesitaría de uno a dos años para completarse; y por otro, tanto Bolivia como Brasil han manifestado oficialmente su intención recíproca dar continuidad futura a la compra y venta del gas boliviano, y de hecho vienen adelantando tratativas al respecto, lo que alienta la expectativa de un nuevo acuerdo comercial entre ambos países” concluye el informe.
El misterio de Boyuy vuelve a la escena
El Gobierno de Evo Morales se ha encomendado a tres grandes campos, además de ingresar en Tariquía y habilitar el fracking en Miraflores. Se trata de Boyuy, Huacareta y Azero.
El Ministro de Hidrocarburos reconoció que se han alcanzado los 7.100 metros en Boyuy, una operación llevada adelante por Repsol, sin que se haya encontrado gas, Para Sánchez fue anecdótica y volvió a pedir confianza en que será exitoso. La perforación arrancó hace más de un año atrás y desde que alcanzó los 5.000 metros se viene pidiendo paciencia y confianza en que lleguen los resultados. El retraso en Boyuy, un campo dentro del área de Caipipendi, perjudica también el avance en Boicobo, anunciado al norte del mismo bloque.
El principal objeto de incertidumbre fue el anuncio realizado por el Ministro de Hidrocarburos de una “extensión” del contrato con Brasil hasta 2024 o 2025 que, técnicamente, tiene una explicación con demasiadas incógnitas. Tampoco le ha servido para despejar las dudas sobre el estado de la perforación en Boyuy, que ya ha superado sin dar resultados los 7.000 metros.
Sánchez si logró colocar sus cifras sobre contratos firmados: 4.500 millones de dólares de intención de inversión en seis contratos firmados en 2017, y augurar buenos resultados para Andina y Chaco además de esbozar los supuestos logros de YPFB con reingeniería, si bien la Corporación sigue siendo una mera administradora de contratos incapaz de hacerse cargo de la cadena d hidrocarburos.
De lo que no habló Sánchez fue ni de la perforación en Tariquía ni de los proyectos autorizados para utilizar la fractura hidráulica por parte de Cancambria Energy Corp, una empresa canadiense supuestamente especialista en el temido fracking, y que se adjudicó el área de Miraflores, entre Chuquisaca y Santa Cruz.
Extensión y pago
Sánchez, al ser consultado por la inminente finalización del contrato con Brasil, previsto para 2019, respondió que “el contrato a Brasil es básicamente de reservas. Nosotros tenemos que entregarle aproximadamente 7,2 TCF a Brasil y hasta el momento le entregamos 5,5 TCF. ¿Por qué? Porque en el tiempo Brasil nominó menos de lo que esperábamos, entonces el contrato no se termina el 2019. Seguramente el contrato, entregando los volúmenes que estamos acordando y haciendo una proyección en el tiempo acabará el 2024
aproximadamente. Nosotros debemos entregar mayor cantidad de reservas, pero ellos también tienen la obligación de recibir los volúmenes acordados. Entonces, esos contratos llevarán muchos años más entre Brasil y Argentina, pero eso no significa que nosotros no podamos visualizar con el incremento de producción y reservas nuevos contratos con Brasil. De hecho, hemos firmado con Acron, una empresa rusa que tiene plantas de petroquímica en Brasil, entonces hay oportunidades de vender gas a mejores precios”.
La modalidad del contrato “take or pay” que se aplica con Brasil efectivamente se aplica en esos términos. Existen unos rangos máximos y mínimos que Brasil debe nominar diariamente y Bolivia debe entregar. El máximo es de 30,5 millones de metros cúbicos, pero está obligado a pagar 24 millones de metros cúbicos. Al inicio del contrato Bolivia no acababa de cumplir los máximos y Brasil pagaba los mínimos, después se alcanzó y durante casi toda la gestión de Dilma Rousseff se nominaron máximos, los cuales se pagaron. Durante la gestión de Temer, se redujeron a poco más de millones de metros cúbicos, aunque se seguían pagando 24, volumen al que se ha ajustado en los últimos meses la demanda.
Tanto desde la Fundación Jubileo como desde la Fundación Milenio han pedido tiempo para recabar y ordenar toda la información y emitir un criterio sobre lo señalado por el Ministro, pues en el caso de que Brasil sí haya pagado y Bolivia no haya entregado, se remitirá gas sin ingreso previsto.
Cuadro incierto
El informe de coyuntura 389 de la Fundación Milenio, publicado con motivo de las efemérides patrias, pintó un escenario poco alentador en la materia de hidrocarburos, basándose en el informe de la calificadora Fitch (referencia habitual para el Gobierno) y los datos que exponen el estancamiento en la producción del gas, que habría mermado en un 8 por ciento desde 2014.
El informe explica el coeficiente reservas/producción, en el que detecta una tendencia decreciente respecto los primeros años de la década pasada y por otro lado, dice que datos preliminares (no oficiales)2 de las reservas al año 2017 arrojan la siguiente relación: Reservas Probadas: P1 = 7.11 TCF y Reservas probadas más Reservas Probables: P1 + P2 = 11.66.
“Es evidente que el año venidero (2019) se constituye en un momento clave para la política de hidrocarburos en Bolivia, dado que para entonces se cumplirán 20 años del contrato GSA de exportación de gas natural al Brasil. Sin embargo, eventualmente este plazo puede ampliarse, por dos principales razones: por un lado, la conciliación de volúmenes, debido a la cláusula de “take or pay”, necesitaría de uno a dos años para completarse; y por otro, tanto Bolivia como Brasil han manifestado oficialmente su intención recíproca dar continuidad futura a la compra y venta del gas boliviano, y de hecho vienen adelantando tratativas al respecto, lo que alienta la expectativa de un nuevo acuerdo comercial entre ambos países” concluye el informe.
El misterio de Boyuy vuelve a la escena
El Gobierno de Evo Morales se ha encomendado a tres grandes campos, además de ingresar en Tariquía y habilitar el fracking en Miraflores. Se trata de Boyuy, Huacareta y Azero.
El Ministro de Hidrocarburos reconoció que se han alcanzado los 7.100 metros en Boyuy, una operación llevada adelante por Repsol, sin que se haya encontrado gas, Para Sánchez fue anecdótica y volvió a pedir confianza en que será exitoso. La perforación arrancó hace más de un año atrás y desde que alcanzó los 5.000 metros se viene pidiendo paciencia y confianza en que lleguen los resultados. El retraso en Boyuy, un campo dentro del área de Caipipendi, perjudica también el avance en Boicobo, anunciado al norte del mismo bloque.