Tarija y la fiebre de construir escuelas donde los niños “se terminaron”
La educación formal en Tarija empezó de la mano del histórico colegio San Luis, que como es de conocimiento popular, sacó bachilleres a personalidades reconocidas a nivel local y nacional, entre los que destaca el ex Presidente Víctor Paz Estenssoro. Fue a partir de ese colegio que se...



La educación formal en Tarija empezó de la mano del histórico colegio San Luis, que como es de conocimiento popular, sacó bachilleres a personalidades reconocidas a nivel local y nacional, entre los que destaca el ex Presidente Víctor Paz Estenssoro. Fue a partir de ese colegio que se generaron otros más, como: Octavio Campero Echazú, Eustaquio Méndez, José Manuel Belgrano, Lindaura Anzoátegui Campero, María Lara Justiniano, Liceo Tarija. Unos con más historia que otros, pero todos apuntalando la educación.
El crecimiento poblacional con el paso de los años obligó a la creación de más establecimientos, razón por la cual a la fecha existen 187 unidades educativas, entre el área urbana y rural. Éstos funcionan en 97 infraestructuras, ya que unas son usadas en tres turnos, tarde mañana y noche, principalmente en el área urbana, así como los que están ubicados en el casco viejo de la ciudad.
Hace seis años que se hizo la entrega de remodelaciones y ampliaciones de las infraestructuras. Se calcula que en un 90 por ciento de las unidades educativas se realizó este avance, tanto en el área urbana como en la rural.
El secretario de Desarrollo Humano de Cercado, Germán Hoyos, indicó que este municipio es el único del país que tiene la cantidad de colegios acorde al número de habitantes. Las infraestructuras están acorde a lo establecido en la Ley de Educación 070 “Avelino Siñani-Elizardo Pérez”. Los colegios secundarios cuentan con laboratorios y los de primaria con aulas TIC. ¿Pero qué tan real es esto?
La realidad en el área rural
Si bien en la ciudad todo parece marchar bien, desde el año 2016 hasta ahora hubo una gran reducción de estudiantes en el área rural. Esto debido a los constantes fenómenos naturales como riadas, lluvias y granizadas. La cantidad de estudiantes redujo en un 50%.
Esto según las autoridades de educación sucede porque las familias migran a la ciudad a buscar mejores oportunidades y condiciones de vida e incluso muchos otros viajan sin retorno a la Argentina.
De acuerdo a un estudio presentado hace un par de años por el Consejo de Población (Codepo), dependiente hoy del Ministerio de Planificación el 70 por ciento de los municipios del país es expulsor y sólo un tercio es receptor. ¿Cómo debe interpretarse esto? “Con mucha preocupación”, dijo René Pereira, responsable del Consejo de Población.
El pasado año, de acuerdo a la Dirección Departamental de Educación (DDE), dos escuelas se cerraron de manera definitiva en el área rural además de dos colegios nocturnos de la capital. Esto obedece a la baja población estudiantil, que está influenciada por el cambio climático que se acentúa en determinados lugares.
Sin embargo, a pesar del poco estudiantado se han seguido entregando unidades educativas por ejemplo en la zona alta. Esto ha generado controversia entre campesinos y lugareños, que advierten una mayor necesidad de otras inversiones que fijen población y generen puestos de trabajo sostenibles para que las familias no se vean obligadas a emigrar.
En ese sentido, el dirigente campesino, Leoncio Farfán, manifestó que la zona alta del departamento necesita el apoyo de programas de empleo para evitar la migración y no así la entrega de construcciones de unidades educativas en comunidades que no tienen un número significativo de estudiantes.
Los datos de migración en los municipios de El Puente y Yunchará han encendido las alarmas en diferentes estamentos, pues actualmente Yunchará apenas cumpliría con los requisitos para sostenerse como municipio independiente y El Puente va por el mismo camino. En reiteradas ocasiones los dirigentes campesinos y demás autoridades del norte tarijeño se pronunciaron públicamente para solicitar ayuda de las entidades estatales para frenar este fenómeno.
Argentina y la zafra en Bermejo, son los principales destinos de los migrantes. En ese sentido, tampoco existe un número alto de población de menores de edad. En muchas de las comunidades, según Basilio Ramos, asambleísta por el Movimiento Al Socialismo (MAS), no hay más de seis niños pasando clases en los establecimientos.
La migración en Tarija
La migración de los municipios de la zona alta del departamento de Tarija comenzó hace varios años y continúa en crecimiento. Según el alcalde del municipio de El Puente, Hugo Girón, el 25 por ciento de la población migra de sus comunidades a diferentes puntos dentro y fuera del país porque no logran establecer una actividad económica que pueda sustentarlos.
La mayoría se va con destino al sur, para encontrar trabajo en la zafra y después cruzan la frontera para introducirse al país vecino, casi todos ilegalmente, y encontrar trabajos con salarios por debajo del mínimo.
“El tema de la migración es bastante preocupante, la gente está empezando a marcharse porque la temporada alta de cosecha ya ha pasado y no hay los medios de subsistencia. La gente va a buscar subsistencia, se va a Potosí, a Camargo o a Argentina, para que ellos puedan vivir”, indicó Javier Chauque, dirigente de la comunidad Obispo.
Similar opinión manifiesta René Armella, de 45 años, uno de los agricultores de la comunidad de Alta Gracia. Él dice que no hay trabajo para las personas, razón por la cual muchos decidieron migrar a otros lugares.
René es productor de manzanilla y desde hace algunos años atrás empezó a considerar la idea de migrar a otro municipio para vivir. “Estoy a punto de emigrar porque no hay mucho trabajo. Yo tendría que irme a Tarija o a Argentina, no tengo familiares pero tengo que ver cómo sobrevivir, en la ciudad tendría que trabajar de comerciante”, explica.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hasta el 2014 el municipio El Puente contaba con 62 comunidades reconocidas y pertenecientes a la segunda sección municipal de la provincia Méndez. De acuerdo a sus estadísticas, allí viven 10.663 habitantes de los cuales el 87 por ciento vive en niveles de pobreza moderada e indigencia, siendo el segundo más pobre del departamento. Sólo el 1,32 por ciento de la población tiene sus necesidades básicas satisfechas.
El Puente ocupa el puesto Nº. 272 de 314 en el Índice de Desarrollo Humano de municipios de Bolivia según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con una relación de 0.466, que es considerado un nivel de desarrollo humano bajo.
Su territorio comprende tres zonas ecológicas con climas y humedad distintas: zona andina, cabeceras de valle y valles. Su producción agrícola es de subsistencia y orientada a la seguridad alimentaria de las familias. Los principales cultivos son maíz, papa, haba, cebolla, trigo, zanahoria, arveja, ajo, oca, papa liza, cebada, vid, durazno, alfa, nogal, granada, tuna y membrillo.
Sin embargo, en los últimos años la escasez de agua ha llegado a mermar los cultivos. Los comunarios piden canales de riego, pero el cambio climático ha azotado a la zona alta del departamento. Más aún aquellos que logran llevar la producción agrícola al margen de la sequía, se deberán enfrentar a otro terrible enemigo: el contrabando.
El secretario de relaciones y comunicación de la central del municipio de El Puente, Ronald Aramayo, explica que los productos de contrabando entran por los límites con el departamento de Chuquisaca además de las fronteras internacionales: papa por Perú y ajo por Argentina.
En Tarija, por ciclo, las 20 comunidades de la zona alta que siembran papa dentro de este municipio llegaron a producir alrededor de 40 a 50 mil quintales de este producto para sacar al mercado departamental, sin embargo esta cantidad de producto no abastece la demanda de la población tarijeña y los productores no se animan a sembrar más cantidad de hectáreas por la fuerte competencia del contrabando.
Los primeros esfuerzos de la educación formal
La educación inicial en Tarija se remonta en la historia del Colegio Nacional San Luis (CNSL), donde se formaron grandes personalidades, ilustres pensantes y líderes tanto departamentales como nacionales.
El Colegio Nacional San Luis funcionaba en la infraestructura de un convento de los jesuitas. Fue inaugurado el 1 de enero de 1854 con el nombre de Colegio Oficial de Ciencias, por el entonces prefecto Celedonio Ávila, quien designó como director al sacerdote franciscano Zacarías Pogolotti, según investigó el director del Archivo Histórico de Tarija, Elías Vacaflor.
En ese año arrancó su funcionamiento; sin embargo, la Resolución Suprema de creación del colegio “San Luis” se dictó tres años después. Hubo interrupciones por distintos factores. Pero fue el ilustre tarijeño Narciso Campero quien volvió abrir sus puertas en el año 1883, desde entonces se mantuvo en vigencia hasta la fecha.
Pero esta unidad educativa no fue sólo el pilar de la educación secundaria, ya que también fue de la superior, pues en sus aulas inició su funcionamiento la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho (UAJMS), un 6 de junio de 1946. El año 1952 se empezó la construcción de la infraestructura en la que actualmente funciona el colegio.
Ya en los años 1930 a 1935 había relativamente pocos establecimientos educacionales en la ciudad. Habían dos escuelas primarias de varones: Aniceto Arce y Gral. Narciso Campero y dos de mujeres: María Laura Justiniano y Santa Ana (de monjas), éstos para casi toda la población. Aparte los padres Franciscanos sostenían la Escuela Antoniana que con los años tenía mucho incremento.
Luego, en los barrios del Molino y San Roque había Escuelas Municipales (urbanas) mixtas e incompletas que funcionaban, la primera en una casa de la esquina Bolívar-Ramón Rojas frente a la cervecería y la otra en un local municipal de la calle Potosí, pero en cierta época ambas fueron suprimidas.
También existía un Jardín de Niños, el “15 de Abril” que funcionaba en la casa de la familia Rojas, esquina La Madrid y plaza Principal, donde después se construyó el actual edificio del Banco Central. El San Luis era el único plantel secundario donde se educó la mayor parte de la juventud tarijeña.
Recién al pasar la Guerra del Chaco entre los años 1935-1937 se crearon el Liceo de Señoritas y el Instituto Nocturno de Comercio, un poco antes lo había sido la Escuela Profesional.
En forma un tanto irregular funcionaba por aquellos años una escuela de Artes y Oficios, también se instaló una Escuela de Tejidos en el local municipal de la esquina de 15 de Abril-Campero; tuvo efímere duración, archivándose los costosos telares importados.
Finalmente hubo intentos para organizar una Escuela de Agricultura en el fundo fiscal “El Tejar”, para lo que se trajo maquinaria agrícola y animales de raza, pero por razones desconocidas nunca llegó a tener actividad positiva.
El crecimiento poblacional con el paso de los años obligó a la creación de más establecimientos, razón por la cual a la fecha existen 187 unidades educativas, entre el área urbana y rural. Éstos funcionan en 97 infraestructuras, ya que unas son usadas en tres turnos, tarde mañana y noche, principalmente en el área urbana, así como los que están ubicados en el casco viejo de la ciudad.
Hace seis años que se hizo la entrega de remodelaciones y ampliaciones de las infraestructuras. Se calcula que en un 90 por ciento de las unidades educativas se realizó este avance, tanto en el área urbana como en la rural.
El secretario de Desarrollo Humano de Cercado, Germán Hoyos, indicó que este municipio es el único del país que tiene la cantidad de colegios acorde al número de habitantes. Las infraestructuras están acorde a lo establecido en la Ley de Educación 070 “Avelino Siñani-Elizardo Pérez”. Los colegios secundarios cuentan con laboratorios y los de primaria con aulas TIC. ¿Pero qué tan real es esto?
La realidad en el área rural
Si bien en la ciudad todo parece marchar bien, desde el año 2016 hasta ahora hubo una gran reducción de estudiantes en el área rural. Esto debido a los constantes fenómenos naturales como riadas, lluvias y granizadas. La cantidad de estudiantes redujo en un 50%.
Esto según las autoridades de educación sucede porque las familias migran a la ciudad a buscar mejores oportunidades y condiciones de vida e incluso muchos otros viajan sin retorno a la Argentina.
De acuerdo a un estudio presentado hace un par de años por el Consejo de Población (Codepo), dependiente hoy del Ministerio de Planificación el 70 por ciento de los municipios del país es expulsor y sólo un tercio es receptor. ¿Cómo debe interpretarse esto? “Con mucha preocupación”, dijo René Pereira, responsable del Consejo de Población.
El pasado año, de acuerdo a la Dirección Departamental de Educación (DDE), dos escuelas se cerraron de manera definitiva en el área rural además de dos colegios nocturnos de la capital. Esto obedece a la baja población estudiantil, que está influenciada por el cambio climático que se acentúa en determinados lugares.
Sin embargo, a pesar del poco estudiantado se han seguido entregando unidades educativas por ejemplo en la zona alta. Esto ha generado controversia entre campesinos y lugareños, que advierten una mayor necesidad de otras inversiones que fijen población y generen puestos de trabajo sostenibles para que las familias no se vean obligadas a emigrar.
En ese sentido, el dirigente campesino, Leoncio Farfán, manifestó que la zona alta del departamento necesita el apoyo de programas de empleo para evitar la migración y no así la entrega de construcciones de unidades educativas en comunidades que no tienen un número significativo de estudiantes.
Los datos de migración en los municipios de El Puente y Yunchará han encendido las alarmas en diferentes estamentos, pues actualmente Yunchará apenas cumpliría con los requisitos para sostenerse como municipio independiente y El Puente va por el mismo camino. En reiteradas ocasiones los dirigentes campesinos y demás autoridades del norte tarijeño se pronunciaron públicamente para solicitar ayuda de las entidades estatales para frenar este fenómeno.
Argentina y la zafra en Bermejo, son los principales destinos de los migrantes. En ese sentido, tampoco existe un número alto de población de menores de edad. En muchas de las comunidades, según Basilio Ramos, asambleísta por el Movimiento Al Socialismo (MAS), no hay más de seis niños pasando clases en los establecimientos.
La migración en Tarija
La migración de los municipios de la zona alta del departamento de Tarija comenzó hace varios años y continúa en crecimiento. Según el alcalde del municipio de El Puente, Hugo Girón, el 25 por ciento de la población migra de sus comunidades a diferentes puntos dentro y fuera del país porque no logran establecer una actividad económica que pueda sustentarlos.
La mayoría se va con destino al sur, para encontrar trabajo en la zafra y después cruzan la frontera para introducirse al país vecino, casi todos ilegalmente, y encontrar trabajos con salarios por debajo del mínimo.
“El tema de la migración es bastante preocupante, la gente está empezando a marcharse porque la temporada alta de cosecha ya ha pasado y no hay los medios de subsistencia. La gente va a buscar subsistencia, se va a Potosí, a Camargo o a Argentina, para que ellos puedan vivir”, indicó Javier Chauque, dirigente de la comunidad Obispo.
Similar opinión manifiesta René Armella, de 45 años, uno de los agricultores de la comunidad de Alta Gracia. Él dice que no hay trabajo para las personas, razón por la cual muchos decidieron migrar a otros lugares.
René es productor de manzanilla y desde hace algunos años atrás empezó a considerar la idea de migrar a otro municipio para vivir. “Estoy a punto de emigrar porque no hay mucho trabajo. Yo tendría que irme a Tarija o a Argentina, no tengo familiares pero tengo que ver cómo sobrevivir, en la ciudad tendría que trabajar de comerciante”, explica.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hasta el 2014 el municipio El Puente contaba con 62 comunidades reconocidas y pertenecientes a la segunda sección municipal de la provincia Méndez. De acuerdo a sus estadísticas, allí viven 10.663 habitantes de los cuales el 87 por ciento vive en niveles de pobreza moderada e indigencia, siendo el segundo más pobre del departamento. Sólo el 1,32 por ciento de la población tiene sus necesidades básicas satisfechas.
El Puente ocupa el puesto Nº. 272 de 314 en el Índice de Desarrollo Humano de municipios de Bolivia según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con una relación de 0.466, que es considerado un nivel de desarrollo humano bajo.
Su territorio comprende tres zonas ecológicas con climas y humedad distintas: zona andina, cabeceras de valle y valles. Su producción agrícola es de subsistencia y orientada a la seguridad alimentaria de las familias. Los principales cultivos son maíz, papa, haba, cebolla, trigo, zanahoria, arveja, ajo, oca, papa liza, cebada, vid, durazno, alfa, nogal, granada, tuna y membrillo.
Sin embargo, en los últimos años la escasez de agua ha llegado a mermar los cultivos. Los comunarios piden canales de riego, pero el cambio climático ha azotado a la zona alta del departamento. Más aún aquellos que logran llevar la producción agrícola al margen de la sequía, se deberán enfrentar a otro terrible enemigo: el contrabando.
El secretario de relaciones y comunicación de la central del municipio de El Puente, Ronald Aramayo, explica que los productos de contrabando entran por los límites con el departamento de Chuquisaca además de las fronteras internacionales: papa por Perú y ajo por Argentina.
En Tarija, por ciclo, las 20 comunidades de la zona alta que siembran papa dentro de este municipio llegaron a producir alrededor de 40 a 50 mil quintales de este producto para sacar al mercado departamental, sin embargo esta cantidad de producto no abastece la demanda de la población tarijeña y los productores no se animan a sembrar más cantidad de hectáreas por la fuerte competencia del contrabando.
Los primeros esfuerzos de la educación formal
La educación inicial en Tarija se remonta en la historia del Colegio Nacional San Luis (CNSL), donde se formaron grandes personalidades, ilustres pensantes y líderes tanto departamentales como nacionales.
El Colegio Nacional San Luis funcionaba en la infraestructura de un convento de los jesuitas. Fue inaugurado el 1 de enero de 1854 con el nombre de Colegio Oficial de Ciencias, por el entonces prefecto Celedonio Ávila, quien designó como director al sacerdote franciscano Zacarías Pogolotti, según investigó el director del Archivo Histórico de Tarija, Elías Vacaflor.
En ese año arrancó su funcionamiento; sin embargo, la Resolución Suprema de creación del colegio “San Luis” se dictó tres años después. Hubo interrupciones por distintos factores. Pero fue el ilustre tarijeño Narciso Campero quien volvió abrir sus puertas en el año 1883, desde entonces se mantuvo en vigencia hasta la fecha.
Pero esta unidad educativa no fue sólo el pilar de la educación secundaria, ya que también fue de la superior, pues en sus aulas inició su funcionamiento la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho (UAJMS), un 6 de junio de 1946. El año 1952 se empezó la construcción de la infraestructura en la que actualmente funciona el colegio.
Ya en los años 1930 a 1935 había relativamente pocos establecimientos educacionales en la ciudad. Habían dos escuelas primarias de varones: Aniceto Arce y Gral. Narciso Campero y dos de mujeres: María Laura Justiniano y Santa Ana (de monjas), éstos para casi toda la población. Aparte los padres Franciscanos sostenían la Escuela Antoniana que con los años tenía mucho incremento.
Luego, en los barrios del Molino y San Roque había Escuelas Municipales (urbanas) mixtas e incompletas que funcionaban, la primera en una casa de la esquina Bolívar-Ramón Rojas frente a la cervecería y la otra en un local municipal de la calle Potosí, pero en cierta época ambas fueron suprimidas.
También existía un Jardín de Niños, el “15 de Abril” que funcionaba en la casa de la familia Rojas, esquina La Madrid y plaza Principal, donde después se construyó el actual edificio del Banco Central. El San Luis era el único plantel secundario donde se educó la mayor parte de la juventud tarijeña.
Recién al pasar la Guerra del Chaco entre los años 1935-1937 se crearon el Liceo de Señoritas y el Instituto Nocturno de Comercio, un poco antes lo había sido la Escuela Profesional.
En forma un tanto irregular funcionaba por aquellos años una escuela de Artes y Oficios, también se instaló una Escuela de Tejidos en el local municipal de la esquina de 15 de Abril-Campero; tuvo efímere duración, archivándose los costosos telares importados.
Finalmente hubo intentos para organizar una Escuela de Agricultura en el fundo fiscal “El Tejar”, para lo que se trajo maquinaria agrícola y animales de raza, pero por razones desconocidas nunca llegó a tener actividad positiva.