Los instrumentos típicos del folklore tarijeño
Los instrumentos folklóricos de Tarija están íntimamente relacionados con las festividades religiosas y populares de la región y a su vez tienen una relación estrecha con la temporada lluviosa o seca, por lo que le dan una particularidad a cada una de esas celebraciones. En Tarija, el...
Los instrumentos folklóricos de Tarija están íntimamente relacionados con las festividades religiosas y populares de la región y a su vez tienen una relación estrecha con la temporada lluviosa o seca, por lo que le dan una particularidad a cada una de esas celebraciones.
En Tarija, el erque y la camacheña, ambos acompañados de la caja y la quenilla, se ejecutan en las adoraciones y “arrurros” navideños desde finales de noviembre, el primer domingo de adviento en el calendario religioso de la Iglesia Católica y son característicos de la época de lluvia.
Según el estudioso de las tradiciones chapacas de Luis Paulino Figueroa Guerrero al violín se lo puede considerar un instrumento de transición entre la época lluviosa y la seca ya que se lo interpreta a finales de la temporada húmeda, lo que coincide con los carnavales y a veces se extiende hasta marzo. A finales de abril y principios de mayo las lluvias están ausentes y es la época que tiene vigencia la caña, el instrumento más largo del mundo. En agosto, que es temporada seca también entra en vigencia la quenilla en la festividad de San Lorenzo, ésta se ejecuta acompañando a los promesantes chunchos para luego extenderse en las festividades de Chaguaya, San Roque y otras festividades en labor paralela a la caña.
Al callarse la caña y la quenilla en las festividades de Guadalupe en Entre Ríos y Rosario en Tolomosa, se da paso a la camacheña acompañada de la caja, por lo que Figueroa toma a la primera como un instrumento de transición y de época de lluvia.
Además, en todo el departamento de Tarija ninguna reunión se puede concebir sin el acompañamiento de la guitarra, el violín y el bombo que aunque son de origen europeo están profundamente enraizados en las costumbres de nuestros pueblos y con ellos se acompañan las cuecas, bailecitos cacharpayas pasacalles y las coplas.
El Erque
Es un instrumento aerófono que deviene de la palabra quechua que significa “chillar” o “gritar”, porque el sonido se parece al llanto de un niño de 4 años, al que se lo llama “erqenchu”.
Se trata de un instrumento de viento de tipo clarinete rústico. Los artesanos, hacen siempre el pabellón con un cuerno vacuno, cuyas paredes adelgazan raspándolas con un cuchillo o un trozo de vidrio. El extremo más angosto se agujerea para introducir la boquilla o “pajuela” que es un pequeño tubo de caña de Castilla, de unos 10 centímetros de largo por uno de diámetro, con uno de los extremos cerrado por el tabique que forma el nudo, al que se le practica con un cuchillo una incisión hasta poco más de la mitad para obtener una estrecha lámina que cumple la función de lengüeta batiente. Por último suelen lustrar el pabellón con aceite y polvo de ladrillo para obtener un acabado brillante.
El “erque” se sostiene con una mano, mientras que con la otra percute la “Caja” para acompañar la “rueda” (baile mixto), de Carnaval en la área rural (andina y valles del departamento de Tarija).
La quenilla
Es una quena hecha de caña hueca, además de ser tocada en la ciudad se usa con mucha frecuencia en las poblaciones de la provincia Gran Chaco, como en palos Blancos, también en la festividad de la Virgen de Guadalupe en Entre Ríos.
Tiene vigencia durante todo el año, puede ser un instrumento solista y también de acompañamiento porque va con las procesiones de los santos, los arrurros navideños, las marchas de las imágenes religiosas de una comunidad a otra, las fiestas populares y en algunas ocasiones se emplea en los desfiles escolares de las provincias.
Está hecho de caña hueca de 15 a 20 centímetros con cinco orificios en la parte anterior y uno en la posterior, logrados con un clavo caliente con un diámetro de ocho milímetros, el extremo inferior tapado, el diámetro de la caña de dos centímetros y boquilla rectangular biselada.
La camacheña
Es el nombre que recibe la quena porque en Camacho -provincia Arce- fue el lugar en el que se popularizó. Se la usa en el valle central de Tarija, hasta Bermejo. Puede emitir seis y hasta siete tonos distintos, a diferencia de la quena andina que es pentatónica (cinco tonos).
Su tiempo de vigencia va desde la fiesta de San Roque, especialmente en el encierro, hasta la fiesta de San Andrés. Siempre va acompañada por la caja que le da el ritmo. También puede ser un instrumento solista para acompañar las procesiones de los santos, o dar alegría brillo y agilidad a la rueda chapaca.
La caña
Es un instrumento de aire hecho de caña hueca que en la festividad de San Roque alcanza su máxima expresión. En ésta los cañeros expresan su fe en un espectáculo musical coreográfico caracterizado por su esplendor y originalidad.
La caña es un instrumento largo, existen ejemplares desde 2 a 5 metros, se la interpreta dirigiendo su bocina –hecha de cuero- hacia el cielo y en la parte inferior tiene una boquilla a un costado por donde se le insufla aire y produce un sonido grave y zumbón.
Su tiempo de vigencia va desde la festividad de la Santa Cruz, el 3 de mayo, hasta la celebración de Guadalupe en Entre Ríos o la festividad de la misma virgen en Tolomosa Grande, dura unos cinco meses para luego dar paso a la camacheña.
La Caja
Es un instrumento de percusión o membranófono. Su dimensión varía entre los 9 y 15 centímetros y el diámetro entre los 30 y 40 centímetros.
El “cuerpo” o “marco” es fabricado con madera blanda de sauce, cardón o pino. Con hacha, sierra y cepillo se obtiene un delgado listón que luego de sumergido en agua se ablanda y arquea hasta obtener la forma redonda. Sus extremos son unidos con cola y clavos. Finalizado el trabajo del armado, el marco es a veces decorado con coloridos diseños.
Para los dos “parches”, se emplea la “panza’i vaca”, es decir, la membrana interna del estómago del vacuno, que una vez desprendida, se lava con agua y jabón para que se ablande y adquiera un aspecto transparente. Esta operación deberá realizarse los días martes o viernes, pues según los artesanos, sólo así se obtendrá una caja sonora.
A través de grandes puntadas de hilo, cada membrana se sujeta por el borde a un anillo confeccionado con una delgada tira de caña que recibe el nombre de “arquillo”. Cada “arquillo” se fija a uno de los bordes del “marco”, que ciñe, alternadamente, uno y otro “parche” y marcha en zig-zag hasta dar vuelta entera al “marco”. Pequeñas presillas de cuero rodean, cada una, tiene dos hilos y al desplazarlos tensionan los “arquillos” que permiten estirar los “parches”.
Suspendida de una mano a través de una manija de cuero o hilo, el ejecutante, hombre o mujer, percute el “parche” con la “wajtana” o palillo con mango de madera, que termina en una pelotita de lana forrada con tela. La “wajtana” está sujeta a la manija por medio de un hilo o cordón.
El “parche” posterior está atravesado por una cuerda de crin trenzada, denominada “chirlera”, que le da al instrumento una sonoridad singular al vibrar cuando se golpea la otra membrana.
En el “aro” realizan los artesanos un pequeño orificio que denominan “oído” por el que insuflan aire al interior del instrumento antes de utilizarlo. Así humedecen los “parches” e impiden que pueda reventar la “caja” por causa del calor y el clima seco.
La singularidad de los instrumentos
La caja
Es un membranófono tubular de doble parche y golpe directo, relativamente pequeño (entre 6 y 15 centímetros de alto y 40 de diámetro), muy liviano, pues debe portarse y ejecutarse en una sola mano.
El erque
El erque es un instrumento aerófono, de soplo labial, es decir, carece de lengüeta y de bisel o embocadura de flauta. Es técnicamente una trompeta recta travesera, pues tiene su embocadura no en la punta del instrumento, sino en un lateral.
La caña
La caña es instrumento musical muy empleado en Tarija para las fiestas religiosas como la de San Roque, su sonido es grave y está formado por 5 o más tramos largos de caña unidos en sus extremos y formando un solo tubo.
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En Tarija, el erque y la camacheña, ambos acompañados de la caja y la quenilla, se ejecutan en las adoraciones y “arrurros” navideños desde finales de noviembre, el primer domingo de adviento en el calendario religioso de la Iglesia Católica y son característicos de la época de lluvia.
Según el estudioso de las tradiciones chapacas de Luis Paulino Figueroa Guerrero al violín se lo puede considerar un instrumento de transición entre la época lluviosa y la seca ya que se lo interpreta a finales de la temporada húmeda, lo que coincide con los carnavales y a veces se extiende hasta marzo. A finales de abril y principios de mayo las lluvias están ausentes y es la época que tiene vigencia la caña, el instrumento más largo del mundo. En agosto, que es temporada seca también entra en vigencia la quenilla en la festividad de San Lorenzo, ésta se ejecuta acompañando a los promesantes chunchos para luego extenderse en las festividades de Chaguaya, San Roque y otras festividades en labor paralela a la caña.
Al callarse la caña y la quenilla en las festividades de Guadalupe en Entre Ríos y Rosario en Tolomosa, se da paso a la camacheña acompañada de la caja, por lo que Figueroa toma a la primera como un instrumento de transición y de época de lluvia.
Además, en todo el departamento de Tarija ninguna reunión se puede concebir sin el acompañamiento de la guitarra, el violín y el bombo que aunque son de origen europeo están profundamente enraizados en las costumbres de nuestros pueblos y con ellos se acompañan las cuecas, bailecitos cacharpayas pasacalles y las coplas.
El Erque
Es un instrumento aerófono que deviene de la palabra quechua que significa “chillar” o “gritar”, porque el sonido se parece al llanto de un niño de 4 años, al que se lo llama “erqenchu”.
Se trata de un instrumento de viento de tipo clarinete rústico. Los artesanos, hacen siempre el pabellón con un cuerno vacuno, cuyas paredes adelgazan raspándolas con un cuchillo o un trozo de vidrio. El extremo más angosto se agujerea para introducir la boquilla o “pajuela” que es un pequeño tubo de caña de Castilla, de unos 10 centímetros de largo por uno de diámetro, con uno de los extremos cerrado por el tabique que forma el nudo, al que se le practica con un cuchillo una incisión hasta poco más de la mitad para obtener una estrecha lámina que cumple la función de lengüeta batiente. Por último suelen lustrar el pabellón con aceite y polvo de ladrillo para obtener un acabado brillante.
El “erque” se sostiene con una mano, mientras que con la otra percute la “Caja” para acompañar la “rueda” (baile mixto), de Carnaval en la área rural (andina y valles del departamento de Tarija).
La quenilla
Es una quena hecha de caña hueca, además de ser tocada en la ciudad se usa con mucha frecuencia en las poblaciones de la provincia Gran Chaco, como en palos Blancos, también en la festividad de la Virgen de Guadalupe en Entre Ríos.
Tiene vigencia durante todo el año, puede ser un instrumento solista y también de acompañamiento porque va con las procesiones de los santos, los arrurros navideños, las marchas de las imágenes religiosas de una comunidad a otra, las fiestas populares y en algunas ocasiones se emplea en los desfiles escolares de las provincias.
Está hecho de caña hueca de 15 a 20 centímetros con cinco orificios en la parte anterior y uno en la posterior, logrados con un clavo caliente con un diámetro de ocho milímetros, el extremo inferior tapado, el diámetro de la caña de dos centímetros y boquilla rectangular biselada.
La camacheña
Es el nombre que recibe la quena porque en Camacho -provincia Arce- fue el lugar en el que se popularizó. Se la usa en el valle central de Tarija, hasta Bermejo. Puede emitir seis y hasta siete tonos distintos, a diferencia de la quena andina que es pentatónica (cinco tonos).
Su tiempo de vigencia va desde la fiesta de San Roque, especialmente en el encierro, hasta la fiesta de San Andrés. Siempre va acompañada por la caja que le da el ritmo. También puede ser un instrumento solista para acompañar las procesiones de los santos, o dar alegría brillo y agilidad a la rueda chapaca.
La caña
Es un instrumento de aire hecho de caña hueca que en la festividad de San Roque alcanza su máxima expresión. En ésta los cañeros expresan su fe en un espectáculo musical coreográfico caracterizado por su esplendor y originalidad.
La caña es un instrumento largo, existen ejemplares desde 2 a 5 metros, se la interpreta dirigiendo su bocina –hecha de cuero- hacia el cielo y en la parte inferior tiene una boquilla a un costado por donde se le insufla aire y produce un sonido grave y zumbón.
Su tiempo de vigencia va desde la festividad de la Santa Cruz, el 3 de mayo, hasta la celebración de Guadalupe en Entre Ríos o la festividad de la misma virgen en Tolomosa Grande, dura unos cinco meses para luego dar paso a la camacheña.
La Caja
Es un instrumento de percusión o membranófono. Su dimensión varía entre los 9 y 15 centímetros y el diámetro entre los 30 y 40 centímetros.
El “cuerpo” o “marco” es fabricado con madera blanda de sauce, cardón o pino. Con hacha, sierra y cepillo se obtiene un delgado listón que luego de sumergido en agua se ablanda y arquea hasta obtener la forma redonda. Sus extremos son unidos con cola y clavos. Finalizado el trabajo del armado, el marco es a veces decorado con coloridos diseños.
Para los dos “parches”, se emplea la “panza’i vaca”, es decir, la membrana interna del estómago del vacuno, que una vez desprendida, se lava con agua y jabón para que se ablande y adquiera un aspecto transparente. Esta operación deberá realizarse los días martes o viernes, pues según los artesanos, sólo así se obtendrá una caja sonora.
A través de grandes puntadas de hilo, cada membrana se sujeta por el borde a un anillo confeccionado con una delgada tira de caña que recibe el nombre de “arquillo”. Cada “arquillo” se fija a uno de los bordes del “marco”, que ciñe, alternadamente, uno y otro “parche” y marcha en zig-zag hasta dar vuelta entera al “marco”. Pequeñas presillas de cuero rodean, cada una, tiene dos hilos y al desplazarlos tensionan los “arquillos” que permiten estirar los “parches”.
Suspendida de una mano a través de una manija de cuero o hilo, el ejecutante, hombre o mujer, percute el “parche” con la “wajtana” o palillo con mango de madera, que termina en una pelotita de lana forrada con tela. La “wajtana” está sujeta a la manija por medio de un hilo o cordón.
El “parche” posterior está atravesado por una cuerda de crin trenzada, denominada “chirlera”, que le da al instrumento una sonoridad singular al vibrar cuando se golpea la otra membrana.
En el “aro” realizan los artesanos un pequeño orificio que denominan “oído” por el que insuflan aire al interior del instrumento antes de utilizarlo. Así humedecen los “parches” e impiden que pueda reventar la “caja” por causa del calor y el clima seco.
La singularidad de los instrumentos
La caja
Es un membranófono tubular de doble parche y golpe directo, relativamente pequeño (entre 6 y 15 centímetros de alto y 40 de diámetro), muy liviano, pues debe portarse y ejecutarse en una sola mano.
El erque
El erque es un instrumento aerófono, de soplo labial, es decir, carece de lengüeta y de bisel o embocadura de flauta. Es técnicamente una trompeta recta travesera, pues tiene su embocadura no en la punta del instrumento, sino en un lateral.
La caña
La caña es instrumento musical muy empleado en Tarija para las fiestas religiosas como la de San Roque, su sonido es grave y está formado por 5 o más tramos largos de caña unidos en sus extremos y formando un solo tubo.
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