Pofoma, los uniformados que vigilan los animales silvestres
Con apenas cuatro funcionarios y un vehículo, los miembros de la Policía Forestal y Preservación del Medio Ambiente (Pofoma) controlan el tráfico de fauna silvestre, deforestación y contrabando de madera en todo el departamento de Tarija y reaccionan ante cualquier denuncia que se les...



Con apenas cuatro funcionarios y un vehículo, los miembros de la Policía Forestal y Preservación del Medio Ambiente (Pofoma) controlan el tráfico de fauna silvestre, deforestación y contrabando de madera en todo el departamento de Tarija y reaccionan ante cualquier denuncia que se les presente.
El trabajo lo realizan en coordinación con la Dirección de Gestión Ambiental y Biodiversidad de la Gobernación, la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT), además del Centro de Custodia de Fauna Silvestre del Bioparque Urbano Central, contó el director departamental de Pofoma, capitán Félix Flores Fernández.
Intervenciones
La entidad está encargada de hacer cumplir la Ley 1333 de Medio Ambiente, recordó que hasta el momento sólo tuvieron dos intervenciones importantes, una que sucedió en agosto de 2017, cuando rescataron un total de 55 loros que se comercializaban en el mercado Campesino de la ciudad y posteriormente la captura de dos parabas silvestres que intentaban ser vendidas por dos hombres en el mismo sitio.
Según indica la norma, a los involucrados los presentaron al Ministerio Público y luego fueron remitidos al Tribunal Departamental de Justicia. En tanto que a las aves las llevaron al Bioparque para que sean atendidas por sus veterinarios y puestas en ambientes acondicionados para estos animales.
El uniformado explicó que su personal fue capacitado por profesionales de Dirección de Gestión Ambiental y Biodiversidad, actúan ante cualquier denuncia que se les presente, aunque el número de efectivos les sea insuficiente, también deben atender casos de deforestación y contrabando de madera en el único vehículo otorgado por el Comando Departamental de Policía.
Su base de operaciones es el puesto de control ubicado en la tranca de El Portillo, lugar donde controlan el paso de motorizados que pudieran transportar animales silvestres, también atienden denuncias sobre su tenencia, caza ilegal y deforestación.
Por su parte, el veterinario del Centro de Custodia de Fauna Silvestre, Luis Morales, explicó que coordinan acciones desde que Pofoma inició sus operaciones al ser, junto a la Dirección de Biodiversidad, la autoridad competente inmediata para realizar decomisos y otras acciones en el marco de la fauna silvestre.
“Estamos en contacto directo con ellos cuando se necesita algún tipo de apoyo, son los que nos derivan los animales rescatados del tráfico, hay estrecha coordinación con nuestra unidad”, apuntó al recordar que intervinieron de manera conjunta por primera vez en el caso de un loro hablador que era comercializado por Facebook.
Si bien la participación del Centro no es de manera directa, Morales especificó que su labor es recibir a los animales de manera temporal, aunque en la mayoría de los casos suelen quedarse definitivamente por ser peligroso para su hábitat el devolverlos. “Pueden haber contraído una enfermedad mientras estaban siendo objeto de tráfico y si se los devuelve contagiar a los que se encuentran en su lugar de origen y provocar un desastre de proporciones”, argumentó.
En el caso de los loros, ellos fueron puestos en cuarentena y actualmente se prepara una infraestructura para albergarlos en el invierno. Se instalan nidos en jaulas grandes que los ocuparan en aproximadamente dos semanas y posteriormente estarán listos para ser exhibidos al público.
La Ley dicta 2 años de cárcel para traficantes
El artículo 111 de la Ley 133 de Medio Ambiente determina que “el que incite, promueva, capture y/o comercialice el producto de la cacería, tenencia, acopio, transporte de especies animales y vegetales, o de sus derivados sin autorización o que estén declaradas en veda o reserva, poniendo en riesgo de extinción a las mismas, sufrirá la pena de privación de libertad de hasta dos años perdiendo las especies, las que serán devueltas a su hábitat natural, si fuere aconsejable, más la multa equivalente al cien por ciento del valor de estas.
El trabajo lo realizan en coordinación con la Dirección de Gestión Ambiental y Biodiversidad de la Gobernación, la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT), además del Centro de Custodia de Fauna Silvestre del Bioparque Urbano Central, contó el director departamental de Pofoma, capitán Félix Flores Fernández.
Intervenciones
La entidad está encargada de hacer cumplir la Ley 1333 de Medio Ambiente, recordó que hasta el momento sólo tuvieron dos intervenciones importantes, una que sucedió en agosto de 2017, cuando rescataron un total de 55 loros que se comercializaban en el mercado Campesino de la ciudad y posteriormente la captura de dos parabas silvestres que intentaban ser vendidas por dos hombres en el mismo sitio.
Según indica la norma, a los involucrados los presentaron al Ministerio Público y luego fueron remitidos al Tribunal Departamental de Justicia. En tanto que a las aves las llevaron al Bioparque para que sean atendidas por sus veterinarios y puestas en ambientes acondicionados para estos animales.
El uniformado explicó que su personal fue capacitado por profesionales de Dirección de Gestión Ambiental y Biodiversidad, actúan ante cualquier denuncia que se les presente, aunque el número de efectivos les sea insuficiente, también deben atender casos de deforestación y contrabando de madera en el único vehículo otorgado por el Comando Departamental de Policía.
Su base de operaciones es el puesto de control ubicado en la tranca de El Portillo, lugar donde controlan el paso de motorizados que pudieran transportar animales silvestres, también atienden denuncias sobre su tenencia, caza ilegal y deforestación.
Por su parte, el veterinario del Centro de Custodia de Fauna Silvestre, Luis Morales, explicó que coordinan acciones desde que Pofoma inició sus operaciones al ser, junto a la Dirección de Biodiversidad, la autoridad competente inmediata para realizar decomisos y otras acciones en el marco de la fauna silvestre.
“Estamos en contacto directo con ellos cuando se necesita algún tipo de apoyo, son los que nos derivan los animales rescatados del tráfico, hay estrecha coordinación con nuestra unidad”, apuntó al recordar que intervinieron de manera conjunta por primera vez en el caso de un loro hablador que era comercializado por Facebook.
Si bien la participación del Centro no es de manera directa, Morales especificó que su labor es recibir a los animales de manera temporal, aunque en la mayoría de los casos suelen quedarse definitivamente por ser peligroso para su hábitat el devolverlos. “Pueden haber contraído una enfermedad mientras estaban siendo objeto de tráfico y si se los devuelve contagiar a los que se encuentran en su lugar de origen y provocar un desastre de proporciones”, argumentó.
En el caso de los loros, ellos fueron puestos en cuarentena y actualmente se prepara una infraestructura para albergarlos en el invierno. Se instalan nidos en jaulas grandes que los ocuparan en aproximadamente dos semanas y posteriormente estarán listos para ser exhibidos al público.
La Ley dicta 2 años de cárcel para traficantes
El artículo 111 de la Ley 133 de Medio Ambiente determina que “el que incite, promueva, capture y/o comercialice el producto de la cacería, tenencia, acopio, transporte de especies animales y vegetales, o de sus derivados sin autorización o que estén declaradas en veda o reserva, poniendo en riesgo de extinción a las mismas, sufrirá la pena de privación de libertad de hasta dos años perdiendo las especies, las que serán devueltas a su hábitat natural, si fuere aconsejable, más la multa equivalente al cien por ciento del valor de estas.