Dicken Mollinedo, toda una vida explorando la tecnología
Dicken Mollinedo es una persona que dedicó toda su vida a explorar la tecnología. Hoy con 32 años se dedica a elaborar proyectos tecnológicos aplicables a soluciones de problemas reales y cotidianos. Compartimos con él un poco de su historia, sus vivencias y la visión que tiene sobre Tarija...
Dicken Mollinedo es una persona que dedicó toda su vida a explorar la tecnología. Hoy con 32 años se dedica a elaborar proyectos tecnológicos aplicables a soluciones de problemas reales y cotidianos. Compartimos con él un poco de su historia, sus vivencias y la visión que tiene sobre Tarija en el contexto de las tecnologías que hacen posible simplificar la vida de los habitantes.
Su interés por la tecnología nació en La Paz, cuando tenía 6 años y cursaba el segundo básico en la escuela. En la materia de técnica vocacional, el maestro mostró a la clase un experimento en el que con pilas y un circuito simple era posible prender un foco. Desde entonces se interesó por la electricidad, por saber qué es, cómo funciona y qué se podía hacer empleándola.
Fue tal la curiosidad que despertó en él aquella clase que Dicken ahora destaca la importancia de promover a temprana edad ramas que despierten la inventiva de los niños y los inspiren. Cuenta que a raíz de esa vivencia desarmaba las cosas en su casa y probaba cómo funcionaban, pasando así su tiempo libre y tratando de hacer experimentos con lo que tenía a mano.
Con el pasar de los años adquirió algunos conocimientos de libros que encontraba, hasta que se introdujo en la computación, siendo una de sus materias preferidas en el colegio. Un día a sus 14 años, su cuñado le obsequió su primera computadora, una Pentium II, lo que avivó su interés por continuar aprendiendo,aprovechando además que este pariente le enseñó a instalar sistemas operativos usando los denominados “disquetes”.
Movido por saber más, constantemente desarmaba y mejoraba su propia computadora con insumos que encontraba en el mercado, además realizaba trabajos similares para conocidos con lo que ganaba algunos pesos, hasta que finalmente culminó el colegio a los 16 años y se vino a vivir con toda su familia a Tarija. Aquí ingresó a la Carrera de Informática con 17 años a la Universidad Juan Misael Saracho, donde se introdujo de lleno al mundo de la programación.
Estuvo tres años en la universidad y por motivos de fuerza mayor dejó la carrera para ponerse a trabajar. Tenía 21 años y gracias a sus conocimientos logró un puesto en el Instituto de la Ceguera “Serecci 15 de Abril”, donde aprendió a enseñar computación a no videntes, labor que lo ocupó por tres años en los que compartió experiencias que le marcaron en la vida. Ahí vio cómo esas personas lograban superarse, estudiar una carrera y salir a enfrentar al mundo.
“Al principio no sabía cómo enseñar, para mí fue difícil adaptarme pero con la práctica lo logré. Usamos un programa en el que la computadora hablaba al usuario, había jóvenes, mayores, niños, adultos mayores, que venían cada uno con diferente formación pero todos tenían las ganas de aprender, de continuar. Fue un ejemplo grande, uno a veces con problemas se pone triste o se frustra, pero al trabajar con ellos los problemas de uno parecen pequeños. Trabajar con ellos me dio la perspectiva de que tenemos lo suficiente para alcanzar nuestras metas”, comenta.
A los 24 años ya había conseguido más trabajos, incursionando en la prensa primero como editor de video en el canal Gigavisión y posteriormente como reportero gráfico en el periódico El Nacional. Ya más estable en su economía, decidió profesionalizarse y entró a la Carrera de Redes y Telecomunicaciones en la Universidad Privada Domingo Savio y tras varios años se tituló como ingeniero a sus 30, lapso en el que también llegó al cargo de docente en el instituto de esa entidad.
Dicken entendió que de la teoría a la práctica hay una brecha en la tecnología que es necesario transitar, pero apuntó a adaptar sus vivencias y experiencia, a hacer que todos sus conocimientos sean aplicables a problemas reales, lo que le sirvió mucho en la elaboración de su tesis que llamó “Confort, Seguridad y Ahorro Energético Para Viviendas de No Videntes”.
Le fue bien por el hecho de que abordó un problema real para un sector que es poco atendido, y así casi por inercia surgió el proyecto de las “Casas Inteligentes y Estaciones Policiales Inteligentes”, que consistía básicamente en que la casa en situación de emergencia, en un robo o incendio, se comunicaba con la estación policial gracias a distintos sensores y cámaras instaladas. El sistema funcionó muy bien.
Logró vender esta tecnología que le ha servido para juntar recursos y emprender más proyectos en el área, mediante su empresa llamada JOM, de software y tecnologías inteligentes, con la que ahora vende sistemas de seguridad y ahorro energético para las casas; sin embargo Dicken quería que sus proyectos alcancen a más personas, por lo que presentó a las instituciones esas soluciones tecnológicas para su valoración.
Como se transportaba todos los días en micro sintió una problemática que se vive a diario, respecto al hecho de que ni los buses ni la gente respetan las paradas, generando congestión vehicular, accidentes y muertes. Nuevamente la tecnología le sirvió para atender un problema real, por lo que juntó sus conocimientos en electrónica, informática y redes, además de telecomunicaciones y diseñó un dispositivo novedoso.
“Programé un cerebro inteligente que se instala en el bus y se conecta a Internet. Tiene GPS y controla cuando el micro abre la puerta indicando si está dentro o fuera de una parada, reportando a la vez esto a una central de monitoreo. De esa manera surgió el proyecto Transporte Público Inteligente y Educador. Que es también útil para no videntes, pues tiene una voz que va relatando el trayecto en puntos especificos, y también tiene un uso para el turismo ya que según se programe puede ir anunciando lugares turísticos”, explica Dicken.
Llevó posteriormente la idea al Gobierno Municipal de Cercado que promovía una Ciudad Inteligente, sin embargo se encontró con la burocracia quedando el proyecto en statu quo por dos años. Esto no lo desanimó ya que relanzó su proyecto mejorádolo este año, el mismo fue expuesto en el Concejo Municipal, donde se logró un apoyo unánime al estar vigente la problemática del transporte en Tarija.
En la Fexpo 2018 presentó esta tecnología, tras lo cual despertó interés del sector del Autotransporte departamental. De hecho el Sindicato Luis de Fuentes, implementó su tecnología en un proyecto piloto en la “Línea E”, a modo de conocer sus posibilidades y adaptarla a las necesidades que tienen los chóferes y pasajeros en la actualidad.
Con el auge del Internet aprendió también mecatrónica de forma autodidacta para poder programar cerebros similares a los que usan los autos, conocimientos que ahora serán aplicados en la implementación de sistemas de uso doméstico que son capaces de encargarse por ejemplo del riego de plantas, o de accionar alimentadores de mascotas, todo desde un celular y sin la necesidad de que una persona esté presente.
En los próximos meses tiene planeado dar cursos de mecatrónica en la UPDS pero con un enfoque que apunte a aplicar los conocimientos y no solamente dejarlos en teoría, ya que refiere que muchos especialistas en el área terminan trabajando pero sin desarrollar todo lo que saben.
A futuro va a evolucionar y necesariamente tendrá que adecuar a la tecnología su plan de inteligencia artificial para que sus proyectos puedan tomar decisiones propias que ayuden al ser humano. Para él la evolución de una sociedad y una ciudad es posible aplicando la tecnología en semáforos hasta en basureros, todo con miras a automatizar las cosas y solucionar problemas cotidianos como ya se lo hace en otros países.
“Yo veo que en Tarija estamos atrasados en tecnología, mi próxima meta es vender mis productos a nivel nacional y seguir innovando, explorar la inteligencia artificial. Mi consejo a los jóvenes que se interesan en la tecnología es que se apasionen, ahora hay componentes electrónicos para facilitar la vida del humano accesibles económicamente, es cuestión de que investiguen y generen proyectos nuevos. Además del conocimiento lo único que necesitas es una buena computadora, una conexión a Internet y dependerá del tipo de proyectos la inversión económica”, aconseja el entrevistado.
Los proyectos del joven innovador
Despejando la mente
Una actividad a la que el entrevistado se dedica en su tiempo libre es a la música. Desde sus 15 años es guitarrista y actualmente participa en grupos vigentes de la movida musical tarijeña. Tocó en distintos grupos y actualmente también coopera en nuevos proyectos de artistas locales.
Despertando el interés
Su proyecto “Transporte Inteligente y Educador”, mereció cobertura de medios de prensa locales. Tras exponerlo en una radio local recibió llamadas de sectores como el turismo y los no videntes que se interesan en conocer cuándo se instalarán los dispositivos en el transporte.
Una ciudad inteligente
Su percepción al escuchar que se buscaba desde el Municipio hacer de Tarija una ciudad inteligente, fue que era posible crear soluciones tecnológicas para mejorar la sociedad, sin embargo hace dos años que continúa tratando de abrir un espacio para sus ideas, lidiando con la burocracia.
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Su interés por la tecnología nació en La Paz, cuando tenía 6 años y cursaba el segundo básico en la escuela. En la materia de técnica vocacional, el maestro mostró a la clase un experimento en el que con pilas y un circuito simple era posible prender un foco. Desde entonces se interesó por la electricidad, por saber qué es, cómo funciona y qué se podía hacer empleándola.
Fue tal la curiosidad que despertó en él aquella clase que Dicken ahora destaca la importancia de promover a temprana edad ramas que despierten la inventiva de los niños y los inspiren. Cuenta que a raíz de esa vivencia desarmaba las cosas en su casa y probaba cómo funcionaban, pasando así su tiempo libre y tratando de hacer experimentos con lo que tenía a mano.
Con el pasar de los años adquirió algunos conocimientos de libros que encontraba, hasta que se introdujo en la computación, siendo una de sus materias preferidas en el colegio. Un día a sus 14 años, su cuñado le obsequió su primera computadora, una Pentium II, lo que avivó su interés por continuar aprendiendo,aprovechando además que este pariente le enseñó a instalar sistemas operativos usando los denominados “disquetes”.
Movido por saber más, constantemente desarmaba y mejoraba su propia computadora con insumos que encontraba en el mercado, además realizaba trabajos similares para conocidos con lo que ganaba algunos pesos, hasta que finalmente culminó el colegio a los 16 años y se vino a vivir con toda su familia a Tarija. Aquí ingresó a la Carrera de Informática con 17 años a la Universidad Juan Misael Saracho, donde se introdujo de lleno al mundo de la programación.
Estuvo tres años en la universidad y por motivos de fuerza mayor dejó la carrera para ponerse a trabajar. Tenía 21 años y gracias a sus conocimientos logró un puesto en el Instituto de la Ceguera “Serecci 15 de Abril”, donde aprendió a enseñar computación a no videntes, labor que lo ocupó por tres años en los que compartió experiencias que le marcaron en la vida. Ahí vio cómo esas personas lograban superarse, estudiar una carrera y salir a enfrentar al mundo.
“Al principio no sabía cómo enseñar, para mí fue difícil adaptarme pero con la práctica lo logré. Usamos un programa en el que la computadora hablaba al usuario, había jóvenes, mayores, niños, adultos mayores, que venían cada uno con diferente formación pero todos tenían las ganas de aprender, de continuar. Fue un ejemplo grande, uno a veces con problemas se pone triste o se frustra, pero al trabajar con ellos los problemas de uno parecen pequeños. Trabajar con ellos me dio la perspectiva de que tenemos lo suficiente para alcanzar nuestras metas”, comenta.
A los 24 años ya había conseguido más trabajos, incursionando en la prensa primero como editor de video en el canal Gigavisión y posteriormente como reportero gráfico en el periódico El Nacional. Ya más estable en su economía, decidió profesionalizarse y entró a la Carrera de Redes y Telecomunicaciones en la Universidad Privada Domingo Savio y tras varios años se tituló como ingeniero a sus 30, lapso en el que también llegó al cargo de docente en el instituto de esa entidad.
Dicken entendió que de la teoría a la práctica hay una brecha en la tecnología que es necesario transitar, pero apuntó a adaptar sus vivencias y experiencia, a hacer que todos sus conocimientos sean aplicables a problemas reales, lo que le sirvió mucho en la elaboración de su tesis que llamó “Confort, Seguridad y Ahorro Energético Para Viviendas de No Videntes”.
Le fue bien por el hecho de que abordó un problema real para un sector que es poco atendido, y así casi por inercia surgió el proyecto de las “Casas Inteligentes y Estaciones Policiales Inteligentes”, que consistía básicamente en que la casa en situación de emergencia, en un robo o incendio, se comunicaba con la estación policial gracias a distintos sensores y cámaras instaladas. El sistema funcionó muy bien.
Logró vender esta tecnología que le ha servido para juntar recursos y emprender más proyectos en el área, mediante su empresa llamada JOM, de software y tecnologías inteligentes, con la que ahora vende sistemas de seguridad y ahorro energético para las casas; sin embargo Dicken quería que sus proyectos alcancen a más personas, por lo que presentó a las instituciones esas soluciones tecnológicas para su valoración.
Como se transportaba todos los días en micro sintió una problemática que se vive a diario, respecto al hecho de que ni los buses ni la gente respetan las paradas, generando congestión vehicular, accidentes y muertes. Nuevamente la tecnología le sirvió para atender un problema real, por lo que juntó sus conocimientos en electrónica, informática y redes, además de telecomunicaciones y diseñó un dispositivo novedoso.
“Programé un cerebro inteligente que se instala en el bus y se conecta a Internet. Tiene GPS y controla cuando el micro abre la puerta indicando si está dentro o fuera de una parada, reportando a la vez esto a una central de monitoreo. De esa manera surgió el proyecto Transporte Público Inteligente y Educador. Que es también útil para no videntes, pues tiene una voz que va relatando el trayecto en puntos especificos, y también tiene un uso para el turismo ya que según se programe puede ir anunciando lugares turísticos”, explica Dicken.
Llevó posteriormente la idea al Gobierno Municipal de Cercado que promovía una Ciudad Inteligente, sin embargo se encontró con la burocracia quedando el proyecto en statu quo por dos años. Esto no lo desanimó ya que relanzó su proyecto mejorádolo este año, el mismo fue expuesto en el Concejo Municipal, donde se logró un apoyo unánime al estar vigente la problemática del transporte en Tarija.
En la Fexpo 2018 presentó esta tecnología, tras lo cual despertó interés del sector del Autotransporte departamental. De hecho el Sindicato Luis de Fuentes, implementó su tecnología en un proyecto piloto en la “Línea E”, a modo de conocer sus posibilidades y adaptarla a las necesidades que tienen los chóferes y pasajeros en la actualidad.
Con el auge del Internet aprendió también mecatrónica de forma autodidacta para poder programar cerebros similares a los que usan los autos, conocimientos que ahora serán aplicados en la implementación de sistemas de uso doméstico que son capaces de encargarse por ejemplo del riego de plantas, o de accionar alimentadores de mascotas, todo desde un celular y sin la necesidad de que una persona esté presente.
En los próximos meses tiene planeado dar cursos de mecatrónica en la UPDS pero con un enfoque que apunte a aplicar los conocimientos y no solamente dejarlos en teoría, ya que refiere que muchos especialistas en el área terminan trabajando pero sin desarrollar todo lo que saben.
A futuro va a evolucionar y necesariamente tendrá que adecuar a la tecnología su plan de inteligencia artificial para que sus proyectos puedan tomar decisiones propias que ayuden al ser humano. Para él la evolución de una sociedad y una ciudad es posible aplicando la tecnología en semáforos hasta en basureros, todo con miras a automatizar las cosas y solucionar problemas cotidianos como ya se lo hace en otros países.
“Yo veo que en Tarija estamos atrasados en tecnología, mi próxima meta es vender mis productos a nivel nacional y seguir innovando, explorar la inteligencia artificial. Mi consejo a los jóvenes que se interesan en la tecnología es que se apasionen, ahora hay componentes electrónicos para facilitar la vida del humano accesibles económicamente, es cuestión de que investiguen y generen proyectos nuevos. Además del conocimiento lo único que necesitas es una buena computadora, una conexión a Internet y dependerá del tipo de proyectos la inversión económica”, aconseja el entrevistado.
Los proyectos del joven innovador
Despejando la mente
Una actividad a la que el entrevistado se dedica en su tiempo libre es a la música. Desde sus 15 años es guitarrista y actualmente participa en grupos vigentes de la movida musical tarijeña. Tocó en distintos grupos y actualmente también coopera en nuevos proyectos de artistas locales.
Despertando el interés
Su proyecto “Transporte Inteligente y Educador”, mereció cobertura de medios de prensa locales. Tras exponerlo en una radio local recibió llamadas de sectores como el turismo y los no videntes que se interesan en conocer cuándo se instalarán los dispositivos en el transporte.
Una ciudad inteligente
Su percepción al escuchar que se buscaba desde el Municipio hacer de Tarija una ciudad inteligente, fue que era posible crear soluciones tecnológicas para mejorar la sociedad, sin embargo hace dos años que continúa tratando de abrir un espacio para sus ideas, lidiando con la burocracia.
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