La paz y algo más, los secretos de los hombres más longevos
Una de las grandes preocupaciones del ser humano y de la humanidad en general, ha sido el de su longevidad o el de la conservación de la vida en el tiempo por muchos años. Hasta el punto que muchos seres humanos, dado la conciencia que tienen sobre la existencia, no desearían morir nunca o...



Una de las grandes preocupaciones del ser humano y de la humanidad en general, ha sido el de su longevidad o el de la conservación de la vida en el tiempo por muchos años. Hasta el punto que muchos seres humanos, dado la conciencia que tienen sobre la existencia, no desearían morir nunca o dejar de estar presente en el mundo terrenal.
Es bonita la existencia, dado que en ella se goza y se sufre, se llora y se ríe, se triunfa y se fracasa, se satisfacen necesidades y se viven penurias, se obtiene salud y se adquieren enfermedades, se odia y se ama, se consigue la pareja idónea o momentánea y la humanidad evoluciona desde el atraso a la tecnología; es decir con la vida se nace, se crece se reproduce y se obtiene la muerte. Es bonito estar vivo y muerto, no importa que se muera, pues la muerte es parte de la vida.
Pero la longevidad, es decir, la prolongación de la vida humana por mayor tiempo, es un problema que tiene que ver con mejores condiciones de existencia del ser humano en salud, en alimentación, en educación, en deporte pero sobre todo tienen que ver con la paz.
Con todo esto coinciden, los hombres y mujeres que fueron los más longevos del mundo.
Carmelo de Bolivia
A sus 123 años, Carmelo Flores Laura, fue el hombre más viejo del mundo. Él mascaba hojas de coca, bebía agua de los Andes y aún cocinaba. Vivía en el poblado de Frasquía, a 130 kilómetros al oeste de La Paz y cerca del Lago Titicaca, a 4.050 metros de altura en Bolivia. Sólo hablaba aymara.
El boliviano medía cerca de 1.60 metros, era delgado y no tenía dientes. Carmelo pasaba la mayor parte del tiempo solo en su casa de adobe y techo de paja. Según lo reportado por los medios no había nada que le preocupara demasiado.
La historia del boliviano fue difundida por varios medios. “El señor Carmelo Flores Laura tiene como fecha de nacimiento el 16 de julio de 1890, está en el Registro Biométrico (electoral), con residencia en Frasquía”, señaló en 2013 el Tribunal Electoral de Bolivia.
Toda su vida fue un campesino que trabajó para sobrevivir. Llegó a Frasquía muy joven en busca de trabajo desde un poblado cercano y se enamoró de una mujer viuda, con la que se casó y tuvo tres hijos. Ella murió a los 107 años y dos de sus hijos también fallecieron hace años. “Sólo tengo un hijo, Cecilio”, contó en esa ocasión el anciano quien para ese entonces (2013) tenía 14 nietos y 39 bisnietos.
Frasquía, en las faldas del nevado Illampu, la segunda cumbre más alta de Bolivia con 6.382 metros, tiene unos cuantos sembradíos de cebolla, papa y haba, regados por las aguas cordilleranas con acequias casi naturales.
Gotho de Indonesia
Sodimedjo Gotho nació en 1870 fue enterrado en 2017 con 146 años en la región de la zona oriental de la provincia de Java Central, donde residió hasta sus últimos días.
El documento nacional de identidad de Sodimejo, también conocido como Mbath Gotho, muestra que nació el 31 de diciembre de 1870 en Sragen.
Según su documentación, Gotho nació al año siguiente de la inauguración del canal de Suez y el mismo año en que se abolió en Indonesia el sistema de cultivos forzados, por el que los campesinos estaban obligados a trabajar en plantaciones del gobierno colonial neerlandés dos meses al año.
Sodimedjo comentó lo extraño y bendecido que se sentía al mismo tiempo. Tuvo cuatro esposas, cinco hijos, 12 nietos, 17 bisnietos y dos tataranietos antes de partir.
En el momento, aseguró que nunca habría podido existir durante tantos años sin la ayuda de su familia y todo el amor que le daban todos a su alrededor. Para él ese fue el secreto de su larga existencia. Cuando un periodista del medio de su país The Jakarta Post le preguntó cómo era despertar siempre en más de un siglo, esto fue lo que respondió:
“La vida es solo una forma de aceptar tu destino con entusiasmo. Me he querido morir muchas veces por mucho tiempo. Mis esposas, hijos y hermanos se han ido, pero Dios me ha bendecido con una vida muy larga. Tengo que vivirla con paciencia”.
Emma de Italia
Emma Moreno, una de las personas más ancianas del mundo falleció el pasado año a los 117 años y 137 días de edad en su domicilio de Verbania, en el norte de Italia.
Moreno nació el 29 de noviembre de 1899. “Tuvo una vida maravillosa y siempre vamos a recordar su fuerza para seguir adelante”, dijo el alcalde de Verbania, según citan medios italianos.
Nacida en Civiasco, Vercelli, vivió tres siglos y las dos guerras mundiales. Fue la primera de ocho hermanos, muchos de los cuales también vivieron muchos años. Sus cuatro hermanas superaron los 90 años. Perdió a su padre a una edad muy temprana, por lo que su madre, Matilde, se mantuvo siempre cerca. Su madre también superó los 90 años y su tía rozó los 101.
En 1926 se casó con Giovanni Martinuzzi, con el cual tuvo un único hijo, Angelo, que falleció en 1937 con solo seis meses de vida. La pareja entró en crisis y decidió separarse, en esos tiempos algo impensable, sobre todo siendo mujer.
Desde los años cincuenta era pensionista. Hasta los 115 vivió con cierta autonomía, sin precisar ayuda de los demás, si bien apenas dejaba su piso de dos habitaciones. Desde 2015 estaba postrada a la cama. Dos personas se encargaban de cuidarla, alternándose para asegurarse de que se encontraba bien en todo momento.
Cuando se le preguntaba por su secreto para llegar a esta edad, afirmaba que residía en evitar los medicamentos, tomar un poco de “grappa”, un aguardiente típico en Italia, y sobre todo comer tres huevos crudos al día, entre otras cosas. Es un consejo que le dio un doctor a los 20 años. Cada día, y por casi un siglo, comía tres huevos: dos crudos y uno cocido.
Lo acompañaba de poca carne y muy poca fruta y vegetales. “Mi desayuno son galletas con leche o agua. Durante el día como dos huevos crudos y uno cocido. Hacia la tarde pasta y carne molida y de cena sólo un poco de leche”, confesaba en una de sus últimas entrevistas.
Esta dieta había intrigado a los médicos y al mundo científico. Hace unos años, científicos de la Harvard Medical School de Boston obtuvieron una muestra de su ADN para estudiarla.
Francisco de España
Tras estas muertes, el hombre más longevo del mundo hasta enero de 2018 fue Francisco Núñez Olivera, conocido como “Marchena”, natural de la localidad pacense de Bienvenida, falleció a los 113 años de edad.
El día de su 113 cumpleaños, con una tensión arterial perfecta y sin azúcar en la sangre, Francisco Núñez desayunó magdalenas y, poco después, un yogur líquido, “como cada día”, según explicaba su hija con orgullo y con una disimulada sonrisa por tener al padre más mayor del mundo.
Más tarde salió a la puerta de su casa para recibir a una comitiva integrada por un centenar de vecinos, representantes de la vida política y militar, pues Francisco era el veterano de guerra con mayor edad de la historia de España, ya que combatió en la Guerra del Rif (1911-1927).
A sus 113 años el anciano no tenía dolores ni enfermedades, según su hija, soltera y con la que compartía vivienda; una mujer que vivía para él y que se había convertido no sólo en su cuidadora a tiempo completo, sino en su jefa de prensa para acortar las entrevistas y no cansarle.
“Marchena paseaba hasta los 104 años por el pueblo, cerca del campo que cultivaba y del que se alimentaba en buena medida, pero “sin exagerar”, siempre tenía mucha paciencia”, comenta su hija, quien cree que éste fue uno de sus secretos.
Francisco Núñez tiene aún dos hermanos vivos, uno de 97 años, que reside en Asturias, y su hermana, de 93, que además es vecina de Bienvenida, donde viven sus dos hijas, porque perdió a dos varones.
Masazo de Japón
Masazo Nonaka tiene 112 años y está a pocos días de cumplir 113. Hoy es el hombre más viejo del mundo reconocido por el Libro Guinness de los Récords. Nació en Japón el 25 de julio de 1905, antes de que Albert Einstein publicara su Teoría General de la Relatividad.
Tiene siete hermanos y una hermana, cinco hijos y se casó con Hatsuno, su mujer, en 1931. Recibió el certificado de Guinness World Records en su casa de Ashoro, en la isla principal de Japón, Hokkaido, y celebró el reconocimiento con una torta.
Su familia dice que su secreto es vivir sin estrés, que es amante de sus mascotas, que después de desayunar lee el diario y que su pasatiempo favorito es sumergirse y relajarse en las aguas termales.
Nonaka se ha llevado el título del hombre más viejo de la Tierra después de que el español Francisco Núñez Olivera falleció en febrero con 113 años.
Bapan, la pequeña aldea china que tiene el secreto
La vida eterna es, sin ningún género de dudas, uno de los grandes deseos de la humanidad desde tiempos inmemoriales. En pleno siglo XXI, la misma pregunta sigue rondando en las mentes de miles de personas: ¿qué podría ayudarme a vivir más? Una pequeña aldea china parece tener la respuesta.
El doctor Aseem Malhotra, uno de los cardiólogos más importantes de Reino Unido, explica qué hacen los ciudadanos de Pioppi en Italia para vivir más y mejor.
En este pueblo, que cuenta con poco más de 1.000 habitantes, puede presumir de ser el lugar del mundo en el que hay más personas que pasan del siglo de vida. Así, la pregunta es clara: ¿qué tienen de diferente?
En Bapan, al sur de la provincia china de Guangxi, la media de personas que superan los cien años es realmente elevada. Mientras que en el mundo la media es que 1 persona de cada 13.300 llega a vivir un centenario, y en un país desarrollado como Estados Unidos es de 1 cada 5.800, en este pequeño pueblo china las cifras son realmente espectacular: 1 de cada 100 personas consigue alcanzar las tres cifras en su carnet de identidad, algo al alcance sólo de privilegiados.
El pueblo, conocido por esta increíble característica, ha sido objeto de estudio por parte de científicos y médicos de medio mundo, sin conseguir una respuesta a esta tendencia. Y no sólo es la longevidad que son capaces de alcanzar su habitantes, sino que prácticamente no se registran casos de enfermedades tan del primer mundo como son el cáncer, la demencia o los infartos. Fueron los propios habitantes de Bapan los que se han encargado de dar las claves.
Las cuatro claves de la longevidad
El libro “El plan de la longevidad” del doctor John D. Day se ha encarga de hacer un repaso a las características comunes que ofrecen los habitantes más veteranos de Bapan. Para buena parte de ellos, la principal clave nada tiene que ver con la alimentación o el cuidado personal, sino que es algo tan sencillo como sonreír.
Como segundo aspecto fundamental, los más veteranos de Bapan aseguran que es fundamental alejarse del estrés. Mientras que en los países desarrollados es algo tan arraigado en nuestro día a día que es imposible eliminarlo, en este pequeño pueblo aseguran que, una vez se detecte el problema que genera la ansiedad, hay que alejarse de él. Y ofrecen un tercer punto importante: tener todos los días una rutina lúdica que se debe de seguir sin perderla constantemente.
Por último, en Bapan confiesan que otro factor fundamental para afrontar la vida longeva no es otro más que realizar un cambio de mentalidad. Mientras que en occidente se tiene la concepción de que llegar a edades avanzadas es una lucha contra el reloj, esta pequeña localidad china asegura que hay que afrontarlo como si se tratara del mejor momento de sus vidas.
Es bonita la existencia, dado que en ella se goza y se sufre, se llora y se ríe, se triunfa y se fracasa, se satisfacen necesidades y se viven penurias, se obtiene salud y se adquieren enfermedades, se odia y se ama, se consigue la pareja idónea o momentánea y la humanidad evoluciona desde el atraso a la tecnología; es decir con la vida se nace, se crece se reproduce y se obtiene la muerte. Es bonito estar vivo y muerto, no importa que se muera, pues la muerte es parte de la vida.
Pero la longevidad, es decir, la prolongación de la vida humana por mayor tiempo, es un problema que tiene que ver con mejores condiciones de existencia del ser humano en salud, en alimentación, en educación, en deporte pero sobre todo tienen que ver con la paz.
Con todo esto coinciden, los hombres y mujeres que fueron los más longevos del mundo.
Carmelo de Bolivia
A sus 123 años, Carmelo Flores Laura, fue el hombre más viejo del mundo. Él mascaba hojas de coca, bebía agua de los Andes y aún cocinaba. Vivía en el poblado de Frasquía, a 130 kilómetros al oeste de La Paz y cerca del Lago Titicaca, a 4.050 metros de altura en Bolivia. Sólo hablaba aymara.
El boliviano medía cerca de 1.60 metros, era delgado y no tenía dientes. Carmelo pasaba la mayor parte del tiempo solo en su casa de adobe y techo de paja. Según lo reportado por los medios no había nada que le preocupara demasiado.
La historia del boliviano fue difundida por varios medios. “El señor Carmelo Flores Laura tiene como fecha de nacimiento el 16 de julio de 1890, está en el Registro Biométrico (electoral), con residencia en Frasquía”, señaló en 2013 el Tribunal Electoral de Bolivia.
Toda su vida fue un campesino que trabajó para sobrevivir. Llegó a Frasquía muy joven en busca de trabajo desde un poblado cercano y se enamoró de una mujer viuda, con la que se casó y tuvo tres hijos. Ella murió a los 107 años y dos de sus hijos también fallecieron hace años. “Sólo tengo un hijo, Cecilio”, contó en esa ocasión el anciano quien para ese entonces (2013) tenía 14 nietos y 39 bisnietos.
Frasquía, en las faldas del nevado Illampu, la segunda cumbre más alta de Bolivia con 6.382 metros, tiene unos cuantos sembradíos de cebolla, papa y haba, regados por las aguas cordilleranas con acequias casi naturales.
Gotho de Indonesia
Sodimedjo Gotho nació en 1870 fue enterrado en 2017 con 146 años en la región de la zona oriental de la provincia de Java Central, donde residió hasta sus últimos días.
El documento nacional de identidad de Sodimejo, también conocido como Mbath Gotho, muestra que nació el 31 de diciembre de 1870 en Sragen.
Según su documentación, Gotho nació al año siguiente de la inauguración del canal de Suez y el mismo año en que se abolió en Indonesia el sistema de cultivos forzados, por el que los campesinos estaban obligados a trabajar en plantaciones del gobierno colonial neerlandés dos meses al año.
Sodimedjo comentó lo extraño y bendecido que se sentía al mismo tiempo. Tuvo cuatro esposas, cinco hijos, 12 nietos, 17 bisnietos y dos tataranietos antes de partir.
En el momento, aseguró que nunca habría podido existir durante tantos años sin la ayuda de su familia y todo el amor que le daban todos a su alrededor. Para él ese fue el secreto de su larga existencia. Cuando un periodista del medio de su país The Jakarta Post le preguntó cómo era despertar siempre en más de un siglo, esto fue lo que respondió:
“La vida es solo una forma de aceptar tu destino con entusiasmo. Me he querido morir muchas veces por mucho tiempo. Mis esposas, hijos y hermanos se han ido, pero Dios me ha bendecido con una vida muy larga. Tengo que vivirla con paciencia”.
Emma de Italia
Emma Moreno, una de las personas más ancianas del mundo falleció el pasado año a los 117 años y 137 días de edad en su domicilio de Verbania, en el norte de Italia.
Moreno nació el 29 de noviembre de 1899. “Tuvo una vida maravillosa y siempre vamos a recordar su fuerza para seguir adelante”, dijo el alcalde de Verbania, según citan medios italianos.
Nacida en Civiasco, Vercelli, vivió tres siglos y las dos guerras mundiales. Fue la primera de ocho hermanos, muchos de los cuales también vivieron muchos años. Sus cuatro hermanas superaron los 90 años. Perdió a su padre a una edad muy temprana, por lo que su madre, Matilde, se mantuvo siempre cerca. Su madre también superó los 90 años y su tía rozó los 101.
En 1926 se casó con Giovanni Martinuzzi, con el cual tuvo un único hijo, Angelo, que falleció en 1937 con solo seis meses de vida. La pareja entró en crisis y decidió separarse, en esos tiempos algo impensable, sobre todo siendo mujer.
Desde los años cincuenta era pensionista. Hasta los 115 vivió con cierta autonomía, sin precisar ayuda de los demás, si bien apenas dejaba su piso de dos habitaciones. Desde 2015 estaba postrada a la cama. Dos personas se encargaban de cuidarla, alternándose para asegurarse de que se encontraba bien en todo momento.
Cuando se le preguntaba por su secreto para llegar a esta edad, afirmaba que residía en evitar los medicamentos, tomar un poco de “grappa”, un aguardiente típico en Italia, y sobre todo comer tres huevos crudos al día, entre otras cosas. Es un consejo que le dio un doctor a los 20 años. Cada día, y por casi un siglo, comía tres huevos: dos crudos y uno cocido.
Lo acompañaba de poca carne y muy poca fruta y vegetales. “Mi desayuno son galletas con leche o agua. Durante el día como dos huevos crudos y uno cocido. Hacia la tarde pasta y carne molida y de cena sólo un poco de leche”, confesaba en una de sus últimas entrevistas.
Esta dieta había intrigado a los médicos y al mundo científico. Hace unos años, científicos de la Harvard Medical School de Boston obtuvieron una muestra de su ADN para estudiarla.
Francisco de España
Tras estas muertes, el hombre más longevo del mundo hasta enero de 2018 fue Francisco Núñez Olivera, conocido como “Marchena”, natural de la localidad pacense de Bienvenida, falleció a los 113 años de edad.
El día de su 113 cumpleaños, con una tensión arterial perfecta y sin azúcar en la sangre, Francisco Núñez desayunó magdalenas y, poco después, un yogur líquido, “como cada día”, según explicaba su hija con orgullo y con una disimulada sonrisa por tener al padre más mayor del mundo.
Más tarde salió a la puerta de su casa para recibir a una comitiva integrada por un centenar de vecinos, representantes de la vida política y militar, pues Francisco era el veterano de guerra con mayor edad de la historia de España, ya que combatió en la Guerra del Rif (1911-1927).
A sus 113 años el anciano no tenía dolores ni enfermedades, según su hija, soltera y con la que compartía vivienda; una mujer que vivía para él y que se había convertido no sólo en su cuidadora a tiempo completo, sino en su jefa de prensa para acortar las entrevistas y no cansarle.
“Marchena paseaba hasta los 104 años por el pueblo, cerca del campo que cultivaba y del que se alimentaba en buena medida, pero “sin exagerar”, siempre tenía mucha paciencia”, comenta su hija, quien cree que éste fue uno de sus secretos.
Francisco Núñez tiene aún dos hermanos vivos, uno de 97 años, que reside en Asturias, y su hermana, de 93, que además es vecina de Bienvenida, donde viven sus dos hijas, porque perdió a dos varones.
Masazo de Japón
Masazo Nonaka tiene 112 años y está a pocos días de cumplir 113. Hoy es el hombre más viejo del mundo reconocido por el Libro Guinness de los Récords. Nació en Japón el 25 de julio de 1905, antes de que Albert Einstein publicara su Teoría General de la Relatividad.
Tiene siete hermanos y una hermana, cinco hijos y se casó con Hatsuno, su mujer, en 1931. Recibió el certificado de Guinness World Records en su casa de Ashoro, en la isla principal de Japón, Hokkaido, y celebró el reconocimiento con una torta.
Su familia dice que su secreto es vivir sin estrés, que es amante de sus mascotas, que después de desayunar lee el diario y que su pasatiempo favorito es sumergirse y relajarse en las aguas termales.
Nonaka se ha llevado el título del hombre más viejo de la Tierra después de que el español Francisco Núñez Olivera falleció en febrero con 113 años.
Bapan, la pequeña aldea china que tiene el secreto
La vida eterna es, sin ningún género de dudas, uno de los grandes deseos de la humanidad desde tiempos inmemoriales. En pleno siglo XXI, la misma pregunta sigue rondando en las mentes de miles de personas: ¿qué podría ayudarme a vivir más? Una pequeña aldea china parece tener la respuesta.
El doctor Aseem Malhotra, uno de los cardiólogos más importantes de Reino Unido, explica qué hacen los ciudadanos de Pioppi en Italia para vivir más y mejor.
En este pueblo, que cuenta con poco más de 1.000 habitantes, puede presumir de ser el lugar del mundo en el que hay más personas que pasan del siglo de vida. Así, la pregunta es clara: ¿qué tienen de diferente?
En Bapan, al sur de la provincia china de Guangxi, la media de personas que superan los cien años es realmente elevada. Mientras que en el mundo la media es que 1 persona de cada 13.300 llega a vivir un centenario, y en un país desarrollado como Estados Unidos es de 1 cada 5.800, en este pequeño pueblo china las cifras son realmente espectacular: 1 de cada 100 personas consigue alcanzar las tres cifras en su carnet de identidad, algo al alcance sólo de privilegiados.
El pueblo, conocido por esta increíble característica, ha sido objeto de estudio por parte de científicos y médicos de medio mundo, sin conseguir una respuesta a esta tendencia. Y no sólo es la longevidad que son capaces de alcanzar su habitantes, sino que prácticamente no se registran casos de enfermedades tan del primer mundo como son el cáncer, la demencia o los infartos. Fueron los propios habitantes de Bapan los que se han encargado de dar las claves.
Las cuatro claves de la longevidad
El libro “El plan de la longevidad” del doctor John D. Day se ha encarga de hacer un repaso a las características comunes que ofrecen los habitantes más veteranos de Bapan. Para buena parte de ellos, la principal clave nada tiene que ver con la alimentación o el cuidado personal, sino que es algo tan sencillo como sonreír.
Como segundo aspecto fundamental, los más veteranos de Bapan aseguran que es fundamental alejarse del estrés. Mientras que en los países desarrollados es algo tan arraigado en nuestro día a día que es imposible eliminarlo, en este pequeño pueblo aseguran que, una vez se detecte el problema que genera la ansiedad, hay que alejarse de él. Y ofrecen un tercer punto importante: tener todos los días una rutina lúdica que se debe de seguir sin perderla constantemente.
Por último, en Bapan confiesan que otro factor fundamental para afrontar la vida longeva no es otro más que realizar un cambio de mentalidad. Mientras que en occidente se tiene la concepción de que llegar a edades avanzadas es una lucha contra el reloj, esta pequeña localidad china asegura que hay que afrontarlo como si se tratara del mejor momento de sus vidas.