Motores y miniaturas en el Parque Temático
Te traemos lo mejor de la quinta noche de la Semana de Museos, en la que lucieron vehículos de antaño que representan el legado técnico, estético, y la memoria viva del tránsito social, económico y cultural del continente.



La Exposición de automóviles antiguos y motocicletas choperas, y vehículos históricos a escala, demostró ser una vez más el evento ideal para los amantes del motor y la historia automotriz, pues más de una decena de expositores, entre ellos los clubes Datsun y Volkswagen, y Classic Cars Tarija, se presentaron al Parque Temático en la quinta noche de la Semana de Museos, un evento que por sí solo ya da mucho de qué hablar en el ámbito nacional.
Miniaturas

La muestra de automóviles en miniatura y réplicas a escala destacó por su gran detalle artesanal. En la sección, más de cinco expositores, grandes entusiastas de la materia, desplegaron sus colecciones personales, en las que se lucieron modelos como el Ford 100, y una variedad de Volkswagen Beetle de diferentes épocas, entre los que destaca el taxi “vocho” de Ciudad de México en 1985. También fue posible disfrutar de las réplicas de locomotoras, trenes, aviones, helicópteros de combate, y de las naves de las fuerzas armadas bolivianas, perfectas para tomarlas en la palma de la mano.
Vintage popular

En la sección principal de la exposición, resaltó bastante la colección de motorizados Datsun, marca de origen japonés creada por la compañía Nissan en la década de 1930, con el objetivo de ofrecer una línea de autos compactos, eficientes, duraderos y accesibles, que en toda Latinoamérica dieron movilidad y trabajo a las clases medias emergentes. Destacó un Datsun 120Y “tuneado” y “tatuado” con stickers de arte japonés y algunos memes. Si bien en su tiempo, alrededor de la década de 1980, resultaba un automóvil moderno, hoy los Datsun son también un espécimen de la moda retro, y conservan la nostalgia de un momento clave de la motorización popular.

Otra de las secciones destacadas de la exposición fue la de las motocicletas Jawa, legendaria marca de origen checoslovaco, fundada en 1929 por František Janeček, que combinó su apellido con la marca alemana Wanderer para crear Jawa. De igual manera, varios ejemplares se lucieron y mostraron el diseño robusto, resistente y clásico que dio popularidad a estas motocicletas en nuestro país. Mucho antes de la llegada de las Suzuki y del crecimiento descontrolado del parque automotor, las Jawa se desempeñaron en contextos rurales y como vehículos de las fuerzas policiales cuando la infraestructura vial era aún menos adecuada de lo que pueda ser hoy.
Un puñado de joyas motorizadas

Los autos de colección hicieron el gran contrapunto del evento, como el Ford Maverick, el Buick Coupe 1941, el Volkswagen Safari 1974, el Mercury Cougar 1970 o el Chevrolet Styleline 1950, que representan verdaderas joyas automotrices en las que se combinan diseño, mecánica clásica y una carga cultural significativa.

El Buick Coupe 1941, en cambio, refleja el lujo estadounidense previo a la Segunda Guerra Mundial, con una carrocería aerodinámica con detalles cromados, amplios interiores y un motor de ocho cilindros en línea. El Chevrolet Styleline 1950, otro ícono de la posguerra, fue uno de los modelos más populares de la General Motors, especialmente en países como Argentina y Cuba, donde la durabilidad y simpleza mecánica de estos autos los mantuvo en funcionamiento por décadas, incluso bajo condiciones económicas difíciles.

Junto a algunos vehículos Mercedes Benz destinados al uso militar, lució el Volkswagen Safari 1974. También conocido como “Thing”, este vehículo militar se adaptó al uso civil, y su carrocería desmontable, tracción trasera y motor refrigerado por aire lo hicieron ideal para climas cálidos y caminos rurales. Se hizo popular en México, donde se produjo en masa.

El Ford Maverick, producido en los años 70, fue un sedán compacto de estilo deportivo que se destacó por su accesibilidad y motor ágil, convirtiéndose en una alternativa popular a los muscle cars más costosos. Su diseño simple pero robusto lo hizo muy atractivo en América Latina, especialmente en Brasil y México, donde fue ensamblado localmente y ganó fama entre jóvenes entusiastas de la velocidad.

A su lado, un Mercury Cougar 1970, primo del Ford Mustang, se consolidó como uno de los modelos más destacados de la muestra, con sus líneas agresivas, motor V8 y acabados refinados del estilo “Eliminator”. Aunque ha tenido poca presencia en América Latina, no deja de ser un objeto de deseo, a menudo traído a nuestro territorio por importadores o militares estadounidenses.
Apagando el motor
El evento, organizado por el Gobierno Autónomo Municipal de Tarija, a través de la Dirección de Turismo y Cultura, contó con la presencia de las Cebras educadoras, quienes animaron a todo el público asistente a tomarse fotos en los motorizados.
Conciertos de música en vivo, con presentaciones de bandas locales de jazz y rock, y mucho folclore y danza con la presentación especial del Ballet Libertad, complementaron con ritmo y melodía la cacofonía de los motores.
En un momento, la presentación del cantor de 13 años, Max Agustín Aspiazu Mendoza, elevó la nota de la exposición y le dio ese gusto infaltable a folclore tarijeño y chaqueño, imposible de lograr si no es con el talento de los músicos de la Escuela de Música Pastor Achá Martínez.
Y así, la exposición de autos antiguos y de colección nos hizo olvidar por un momento que nuestro parque automotor es, también, bastante antiguo y contamina con humo y ruido, que nuestra ciudad carece de planificación y no está hecha para albergar tantos habitantes motorizados de cuatro ruedas, que falta pienso en el sistema de transporte público y la vialidad en general, y que parece que todo esto a nadie interesa.
