Cinco vinos para disfrutar en primavera y verano, con maridaje
Sol, lluvia, sol, lluvia, sol: la primavera es el momento perfecto para disfrutar algunas de las cepas más destacadas del país.
La primavera ya no es lo que era, y para el verano ya no es tan temprano. El cambio climático nos sorprende cada día, pero todavía estamos lejos de mirar su peor cara. Si de preocupaciones se trata, nada que una buena copa no pueda arreglar.
En estos días de sol y clima templado, Pura Cepa te trae una selección de vinos muy amables y asequibles, que reflejan el carácter único de los valles altos y el ya bien conocido terroir del país.
Riesling
Comenzamos con este vino joven, fresco, cuya cepa de origen alemán se adaptó al Valle de Santa Ana, Tarija, donde logra una marcada acidez al tiempo que revela su carácter cítrico.
La recomendación es el Riesling de Campos de Solana, cuya fermentación prolongada a bajas temperaturas y crianza de 6 meses conservan el aroma frutal y le dan la estructura perfecta para expresar su frescura.
Va de la mano con carnes blancas, como un pollo o un pato a la leña, y pescados bien sazonados y a la parrilla.
Syrah
La cepa Syrah, nativa del sur de Francia, se ha adaptado muy bien al verano boliviano. Sus notas de frutas negras, especias de ultramar y una textura sedosa, revisten y revelan la frescura de la temporada.
Esta vez te recomendamos que pruebes el tinto Syrah de 1750, bodega de Samaipata que logra un vino con buena acidez, capaz de exaltar los sabores más sensuales de esta cepa.
Sírvelo con pastas, platos basados en salsa de tomate y estofados, como una lasaña o un goulash, pues son ideales para realzar sus sabores. Con una buena porción de cordero, o un ají chapaco, te sorprenderá.
Ugni Blanc
Esta variedad de origen francés encontró en Tarija un lugar donde expresar toda su complejidad de aromas, su carácter fresco y sus muchas notas tropicales, lo que viene muy bien para la primavera.
Prueba el Ugni Blanc de Kohlberg. Es un logro que equilibra acidez, cremosidad, y una galería de aromas donde se destaca la piña, el durazno, y la manzana verde.
Sin duda, el maridaje perfecto es con mariscos y ceviches. Puede hacer las delicias de una tabla de quesos. Hace de las humintas un plato suculento. Y le tienes que dar una oportunidad con un plato de quinua graneada, frutos secos, semillas, mango y palta.
Tannat
El Tannat se ha vuelto una de las cepas más representativas de Bolivia, especialmente de Tarija. Conocido por sus taninos robustos y gran potencial de envejecimiento, en primavera puede ser una excelente opción en su versión joven y fresca.
Por supuesto que te recomendamos el Tannat de Aranjuez, responsables de plantar por primera vez esta cepa en nuestro país, y de lograr un vino con aromas de ciruela, mora y arándano, y notas de vainilla y cacao gracias a su crianza en roble.
Tan elegante que va muy bien solo. Pero te abrirá el apetito y desearás un asado de res, un cordero a la brasa, un picante mixto. Sí, señor.
Rosé
No se trata de una cepa, sino del resultado de seguir el proceso de elaboración de un vino blanco usando uvas tintas. En Bolivia, son populares los rosados que se elaboran a partir de Cabernet Sauvignon, Syrah, o Tannat, que dan un vino fresco, frutal, y con una acidez vivaz y perfecta para cualquier día de la temporada.
Dale una oportunidad al Infinitum Rosé de La Concepción, que mezcla las cepas Syrah, Merlot y Sangiovese para lograr un vino brillante, con aromas de cereza y frambuesa, fresco al paladar y bien equilibrado.
Acompáñalo con quesos suaves, pastas, nogadas, mariscos y ensaladas frescas con frutos secos.