El durazno mejorado de Juan López Jurado
En la localidad de Paicho, municipio El Puente, un señor de 65 años ha hecho que de la tierra broten los mejores duraznos ulincate.
“Ya estoy por la mitad de mi vida”, dice Juan López Jurado tras instalar una mesa con productos derivados del durazno con los que contará su experiencia mejorando este cultivo en su territorio. “Mucha gente duraba 100, 120 años. Pero ahora ya duran menos años. Yo creo que siempre que estemos en actividad, vamos a tener salud”, comenta y sonríe al público de la Décima Olimpiada del Saber del Adulto Mayor y a su hija que lo acompaña, llena de orgullo.
López Jurado nació en Paicho. Su padre traía durazno en burros atravesando la Cuesta del Cajón y por la Queñua. El transporte era difícil, y se producía por intercambio. “Antes teníamos durazno para pelón, más agrio, secarrón. Teníamos un durazno dulce, aguachento, si llovía mucho se echaba a perder”. Esta experiencia de niñez le hizo dedicar al menos la mitad de su vida a mejorar la calidad y la venta del durazno paicheño. “He sido dirigente, un buen tiempo. Corregidor, presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios de Durazno de Paicho. Y así siempre estamos tratando de mejorar el nivel de vida de cada familia, luchando con todo lo que tenemos”, relata.
“Antes teníamos durazno para pelón, más agrio, secarrón. Teníamos un durazno dulce, aguachento, si llovía mucho se echaba a perder”
Tras años de experimentos, sus tierras producen uno de los mejores duraznos amarillos de la región, completamente natural. “Nos dedicamos a no ponerle químico. Es un poco más caro. Nosotros preparamos sulfuro cálcico, un remedio que no es tóxico para la salud, y con eso fumigamos. Para 100 litros, 15 kilos de azufre y 8 de cal. Cada veinte días tiene que hacer unos tres tratamientos para que elimine la arañuela”, enseña.
Para el oídio, el mal que mancha los duraznos, López Jurado usa ceniza. “Cualquier ceniza, puede ser un pan quemado en horno. Ponemos agua hervida, la ceniza se asienta, levanta un color amarillo, y eso controla la mancha. Es un poco más costoso, pero más sano”, dice, consciente de producir un alimento que no dañe la salud de los consumidores, un valor raro de encontrar en este siglo XXI.
Aunque este año la cosecha no ha sido abundante, Juan López Jurado se arregla con los derivados, como las conservas y mermeladas, que prepara con su familia siguiendo su propio conocimiento. Ellos han encontrado que el baño maría es un buen método conservante. “Se lo hace 40 minutos en turril bien tapado. Puede durar 3 años, no pasa nada”. Un frasco cuesta 15 bolivianos, “más barato que un vino”.
En cambio, la mermelada de tuna es un poco más cara. “De una caja salen 8 a 10 frasquitos. Sale poco de la tuna, pero tiene muchas cualidades para la gastritis”. Para comprar los productos de Juan López Jurado, mermeladas, duraznos al jugo, durazno para pelón, y durazno por caja, “de calidad, todo amarillo ulincate”, puedes llamar al 73493921.