La locura abrasadora de “Buey Rojo Sangre”
Como parte de la gira de estreno nacional, la última película del cineasta Rodrigo Bellott fue presentada a un público selecto en el Cine Center de Tarija.
“Buey Rojo Sangre” es un incendio donde arden las certezas y brillan las preguntas. Es cierto que esta no es otra película de terror como las que han colonizado la cartelera del cine comercial y el gusto del público general. Aquí la imagen y el sonido no sacudirán tu cuerpo hasta que salgas de sala temiendo lo que hay detrás de cada esquina. Aquí puedes pensar que no se puede ya confiar en el cine que solo quiere aprovecharse de nuestros recursos y nuestro tiempo, y mirar una obra que ha logrado retratar con artesanía el soberano terror territorial y ambiental en el que vivimos a diario.
La joya de foto y sonido dejan claro que no hay otra forma de vivirla que no sea en una buena sala de cine.
También es verdad que Bellott nos miente. Nos invita a ver una película de terror y nos entrega un juego de percepción rota para experimentar la esquizofrenia a través de un relato que, fiel a su mal, se ausenta cada vez más y se compensa, como hace el guayabo con el pino de cerro, cortando y pegando para multiplicar sentidos y sentires, y dejar de entender por un momento. La joya de foto y sonido dejan claro que no hay otra forma de vivirla que no sea en una buena sala de cine.
En “Buey Rojo Sangre” incluso se quema la opinión pública con una de las primeras escenas de sexo entre hombres en el cine boliviano. En la oscuridad de la sala tarijeña, las mujeres disfrutan y suspiran con los cuerpos desnudos de los protagonistas, mientras los hombres se burlan y carraspean removiéndose en sus asientos. Más que un fuego de escándalo es uno que ilumina lo diverso sin que falte el cuento del amor y de las lágrimas del adiós, siempre presentes en el cine de Bellott.
Después de todo esto, nos preguntamos si no había manera de terminar la película sin que el personaje de una madre nos diga que más de la mitad de lo vivido no sucedió, que todo está en la mente, que no vamos a entender nada. Y una vez se ha extinguido el fuego, queda preguntarse si lo que vimos es cine boliviano, si “Buey Rojo Sangre” es una crítica contundente a nuestra identidad esquizofrénica, plurinacional a pulso, compensada para seguir vivos mientras nos matamos; o si es otra película que crea lenguaje para que nos entiendan en el extranjero.
Ficha
Buey Rojo Sangre (Blood-Red Ox), 2021, Bolivia
Duración: 94 minutos
Dirección: Rodrigo Bellott
Guión: Nathan Atkins, Rodrigo Bellott
Música: Chase Deso
Fotografía: Sergio Bastani
Reparto: Mazin Akar, Kaolin Bass, Andrea Camponovo, Vitorio Lema, Idalmis García, Julián Mercado, Miguel Michel, Ana Domínguez, Toto Vaca, Shawn Brown, Mary Ellen Liepins, Marco Antonio Mercado
Producción: Bolivia-Estados Unidos; Kantrr Films, Breaking Glass Pictures, Media Luna New Films