Fede Chuch, de la guitarra al reggaetón (III)
Última parte de este viaje de preparación de un joven que está apostando todo por la música urbana: Fede Chuch, “el niño que te gusta”.
Muchos videos, mucho viaje, mucha cosa. Pero un show de Fede Chuch propiamente hablando, eso todavía no existe. Y eso lo tiene ansioso y contento, porque le faltan shows encima para poder aceptar una propuesta que no quiere rechazar. “Esta es mi temporada definitiva para empezar a hacer shows y vivir de la música”, declara.
Por eso Fede Chuch es otro caso paradigmático de este primer cuarto de siglo XXI en el que las redes sociales han cambiado la forma de producir y publicar música. Un sencillo se lanza tan fácilmente como cualquier posteo, y hacer una canción decente es posible con aplicaciones e instrumentos virtuales que, felizmente, caben en la palma de la mano. Fede está “seguro de que el mundo está cambiando. Una canción puede hacerse viral hoy, pasan tres días y viene otra”.
“Si me gusta esto, ¿por qué no lo voy a hacer? Al que le guste, nice. Y al que no, también. Así es”
Fede lanzó “Mi primer EP”, y tiene muchas canciones más bajo la manga. “Intento no sobre pensar tanto. Simplemente, me gusta algo, me dan ganas de hacerlo y lo hago. Tengo un montón de canciones y quiero que vayan corriendo”, dice Chuch. Con esa mentalidad se lanzó a Nueva York a ver a Nicki Jam, una de sus influencias. “Vi su serie y todo, y me pareció muy loco tenerlo tan cerca. Increíble”.
Su ética se transfiere a su proceso creativo. Fede cuenta que lo primero es el nombre de la canción. “Tengo una lista con cientos de nombres. Hay productores que me envían beats. Escucho uno y empiezo a tararear la melodía y, después que la tengo grabada, empiezo a imaginarme historias. Lo primero que trato de escribir es el estribillo, lo que se te va a pegar. Trato de que sean bastante fáciles para que la gente se lo aprenda”.
Pero también ha tenido una etapa en la que la mente le jugaba malas pasadas. “Al principio me ponía pensar si les va a gustar, si se van a reír de cómo soy. Después de la cuarentena dije ‘ya fue, voy a hacer esto porque me gusta y me hace feliz’. Tengo talento y algún ruido voy a hacer, estoy seguro de eso”. Se quitó la inseguridad viajando, comiendo sano, ejercitando. “Si me gusta esto, ¿por qué no lo voy a hacer? Al que le guste, nice. Y al que no, también. Así es”.
Para eso, Fede no necesita disqueras. Todavía no. “Algún día voy a firmar con una. Ahora trabajo independiente hasta que pegue una canción”. Mientras, contento de escribir y lanzar música, Fede anima a que haya más personas componiendo. “Por miedos o por ‘qué van a decir’, la gente no lo hace. Diría que lo hagan de una. Es muy divertido escucharte y verte en la televisión o YouTube. A mí me causa una satisfacción que está buena”.