Nicolás Zamora en un lugar diferente
“Es una experiencia increíble. No la cambiaría por nada. A veces me paro y siento que estoy en una película, y me gusta mucho ese sentimiento”.
Colegios del Mundo Unido, o UWC (del inglés United World Colleges), es un movimiento educativo internacional con la misión de unir personas, naciones y culturas a través de la educación. El joven Nicolás Zamora Gutiérrez, de 18 años, se animó a postular después de que una prima lo llevara a una charla informativa. “Me interesó mucho. No podía ese año, y al año siguiente no quedé. En 2021 volví a postular y me dieron la plaza”.
UWC envió a Nicolás a la comunidad urbana de Dilijan en Armenia, un sitio que “no se parece a Tarija. Realmente las casas, los supermercados, la gente, la comida, todo es distinto”. Sabiendo que estaría dos años lejos, Nicolás aprovechó para empaparse de Tarija, y puede decir que no extraña tanto como creía. “Obviamente extraño a mi familia, mis amigos, la comida, pero estoy disfrutando lo que estoy viviendo porque sé que es una oportunidad única que te abre la mente, y quizá nunca más vuelva a Armenia”.
“Solo el hecho de postular es una experiencia increíble y constructiva, porque te hace crecer en muchos aspectos y aprendes cosas que pueden servirte para otras oportunidades”
Con la modalidad “onboarding”, Nicolás prácticamente vive en el colegio. “Aunque tengo tiempo para salir a conocer la ciudad y hay actividades, servicio y otras cosas además de lo académico, se dedica bastante tiempo al colegio. Los días son ocupados con el bachillerato internacional”, afirma Nicolás. En el poco tiempo que ha estado en Dilijan, ha aprendido mucho de personas y culturas, y está explotando el potencial de dos materias de arte que le hubiera gustado tener en Bolivia.
“Me gusta mucho el arte, los aspectos y detalles que tiene. Me gusta mucho la psicología y la química, aunque es un reto. Me gusta saber que puedo lograr más cosas. El diploma internacional es muy útil para eso. Quiero que las puertas se me abran para hacer lo que realmente quiera y donde quiera”, confiesa el joven Nicolás, para quien “solo el hecho de postular es una experiencia increíble y constructiva, porque te hace crecer en muchos aspectos y aprendes cosas que pueden servirte para otras oportunidades”.
Agradecido de poder vivir esta experiencia, Nicolás aclara que no se trata de un intercambio. “A mi casa no ha llegado nadie. Simplemente he ganado una plaza para venir aquí a estudiar”. Hasta ahora, ha tenido la suerte de coincidir con muchas personas hispanohablantes que se han vuelto familia. “Siempre que necesitamos cosas, estamos para ayudarnos. Cada uno tiene su chispa. Siempre es bueno tener algo que te recuerde a tu hogar y, en este caso, es esa comunidad”.