La apretada agenda de Alejo Ospina
Ospina viaja por todo el mundo y puede cambiar sus planes a último momento, pero siempre se da tiempo de volver a Medellín para juntarse con familia y amigos.
Al modelo e influencer colombiano Alejo Ospina le gusta usar su nombre artístico que “es una abreviatura de mi nombre real”. Su oficio le permite disponer de su imagen, su tiempo, viajar y hacer lo que le gusta desde cualquier parte. Muy pronto estará en Brasil colaborando con Andy Rodrigues, otra estrella del modelaje, para después quedarse unos meses en Estados Unidos haciendo fotografías con el afamado Carlos Campos.
En agosto lo esperan en la isla griega de Mykonos, donde Alejo modelará y animará las fiestas LGBT del verano del hemisferio norte. “Mi trabajo puede ser cuestionado por muchos debido al contenido explícito. Comenzar no fue fácil, recibimos muchas críticas y negativas, pero gracias a mis redes sociales pude mostrar que es un trabajo más, que no daña a nadie, y que hace parte de la libre expresión”.
“El rechazo y la discriminación no solo vienen de afuera, los mismos miembros de la comunidad se atacan constantemente entre sí, sobre todo a través de redes sociales”
Si Alejo habla en plural es porque incluye a Daniel Montoya, otro modelo con quien tuvo una relación fundamental para el desarrollo de su carrera. “La cuarentena fue el motor para todo lo que he logrado hasta ahora. Pasamos la cuarentena juntos, construimos un nombre y nos dimos a conocer. Gracias a nuestras aventuras por el mundo, hemos ido aumentando nuestro fan base que se compone en su mayoría de hombres gay”.
Ospina estudio ingeniería de petróleos, pero nunca ejerció esa profesión. En su lugar, se ha enfocado 100% a trabajar por redes sociales ayudando a eliminar los tabúes e ideas negativas que afectan a la comunidad gay en todo el mundo. “El rechazo y la discriminación no solo vienen de afuera, los mismos miembros de la comunidad se atacan constantemente entre sí, sobre todo a través de redes sociales”.
Es diferente con la familia y los amigos, que apoyan los proyectos de Alejo consiguiéndole locaciones, utilería e incluso aportando ideas. “Soy muy afortunado de contar con ellos, me motivan a continuar y me alientan a seguir creciendo”. Alejo recuerda que, en su niñez, la familia le ha dado las bases para ser la persona que es hoy, lo que ayudó a que pudiera explorar su identidad y gustos de una manera libre y segura.
Pero Alejo solo ha encontrado en otras ciudades, no en su natal Medellín, la libertad para manifestarse. “Dubái me abrió la mente para creer que cada vez se pueden lograr cosas más grandes y que no hay límites. He encontrado seguridad en las calles donde puedo usar tranquilamente mis joyas. Soy amante del oro, pero cuando vengo a mi tierra debo guardarlo todo y esperar a estar de nuevo donde pueda usarlo con tranquilidad”.