Carolina Illescas y las macetas únicas de Look



Fue hace poco más de cuatro años que Carolina Illescas Campos se planteó por primera vez el pintar sus propias macetas. Esa pequeña iniciativa la llevó de forma inesperada a crear Look, su marca de macetas pintadas a mano, que desde entonces no ha parado de comercializar.
Si bien Carolina nació en la ciudad de La Paz, desde los dos años que vive en Cochabamba. Ahí cultivó su gusto por la estética y la fotografía, motivo por el que se formó como diseñadora gráfica. Paralelamente, iba gestando una rutina muy apegada a las plantas, especialmente los cactus. Señala a su mamá como la principal influencia en ese gusto.
Dado ese ojo crítico por la estética de las cosas y el cariño con el que trata a sus cactus, Carolina no hallaba en el mercado local macetas que satisfagan sus expectativas. Explica primero que, investigando cómo crear un mejor entorno para las plantas, se enteró de que el plástico no es bueno para los cactus. Pero las macetas de barro tampoco eran la solución, al menos de momento.
“Buscaba macetas con vida y un toque especial”.
Carolina buscaba macetas con un toque especial, un toque que no encontró en las macetas de barro convencionales ni en las ya pintadas. Entonces surgió en ella un “¿por qué no las pinto yo?”. Así fue como Carolina empezó a dar vida a las macetas que compraba sin pintar. Con colores vivos de su propio trazo logró el resultado que buscaba y empezó a compartirlo en sus redes sociales.
Poco tiempo pasó hasta que empezaron a hacerle pedidos. Consciente de que su trabajo era aceptado, no temió el desafío de emprender. Con 10 macetas se presentó a una primera feria y creó las redes sociales de Look. Más tarde una tienda colaborativa de emprendedores se contactó con ella para sumar las macetas a su catálogo, lo cual facilitó su labor, pues los clientes podían recoger los pedidos de ahí.
Aunque no esperaba vender sus creaciones cuando empezó, hoy tiene hasta seis pedidos semanales. Sus principales clientes son personas que rondan la tercera edad, algunas le compran macetas cada mes. También realiza envíos al resto de Bolivia, pero a los 20 o 70 bolivianos que pueden costar las macetas, les agrega una tarifa extra para garantizar que lleguen bien.
Hoy Carolina sueña con una tienda propia para Look. Las ganancias nunca fueron el principal objetivo con las macetas, pero ahora sabe cuánto puede expandirse, pues encontró una gran comunidad que también cuida hasta el último detalle para sus plantas.