Benjamín Ortega, el niño de 11 años que emprende con accesorios artesanles
El niño tiene que organizar su tiempo entre el colegio, el ballet folclórico y su negocio “Pulseras Benjamín”.
A los 11 años Benjamín Jorge Ortega Tarifa demuestra que no hay edad para emprender. Este jovencito tarijeño lanzó hace poco su negocio de accesorios al mercado tarijeño. Entre pulseras, anillos y cadenas, “Pulseras Benjamín” va por su cuarto mes de vida. En ese tiempo Benjamín ya ha podido probar un poco de lo que implica ganar su propio dinero con trabajo a mano.
Todo empezó cuando Benjamín notó que muchas personas, entre ellas seres cercanos, emprendían con negocios virtuales durante la cuarentena rígida. El ver cómo la gente mostraba en internet sus creaciones artesanales y ganaban seguidores impulsó al niño a sumarse al movimiento y lanzar su propio emprendimiento en redes sociales. Para ese propósito eligió trabajar con accesorios. Sin embargo, tenía poco conocimiento en el área.
Lo más cercano que Benjamín había estado de algo así fue cuando en el colegio le enseñaron a bordar. Pero sabía que en internet podía encontrar el conocimiento que necesitaba. Con videotutoriales aprendió distintos puntos y técnicas para crear sus primeras manillas de hilo trenzado.
“Hay que aprovechar el tiempo de cada día”.
Aunque él ya sabía que quería tener un negocio, guardó la idea un tiempo en su mente. Cuando les contó a sus papás, estos estuvieron de acuerdo de inmediato y le expresaron su apoyo para cuando lo necesite. “Pulseras Benjamín" nació el 7 de septiembre de 2021, luego de una semana de practicar las técnicas. La manera en que empezó a promocionar sus nuevos productos fue mediante la difusión en grupos y estados de WhatsApp. Por ello sus primero clientes fueron sus familiares y, aunque sí vendía, descubrió a los niveles que podía llegar usando las redes sociales a su favor.
Entonces creó sus páginas de Instagram y Facebook, @pulseras_bejamin y Pulseras Benjamín respectivamente, y se topó con la buena aceptación que sus productos tenían en personas desconocidas. Desde entonces que tiene entre 10 y 25 pedidos semanales. Benjamín afirma que se siente muy contento por su negocio, aunque este le obliga a organizar muy bien sus tiempos entre el colegio, el ballet folclórico y los pedidos.
También agradece la ayuda de sus padres, dado que su papá se encarga de hacer las entregas, mientras que su mamá lo ayuda dándole inspiración con nuevos modelos. A pesar de ello, Benjamín puede llegar a sentir que las 24 horas del día no siempre le alcanzan, pero él ya es consciente del sacrificio que implica tener un emprendimiento.