Doña Nico, una historia de 42 años en la cocina
Conocida por los tarijeños hace más de 40 años, doña Nico repasa su historia.
A sus recién cumplidos 72 años, Nicolasa Ríos, mejor conocida como doña Nico, rememora algunos pasajes de su vida. Las siete décadas de su historia la han llevado por numerosos caminos de los que resalta uno: la cocina. Pero los últimos años la estabilidad de doña Nico ha pasado por algunos cambios que ella considera buenos, pues tuvo que dejar de lado su eterno puesto en el Mercado Central y dedicar el tiempo de pandemia a descansar.
Doña Nico creció viendo cómo su madre cocinaba picantes en la calle Oruro. Así conoció de cerca la vida de una cocinera y las claves para crear una comunidad fiel de clientes. El primero de sus cinco hijos lo tuvo a sus 16 años, los siguientes irían naciendo hasta la llegada de la última y única mujer, a sus 35 años. En ese periodo, doña Nico se desempeñó como abarrotera, vendedora, panadera, entre otros oficios; al respecto, cuenta: “Yo he criado a mis hijos sola. No importaba de qué, pero siempre me he esforzado por salir adelante para ellos”.
“Hoy tengo 5 hijos, 18 nietos y 7 bisnietos”.
Las paredes junto a las que cuenta su historia están repletas de fotos de los diferentes logros de sus hijos en las categorías juveniles de fútbol en el departamento. Aunque el mayor de ellos hoy tiene 56 años, ella aún recuerda esas épocas con mucho orgullo.
Tras el nacimiento de su hija, doña Nico se introdujo al mundo de la cocina como una de las jóvenes protagonistas en el Mercado Central. Con nostalgia en la voz lamenta: “Prácticamente todas mis compañeras de ese primer año en el mercado han fallecido. Sus nietas o bisnietas tienen sus lugares hoy”.
Por su lado, doña Nico ha administrado su puesto en el mercado junto a su hija los últimos años. El puesto 20, recuerda, aquel que ocupó por más de 42 años y al que espera volver en 2022. El que su hija siga sus pasos es sinónimo de más orgullo, aunque cree que, como todas las cocineras jóvenes de hoy, aún le falta “pillar la sazón y saber tratar a los clientes”.
Ni la pandemia ha podido alejar a doña Nico de su “séquito de clientes”, aquellos que solía atender cuando salían de la universidad, y hoy llegan desde otras partes del país junto a sus familias para volver a probar los platos de Nicolasa. Sus clientes se mantuvieron fieles, pero el cambio fue irresistible para doña Nico, pues tuvo que avocarse a un descanso forzado por la pandemia. Hoy vende sus platos solo los domingos en la casa que pudo comprar con los ahorros de sus 42 años en la cocina.
Otro de los cambios por los que pasó fue el de dejar temporalmente la cocina por los escritorios en 2019, cuando fungió como concejal por 5 meses. Además, ha recibido múltiples reconocimientos por sus platos, trayectoria y fama entre los tarijeños. Pero a sus 72 años doña Nico no se cansa: está segura de volver a su puesto el año que viene.