Gabriela Mamani, la joven que emprende con muñecos a croché
Gabriela teje desde niña, la pandemia fue el empujón que necesitaba para emprender con sus creaciones.
A sus 25 años, Gabriela Mamani Calle emprende con creaciones a base de croché. Aunque esta joven paceña en realidad estudió para ser estilista, hoy sigue una pasión diferente y desde Arterrumi Love, su emprendimiento, crea y comercializa muñecos tejidos.
Tejer es una habilidad que Gabriela empezó a dominar en su infancia. Fue alrededor de sus 8 años que veía a su mamá tejer. La curiosidad la motivó a preguntar y su madre le enseñó, desde entonces no ha dejado de tejer.
Gabriela siempre a tejido para ella misma. Creaba gorros, chalinas u otras prendas que llamaban la atención de su entorno. Tanto que un día una amiga le preguntó si podía hacerle unas muñecas. Gabriela se emocionó mucho con la idea y luego de hacerlas y entregarlas, le nació la idea de emprender.
“Todos sabemos algo que podemos aprovechar y compartir”.
Más tarde llegó la pandemia por covid-19, Gabriela ocupó el tiempo libre tejiendo. Un día, tras terminar un gorro y una bufanda, subió las fotos de estos a una página de ventas en internet. Se encontró sorprendida por la gran cantidad de interesados y pedidos que le llegaron. Ese era el empujón final que necesitaba para lanzar su emprendimiento.
Así nació Arterrumi Love, nombre que eligió porque junta las palabras “arte” y “amigurumi”, que son los muñecos hechos a croché. Además, añadió la palabra “love” por el cariño que le tiene al tejido en general y a sus productos en particular. Gabriela cree que, a pesar de todo lo negativo de la pandemia, también provocó algunas cosas buenas, como la ola de emprendedores de la que ella es parte.
Las primeras semanas de Arterrumi Love llegaron con algunos desafíos para Gabriela. Si bien la parte de tejer la dominaba desde pequeña, fue el trabajo en redes sociales lo que más le costó. Cuenta que, por ejemplo, hasta entonces no sabía usar Instagram, al menos no con un enfoque comercial. Tuvo que aprender a sacar fotos y editarlas para “darle vida” a sus productos. Además de descubrir cuáles eran lo mejores horarios para realizar las publicaciones, detalle que aconseja no dejar de lado.
Para el futuro, Gabriela cuenta que le gustaría tener una tienda física y generar empleo para ayudar a madres solteras. También añade que pretende compartir sus conocimientos mediante cursos. Ella afirma que “hay que aprovechar lo que sabemos y hacer algo que sume”.