Alejandra Rossell y sus galletas únicas en Tarija
En Biscuit Alejandra innova con recetas propias.



María Alejandra Rossell Ulloa es una joven tarijeña estudiante de medicina que emprende con galletas hechas por ella misma en Biscuit, su marca. Si bien realiza sus estudios universitarios en Cochabamba, hace más de un año que se encuentra en Tarija a causa de la pandemia por covid-19.
Alejandra optó por la medicina como el camino para su vida luego de la pérdida de sus abuelos. Fue entonces que se percató de que no había ningún médico en la familia y se propuso ser la primera.
Respecto a Biscuit, Alejandra cuenta que fue durante una tarde de cuarentena que se sentó con su mamá a cranear la idea. Esa etapa de encierro, ella vio cómo otros lanzaban sus emprendimientos y se sintió tentada por ese “pequeño desafío”; luego entendería que se trataba de un reto de mayor magnitud. Junto a Romina Ulloa, su madre, decidió hacer galletas, pues, aunque ya había personas dedicadas a la repostería, no las había específicamente con galletas.
Alejandra destaca la importancia del papel de su madre, ya que ella es una apasionada de la repostería y el libro donde inmortaliza sus recetas fue el punto de partida. Solo el inicio, pues luego de mes y medio de ensayos e intentos fallidos, dieron con la receta que buscaban.
Biscuit nació con galletas de dos sabores: clásica con chispas de chocolate y chocolate con chispas. La noche que Alejandra abrió las páginas en redes sociales se vio superada por los nervios: “Estaba nerviosa y temblaba”.
“Sin mi mamá no hubiese logrado nada”.
Desde entonces Alejandra cambió su rutina para preparar y hornear las galletas, empaquetarlas, coordinar los envíos y administrar las redes sociales. Ese pequeño desafío que la tentó se configuró en un verdadero y gratificante cambio en su día a día.
Sin embargo, Biscuit vio interrumpida su producción en 2 ocasiones: cuando los estudios limitaron su tiempo y cuando tuvo que volver a Cochabamba unos meses, por la U. también. Aunque ella es una apasionada por su negocio, tiene claro que su meta es la medicina.
Actualmente Biscuit amplió la gama de sabores a 5, Alejandra añadió nuez, red velvet y una variante de chocolate rellena con crema de Bon o Bon. En las próximas semanas lanzará el sexto sabor. Se trata de una combinación de frambuesa y chocolate blanco a la que Alejandra tiene mucha fe.
Para el futuro, buscará la manera de mantener en pie a Biscuit, porque tendrá que regresar a Cochabamba. Por lo pronto trabaja en ampliar la variedad de productos.