Luis Borda, hacer cine en Bolivia
El productor cochabambino hace un repaso de su carrera



Luis Borda nació en la ciudad de Cochabamba hace 33 años. Él se dedica a la producción audiovisual y cinematográfica de manera profesional, aunque ya desde su niñez que experimentaba creando historias con una cámara.
Lo hacía con una cámara de VHS y con sus amigos como actores. Recuerda que las temáticas más recurrentes eran las de terror, además de las dificultades propias de la época, cuenta: “No podíamos editar lo grabado, así que debíamos cortar la grabación de cada escena y seguir inmediatamente con la siguiente. Luego se reproducía todo junto”.
Con esas primeras experiencias Luis iba tomando conciencia de qué era aquello a lo cual se quería dedicar: los audiovisuales y el cine.
“La calidad de un trabajo no depende solo de la cámara, el estudio y trabajo de mesa son esenciales”.
En la universidad optó por la carrera de Comunicación Social, aunque no tardó en inscribirse también a Diseño Gráfico, área en la que igual se desempeña. Finalmente entró a La Fábrica para poder estudiar aquello que soñaba, sin embargo, no se trataba de otra licenciatura, dice: “Se trataba más del aprendizaje y conocimiento que del cartón”.
Con todos los conocimientos conjugados, Luis pudo continuar su carrera en la producción audiovisual y consolidarse en el área. Explica que de niño no veía esta realidad como algo posible y, aunque no hace puramente cine, sí puede trabajar productos narrativos audiovisuales como los videoclips, por ejemplo, a los que define como: “Una excusa para hacer cine”.
Respecto a cómo ve la evolución del cine en Bolivia, dice que la producción nacional ha aumentado en los últimos años gracias a que la tecnología y herramientas son más accesibles, y considera que eso es muy bueno. Sin embargo, también explica que, con una mayor producción, la calidad media también baja un poco, pues es relativamente fácil acceder a una cámara, pero los conocimientos teóricos se adquieren con mucho estudio. Añade que la producción audiovisual no se limita a los rodajes, sino que el “trabajo de mesa” es también esencial.
Actualmente, Luis trabaja en la preproducción de su ópera prima, un producto cinematográfico que será la adaptación de un cuento boliviano. Aún no quiere dar detalles sobre el proyecto, solo que estará ambientado en los años 50, lo cual implica un verdadero reto para él, pues cosas como las vestimentas o las formas de hablar no pueden ser descuidadas.
Luis concluye con la afirmación de que la carrera del cineasta en Bolivia es una mezcla de “magia y riesgos”.