Natalia Humacata: “La música genera cambios”
“Ya nada me calla, ya todo me sobra. Si tocan a una, respondemos todas”
“Ya nada me calla, ya todo me sobra. Si tocan a una, respondemos todas” son los versos de Vivir Quintana, que acompañan a Natalia Humacata Rocha, en cada plantón, marcha y pronunciamiento contra el feminicidio, en los que porta con firmeza y seguridad los pañuelos violeta y verde.
Ella junto a Císcar Daniel Vargas Borda conforman el Dúo Ramé, Natalia también es activista del colectivo Ivaginarias desde su fundación el 8 de marzo del año 2019. A sus 18 años es una firme defensora de la equidad de género y la igualdad de oportunidades.
Para Natalia “la música es un instrumento social y político, cuya fuerza debemos aprovechar para llegar a la gente y dar voz a sectores que no lo tienen”.
La primera vez que la joven interprete pisó un escenario fue a los 8 años y desde entonces supo que era donde quería estar, pero encontrar su lugar no sería sencillo. Natalia cuenta: “Cuando terminé el colegio empecé a ver que tal vez el canto es solo un hobbie. No estaba tan conectada con la música hasta hace dos años”.
“El punto de quiebre fue cuando matan a una amiga mía”, cuenta Natalia. Este hecho desgarrador marcaría la vida de la joven, durante su adolescencia. La primera vez que asistió a una marcha del colectivo “NI Una Menos” lo hizo acompañada de su madre. Desde entonces fue adentrándose más en el trabajo que realiza esta organización. “Al principio gritaba con ellas, protestaba con ellas”, pero pronto hallaría su propia manera de protestar y hacer escuchar su voz.
No fue hasta hace un año atrás que Natalia y Daniel conforman el Dúo Ramé, que es un vocablo balinés que significa “un cambio caótico y hermoso”. “Es lo que nosotros queremos realmente provocar, que haya un cambio”, explica la artista. El Dúo Ramé desde su fundación apoya la lucha por los derechos humanos, desde el arte a través de la música social.
La joven de 18 años tiene claro que la música no puede prevenir la violencia, “la muisca y el arte no pueden prevenir nada. El arte es de libre interpretación. Lo que el arte hace es provocarte algo. El arte te provoca, no te previene de nada. Es un instrumento que provoca, que denuncia, ahí sí se puede generar un cambio”, dice.
En la música al igual que otros ámbitos, la “invisibilización” del trabajo de la mujer y la falta de oportunidades es algo que aún está presente en nuestros días y que a Natalia le tocó ver de cerca. Ella relata que, “cuando Ramé gana un premio, caigo en cuenta de la desigualdad de oportunidades. Estaban reconociendo a artistas tarijeños. Éramos cuarenta. Cuando veo la foto, me doy cuenta que yo era la única mujer”.
“La copla, la cueca y el contra punto, tienen raíces machistas. Lo cantamos, lo bailamos y lo normalizamos, pero no está bien. Es algo que hay que ir rompiendo. Tenemos que empezar a deconstruir la música y la cultura” concluye.
“No voy a decir empoderar porque del poder no te empodera, te revelas contra el poder y contra toda esta estructura”.