Fatiga después de comer
Camilo Andrade Nutricionista Llevas toda la mañana esperando la hora de comer. Llega el momento y te comes tu almuerzo, te sienta genial, pero después de terminar empiezas a notar sueño y cansancio. Cuando comes, el cuerpo empieza a funcionar a toda marcha, empieza con el proceso...



Camilo Andrade Nutricionista
Llevas toda la mañana esperando la hora de comer. Llega el momento y te comes tu almuerzo, te sienta genial, pero después de terminar empiezas a notar sueño y cansancio. Cuando comes, el cuerpo empieza a funcionar a toda marcha, empieza con el proceso digestivo: la cantidad de sangre en el estómago y los intestinos aumenta y llega menos oxígeno al cerebro. Esta falta de oxígeno se manifiesta en forma de fatiga.
Conociendo más
Lo que comes también influye en cómo te sientes: si comes alimentos altos en azúcar y carbohidratos simples (por ejemplo, pasta o pan blanco), el cuerpo libera más insulina. La insulina es una hormona peptídica que reduce los niveles de azúcar en sangre, así que si tu cuerpo libera demasiada insulina, puede llevar a un colapso de azúcar en sangre. Esto provocará sensación de cansancio y falta de energía, y tendrás dificultades para concentrarte. Y, ¿qué te va a apetecer sintiéndote así? ¡Más azúcar! Si quieres tener más energía y aumentar la productividad a lo largo del día, prueba a reducir la ingesta de azúcar.
Desayunar por la mañana te activa y evita que tengas ataques de hambre a lo largo del día (algo que también te puede causar fatiga). Además, si desayunas, a la hora de comer no tendrás tanta hambre y, al terminar, no te invadirá el cansancio. Un paseo corto después de comer te puede ayudar. El aire fresco y el ejercicio aportan una gran cantidad de oxígeno al cerebro. Si no puedes salir, abre la ventana de la oficina y respira un poco de aire fresco. Solo porque la fatiga te invada después de comer, no significa que debas dejar de comer. Prueba a comer porciones más pequeñas y alimentos más saludables.
Las carnes, el queso, la leche, los cereales de trigo y los frutos secos provocan sueño
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Llevas toda la mañana esperando la hora de comer. Llega el momento y te comes tu almuerzo, te sienta genial, pero después de terminar empiezas a notar sueño y cansancio. Cuando comes, el cuerpo empieza a funcionar a toda marcha, empieza con el proceso digestivo: la cantidad de sangre en el estómago y los intestinos aumenta y llega menos oxígeno al cerebro. Esta falta de oxígeno se manifiesta en forma de fatiga.
Conociendo más
Lo que comes también influye en cómo te sientes: si comes alimentos altos en azúcar y carbohidratos simples (por ejemplo, pasta o pan blanco), el cuerpo libera más insulina. La insulina es una hormona peptídica que reduce los niveles de azúcar en sangre, así que si tu cuerpo libera demasiada insulina, puede llevar a un colapso de azúcar en sangre. Esto provocará sensación de cansancio y falta de energía, y tendrás dificultades para concentrarte. Y, ¿qué te va a apetecer sintiéndote así? ¡Más azúcar! Si quieres tener más energía y aumentar la productividad a lo largo del día, prueba a reducir la ingesta de azúcar.
Desayunar por la mañana te activa y evita que tengas ataques de hambre a lo largo del día (algo que también te puede causar fatiga). Además, si desayunas, a la hora de comer no tendrás tanta hambre y, al terminar, no te invadirá el cansancio. Un paseo corto después de comer te puede ayudar. El aire fresco y el ejercicio aportan una gran cantidad de oxígeno al cerebro. Si no puedes salir, abre la ventana de la oficina y respira un poco de aire fresco. Solo porque la fatiga te invada después de comer, no significa que debas dejar de comer. Prueba a comer porciones más pequeñas y alimentos más saludables.
Las carnes, el queso, la leche, los cereales de trigo y los frutos secos provocan sueño
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