Semillas de calabaza
Las semillas de calabaza se incluyen dentro del grupo de los frutos secos, al que pertenecen las nueces, los pistachos, las avellanas, los anacardos o cajú, los piñones, las pipas de girasol, etc. Se obtienen, naturalmente, del interior de las calabazas, conocidas también como zapallos o...



Las semillas de calabaza se incluyen dentro del grupo de los frutos secos, al que pertenecen las nueces, los pistachos, las avellanas, los anacardos o cajú, los piñones, las pipas de girasol, etc. Se obtienen, naturalmente, del interior de las calabazas, conocidas también como zapallos o calabacín en algunos países y según las variedades. Pero las semillas tienen propiedades específicas y son cada vez más utilizadas para elaborar aceite y harinas, e incluso, directamente tostadas, como snaks.
Conociendo más
Dependiendo de la variedad, cada calabaza tiene, en promedio, 150 a 700 semillas. Estas semillas, muestran niveles lipídicos (grasas) por encima del 30% con ácidos grasos omega-3, omega-6 y omega-9, importantes reductores del colesterol total, colesterol LDL y triacilglicéridos. Junto con minerales como el cinc, hierro, potasio, magnesio, selenio y cobre, tienen vitaminas liposolubles A y E, así como vitaminas hidrosolubles como la tiamina, riboflavina y niacina.
De su valor proteico destaca su contenido en aminoácidos esenciales (nuestro cuerpo no es capaz de crearlos y debemos incorporarlos a través de los alimentos) como cistina, alanina, triptófano y glicina, entre otros que también están presentes en estas semillas, y favorecen la reparación tisular y la activación de las serotoninas. Además, poseen un inusual compuesto amioacídico conocido como cucurbitina, al que se le atribuyen propiedades desinflamatorias y antiparasitarias.