La papa en la dieta
Camilo Andrade Nutricionista El problema con la papa está en la forma en que la consumimos: a la francesa, rellena con crema y tocino, frita, en puré rebosante de mantequilla y leche, con las cantidades de grasa que esas preparaciones llevan, con las que por supuesto que vamos a subir de...



Camilo Andrade Nutricionista
El problema con la papa está en la forma en que la consumimos: a la francesa, rellena con crema y tocino, frita, en puré rebosante de mantequilla y leche, con las cantidades de grasa que esas preparaciones llevan, con las que por supuesto que vamos a subir de peso si la incluimos en nuestra dieta.
Conociendo más
Una papa cocida (de tamaño mediano) aporta a penas 110 calorías y también contiene una cantidad significativa de proteína, ácido fólico, vitamina C, potasio y fibra, especialmente en la cáscara. Entonces la papa en la dieta, ¿sí o no? Sí, siempre y cuando limitemos su consumo a la mitad de una pieza mediana con cáscara, máximo tres veces por semana, y en una preparación que no lleve grasa (al horno, cocida, en un guisado, asada).
Un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition mostró que preparaciones de este estilo (específicamente, a la francesa), combinadas con la cantidad de glucosa disponible en el almidón de la papa, aumentan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en mujeres.
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Una papa cocida (de tamaño mediano) aporta a penas 110 calorías.
El problema con la papa está en la forma en que la consumimos: a la francesa, rellena con crema y tocino, frita, en puré rebosante de mantequilla y leche, con las cantidades de grasa que esas preparaciones llevan, con las que por supuesto que vamos a subir de peso si la incluimos en nuestra dieta.
Conociendo más
Una papa cocida (de tamaño mediano) aporta a penas 110 calorías y también contiene una cantidad significativa de proteína, ácido fólico, vitamina C, potasio y fibra, especialmente en la cáscara. Entonces la papa en la dieta, ¿sí o no? Sí, siempre y cuando limitemos su consumo a la mitad de una pieza mediana con cáscara, máximo tres veces por semana, y en una preparación que no lleve grasa (al horno, cocida, en un guisado, asada).
Un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition mostró que preparaciones de este estilo (específicamente, a la francesa), combinadas con la cantidad de glucosa disponible en el almidón de la papa, aumentan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en mujeres.
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Una papa cocida (de tamaño mediano) aporta a penas 110 calorías.