Sin diálogo político, crece la tensión en La Paz
Más que pulso es ajedrez, y más que en las calles, la partida se libra en las redes sociales, decisivas en la conformación de la opinión pública, que al final es la que condiciona tanto a la opinión internacional como los actores nacionales a la hora de administrar su poder. La historia...



Más que pulso es ajedrez, y más que en las calles, la partida se libra en las redes sociales, decisivas en la conformación de la opinión pública, que al final es la que condiciona tanto a la opinión internacional como los actores nacionales a la hora de administrar su poder.
La historia se cuenta en capítulos, y el ejemplo más claro es el protagonizado por Luis Fernando Camacho ayer en La Paz. Después de 48 horas con media Bolivia – como poco – especulando sobre lo que podía mostrar el líder cívico cruceño para “forzar” la renuncia de Evo Morales, no mostró nada. Pero con las redes llorando su decepción, apareció en el aeropuerto de La Paz con su biblia y su carta para entregar a Morales. El MAS reaccionó como viene reaccionando: El Alto se convirtió en un escenario de intolerancia, con movimientos sociales exigiendo que Camacho volviera a Santa Cruz, y creando una suerte de control de entradas y salidas vejando a prensa y a población cruceña. Hasta Luis Almagro, jefe de la OEA, pidió por tuit dar paso libre y garantizar su seguridad.
Al medio día ya nadie se acordaba del vídeo que Camacho tenía que mostrar, sino que la cosa era de la carta y del temor que alguien le podía tener a ella. En el fondo, el humor emergía para camuflar otras indignaciones sobre la libertad de movimientos, el uso selectivo de la Policía, el fanatismo y otros. Camacho retornó a Santa Cruz, línea defensiva, en un vuelo chárter tripulado por la Fuerza Aérea Boliviana y sin la carta firmada, pero con tiempo para pensar en el siguiente movimiento.
Camacho prometió volver hoy mismo a La Paz. Hasta anunció que lo haría en el vuelo de Boa a las 14.30 horas. En cualquier caso, en horas de la noche se desataron altercados en el entorno de la plaza Murillo. Masacre de peones. Primero fue una marcha de médicos que quería pegar “la carta” en Palacio, y que fueron repelidos por movimientos sociales afines al Gobierno que también se habían convocado. Después fueron los estudiantes y la Policía, con carro Neptuno incluido, los que protagonizaron enfrentamientos que nadie quiere ver, pero que no cesan.
Enroque
Antes, al mediodía, Morales asistió a la no tan concurrida concentración de la Central Obrera en la plaza San Francisco, donde no movió una coma del discurso que viene sosteniendo desde el 20 de octubre - somos más, hay que proteger los avances del proceso de cambio, respetar al indígena y campesino – salpicado con algunas bromas al respecto que casi nunca le salen bien. Esta vez recordó a Lidia Gueiler, que recibió por carta el golpe de García Mesa. Pero en Palacio.
También se mofó del pedido de renuncia. Y habló de la Constitución.
Mientras tanto, en Santa Cruz, en Sucre, en Potosí, en Tarija y en otras ciudades, se iniciaron tomas de instituciones públicas, causando inmediatas reacciones: el ministro Luis Arce Catacora, desaparecido en campaña, salió a advertir que habría dificultades para el pago de la Renta Dignidad. Otra amenaza que acabó en modo boomerang en las redes por lo que implica a los sectores desfavorecidos y por la inmediatez en su anuncio, cuando apenas se han empezado a dificultar los accesos a los bancos.
Auditoría
La auditoría de la OEA debería terminar hasta mediada la semana que viene, según compromisos públicos
También al mediodía habló Carlos Mesa, líder de Comunidad Ciudadana y hombre clave en el conflicto por ser el que representa a la fuerza de oposición más votada, pero no por ello más querido. Mesa, hombre cabal, defiende que la solución pasa por la convocatoria de nuevas elecciones por el “fraude monumental” del 20 de octubre, pero para mantener sus fuerzas se ve obligado a navegar por aguas turbulentas.
De un lado, Mesa no puede perder la movilización en las calles, aunque no tenga apenas ningún control sobre ellas, con todas absolutamente rendidas a las decisiones de Camacho. Por otro lado, sabe que la solución pasa por la auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) aunque no lo pueda decir, ni siquiera sugerir, como bien sabe el alcalde Rodrigo Paz, que ayer lo sugirió en la plaza Luis de Fuentes y le llovieron críticas que no pudieron frenar ni su ejército de redes.
Como va de ajedrez, ayer entró en escena otro alfil, Jorge Tuto Quiroga, que aunque sea responsable en buena medida de los dos tercios del MAS en esta legislatura por su irrupción presidencial en 2014, ha guardado su aureola de opositor duro, sobre todo por su prensa internacional y sus amigos de postín. Tuto entró para exigir cuidados para Camacho, pero acabó en la noche clamando por la segunda vuelta y la defensa de la auditoría de la OEA.
Con Camacho a un lado y Tuto al otro, Mesa tiene abierto el tablero para buscar el jaque mate con un MAS en enroque defensivo. Lo que nadie sabe es por cuanto tiempo.
El MAS advierte de riesgos para la economía
Desde hace dos semanas, el MAS ha apostado al desgaste de los bloqueos para recuperar la normalidad en las calles y aguardar la resolución de la auditoría de la OEA, sin embargo, apelando a la economía.
Primero apeló al prejuicio para los que viven del día, al alargue del calendario escolar, y toda la estrategia del golpismo. Después lo vinculó a la no entrega del doble aguinaldo a las protestas, pese a que el indicador se calcula en julio y también advirtió perjuicios para la entrega del Juancito Pinto.
Ayer, tras el anuncio de la toma de instituciones, el Ministro Arce Catacora habló de problemas para los ancianos para cobrar la Renta Dignidad. Después la ANH habló de desabastecimiento. Por el momento no ha causado los efectos esperados.
La historia se cuenta en capítulos, y el ejemplo más claro es el protagonizado por Luis Fernando Camacho ayer en La Paz. Después de 48 horas con media Bolivia – como poco – especulando sobre lo que podía mostrar el líder cívico cruceño para “forzar” la renuncia de Evo Morales, no mostró nada. Pero con las redes llorando su decepción, apareció en el aeropuerto de La Paz con su biblia y su carta para entregar a Morales. El MAS reaccionó como viene reaccionando: El Alto se convirtió en un escenario de intolerancia, con movimientos sociales exigiendo que Camacho volviera a Santa Cruz, y creando una suerte de control de entradas y salidas vejando a prensa y a población cruceña. Hasta Luis Almagro, jefe de la OEA, pidió por tuit dar paso libre y garantizar su seguridad.
Al medio día ya nadie se acordaba del vídeo que Camacho tenía que mostrar, sino que la cosa era de la carta y del temor que alguien le podía tener a ella. En el fondo, el humor emergía para camuflar otras indignaciones sobre la libertad de movimientos, el uso selectivo de la Policía, el fanatismo y otros. Camacho retornó a Santa Cruz, línea defensiva, en un vuelo chárter tripulado por la Fuerza Aérea Boliviana y sin la carta firmada, pero con tiempo para pensar en el siguiente movimiento.
Camacho prometió volver hoy mismo a La Paz. Hasta anunció que lo haría en el vuelo de Boa a las 14.30 horas. En cualquier caso, en horas de la noche se desataron altercados en el entorno de la plaza Murillo. Masacre de peones. Primero fue una marcha de médicos que quería pegar “la carta” en Palacio, y que fueron repelidos por movimientos sociales afines al Gobierno que también se habían convocado. Después fueron los estudiantes y la Policía, con carro Neptuno incluido, los que protagonizaron enfrentamientos que nadie quiere ver, pero que no cesan.
Enroque
Antes, al mediodía, Morales asistió a la no tan concurrida concentración de la Central Obrera en la plaza San Francisco, donde no movió una coma del discurso que viene sosteniendo desde el 20 de octubre - somos más, hay que proteger los avances del proceso de cambio, respetar al indígena y campesino – salpicado con algunas bromas al respecto que casi nunca le salen bien. Esta vez recordó a Lidia Gueiler, que recibió por carta el golpe de García Mesa. Pero en Palacio.
También se mofó del pedido de renuncia. Y habló de la Constitución.
Mientras tanto, en Santa Cruz, en Sucre, en Potosí, en Tarija y en otras ciudades, se iniciaron tomas de instituciones públicas, causando inmediatas reacciones: el ministro Luis Arce Catacora, desaparecido en campaña, salió a advertir que habría dificultades para el pago de la Renta Dignidad. Otra amenaza que acabó en modo boomerang en las redes por lo que implica a los sectores desfavorecidos y por la inmediatez en su anuncio, cuando apenas se han empezado a dificultar los accesos a los bancos.
Auditoría
La auditoría de la OEA debería terminar hasta mediada la semana que viene, según compromisos públicos
También al mediodía habló Carlos Mesa, líder de Comunidad Ciudadana y hombre clave en el conflicto por ser el que representa a la fuerza de oposición más votada, pero no por ello más querido. Mesa, hombre cabal, defiende que la solución pasa por la convocatoria de nuevas elecciones por el “fraude monumental” del 20 de octubre, pero para mantener sus fuerzas se ve obligado a navegar por aguas turbulentas.
De un lado, Mesa no puede perder la movilización en las calles, aunque no tenga apenas ningún control sobre ellas, con todas absolutamente rendidas a las decisiones de Camacho. Por otro lado, sabe que la solución pasa por la auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) aunque no lo pueda decir, ni siquiera sugerir, como bien sabe el alcalde Rodrigo Paz, que ayer lo sugirió en la plaza Luis de Fuentes y le llovieron críticas que no pudieron frenar ni su ejército de redes.
Como va de ajedrez, ayer entró en escena otro alfil, Jorge Tuto Quiroga, que aunque sea responsable en buena medida de los dos tercios del MAS en esta legislatura por su irrupción presidencial en 2014, ha guardado su aureola de opositor duro, sobre todo por su prensa internacional y sus amigos de postín. Tuto entró para exigir cuidados para Camacho, pero acabó en la noche clamando por la segunda vuelta y la defensa de la auditoría de la OEA.
Con Camacho a un lado y Tuto al otro, Mesa tiene abierto el tablero para buscar el jaque mate con un MAS en enroque defensivo. Lo que nadie sabe es por cuanto tiempo.
El MAS advierte de riesgos para la economía
Desde hace dos semanas, el MAS ha apostado al desgaste de los bloqueos para recuperar la normalidad en las calles y aguardar la resolución de la auditoría de la OEA, sin embargo, apelando a la economía.
Primero apeló al prejuicio para los que viven del día, al alargue del calendario escolar, y toda la estrategia del golpismo. Después lo vinculó a la no entrega del doble aguinaldo a las protestas, pese a que el indicador se calcula en julio y también advirtió perjuicios para la entrega del Juancito Pinto.
Ayer, tras el anuncio de la toma de instituciones, el Ministro Arce Catacora habló de problemas para los ancianos para cobrar la Renta Dignidad. Después la ANH habló de desabastecimiento. Por el momento no ha causado los efectos esperados.