La madre de la joven no cree en la versión de la Policía
Las dudas sobre la muerte de María Fernanda en una celda
La autopsia establece que la joven murió por asfixia mecánica y ahorcamiento, la familia observa el informe porque no revela otros elementos como un extraño sangrado
María Fernanda P. murió el pasado 6 de octubre en las celdas de la Estación Policial de la zona de Chasquipampa, las circunstancias aún no han sido esclarecidas. Su familia vive un mundo de interrogantes: ¿Cómo pudo quitarse la vida con un delgado cordel de su blusa? ¿Un cintillo corto podía soportar los 65 kilos de peso? ¿La altura desde donde presuntamente colgó el cordel era suficiente para que termine con su vida?
Su madre, Nely, se hace una y otra vez las mismas preguntas, intentando entender qué es lo que pasó esa noche y madrugada que su hija fue arrestada, junto a otros tres de sus amigos, por efectivos policiales que los condujeron a las celdas del módulo policial al promediar las 22.30 y a las 00:20 del 6 de octubre fue encontrada muerta.
“Mi hija entró viva y salió muerta”, rompe en llanto. El agobio hace que se olvide de las cosas y le pide a su hijo a cada rato que le recuerde. Desesperada intenta demostrar que en el caso existen inconsistencias y muchas dudas. Ella no cree en la versión de la Policía, no es suficiente que le digan que se quitó la vida, sostiene en declaraciones a la ANF.
Muestra la fotografía de María Fernanda con la blusa que tenía puesta el día trágico, en la imagen se ve el cintillo que habría usado para afectar su vida, es delgado y evidentemente no es muy largo; también tiene una fotografía de las celdas, la altura desde donde habría colgado el cintillo es más o menos de 1,50 metros.
La joven pesaba 65 kilos y medía 1,60 metros, según el informe del médico forense. ¿Acaso esa pitita delgada va a soportar ese peso? Tampoco es muy alto el soporte de la reja donde colgó la pita, insiste la progenitora.
“Hemos ido a la EPI para que nos den explicaciones, nos han mostrado las celdas. No hay nada para ahorcarse. Había sacado esta pitita lo había amarrado y ahí se había (hecho)”, se lamenta su hermana Laura, que tampoco cree en la versión policial.
El día del lavatorio de su cuerpo, la madre identificó algunos moretones y rasguños, al igual que un extraño sangrado en sus partes íntimas; aunque estos elementos no surgieron en el protocolo de la autopsia del Instituto de Investigaciones Forenses.
La explicación del médico forense es que eran los restos de su menstruación, pero Nely cree que no es coherente porque no se encontró -por ejemplo. unos paños higiénicos que demuestren este extremo.
Hace referencia a otros datos, “mire esa herida cerca de su boca de su labio, y aquí tiene heridas. Y en las dos caras tiene dos surcos grandes es como si le hubieran jalado fuerte”, explica mostrando las fotografías que ella sacó. El informe de autopsia se remite a señalar que falleció por “asfixia mecánica, por ahorcamiento”.
“Los mismos abogados han sacado sus conclusiones: que no se puede hacer con esa pitita”, explica la madre de María Fernanda, precisa que aún faltan otros estudios de laboratorio. Asegura que no descansará hasta saber la verdad de lo que le sucedió a su hija.
La familia ni siquiera fue comunicada por la Policía de la muerte de la joven, se enteraron a las 13:00 horas del miércoles 6 de octubre a través de su pareja que está en el penal de San Pedro quien fue detenido por agresiones hace meses.
Laura cuenta que ese día la pareja de María Fernanda se comunicó para decirles que en la televisión informaron que la joven había muerto. Al principio no creyeron, pero como no volvió a su casa desde el día anterior, decidieron ir a la morgue donde les confirmaron la trágica noticia.
Nely cuestiona que la Policía no haya tomado todos los datos de la joven cuando fue arrestada, dice que ni siquiera pudo verla a su hija antes de que la ingresen a la morgue. “No le he podido ver (…). Es muy doloroso para mí”.
Cuenta que cada minuto desde que ha muerto su hija es un tormento, que las fuerzas le abandonan y que solo sus hijos y ahora sus dos nietos huérfanos le dan la fuerza para continuar buscando justicia.