En primera fila: ser madre y policía en tiempos de Covid-19
Es 8 de mayo y la lucha contra el Covid-19 continúa, la batalla es dura, pero lo es aún más para quienes enfrentan la pandemia en primera fila, como los médicos y policías, considerados grupos de riesgo en esta lucha. Silvia Alcoba es policía, pero además es madre, por lo que sus...
Es 8 de mayo y la lucha contra el Covid-19 continúa, la batalla es dura, pero lo es aún más para quienes enfrentan la pandemia en primera fila, como los médicos y policías, considerados grupos de riesgo en esta lucha. Silvia Alcoba es policía, pero además es madre, por lo que sus quehaceres y preocupaciones han aumentado con esta pandemia.
Es actual secretaria de personal en la división de Personas y Homicidios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), tiene 22 años de servicio, y a sus 42 años de edad, cuenta que ha pasado por casi todas las unidades y divisiones de la Policía.
Afirma que en todos estos años de ardua labor, la actual época es una de las más difíciles y estresantes que le ha tocado vivir.
“Soy mamá, tengo un hijo de 16 años y está en una edad súper difícil, donde hay que tenerlo controlado, porque si uno no lo hace, ellos se pierden. Pero yo trabajo aquí todo el día y él se queda solo en la casa”, relata y admite que la mayor preocupación que tiene es su hijo, mucho más con la presencia del virus.
No es madre soltera, pero su pareja es también policía, cuenta que él trabaja en las provincias, por lo que se queda sola con su hijo casi todo el tiempo.
“Salimos con el miedo de venir con la enfermedad, y lo único que pensamos es en ellos, en nuestros hijos y decimos ¿y si me pasa algo?, ¿qué va a ser de mi hijo?, ¿quién lo va a ver, ¿quién lo va a ayudar? Es difícil, es complicado, una se llena de emociones cada vez que va a salir o va a hacer un control, con ese miedo, con ese temor”, confiesa.
Silvia cuenta que todos los días debe estar en formación a las 7.45, por lo que se levanta entre 5 y 6 de la mañana para adelantar el almuerzo y dejar algo preparado para el desayuno y comida de media mañana de su hijo, dado que ella no regresa hasta después de las 13.30 a su casa (esto por el horario continuo establecido por la pandemia).
Una vez de vuelta en su domicilio, lo primero que hace es quitarse la ropa y lavarla para evitar cualquier contagio en su hogar, pues sus superiores le dejaron en claro que cuidarse es responsabilidad de cada uno. Tras esto, se pone a terminar lo iniciado en la madrugada y con suerte almuerza con su hijo a las 14.30 aproximadamente.
Sumado a ello, cuenta que otro de los afanes que se le ha aumentado, es el de llegar a tiempo a su trabajo, más cuando está de servicio y la formación es a las 6 de la mañana. Ahora, ante la ausencia de transporte, ella debe buscar a alguien que la lleve, puesto que vive en el barrio 24 de Junio pasando el barrio Lourdes.Por la distancia el ir caminando no es una opción para ella.
Con el bebé lejos
[caption id="attachment_552519" align="alignnone" width="696"] Nicole Yucra[/caption]
Así como Silvia, la subteniente Nicole Yucra lidia con su riesgoso trabajo y la actual pandemia, solo que con la diferencia de que ella tiene como hijo a un bebé de tan solo 5 meses de edad. Afirma que debe ser fuerte ante la coyuntura y su profesión, pues es el oficio que ha elegido.
Nicole tiene 26 años de edad, hace sus primeras armas en la institución, en la dirección de Relaciones Públicas de la Policía, y cuenta que en este tiempo, lo más difícil de su trabajo es alejarse de su pequeño hijo todos los días, sin tener la certeza de a qué hora regresará, puesto que su trabajo no tiene horario.
A esto, se suma que su pareja es también un integrante de la familia verde olivo, por lo que el dolor es mayor, ambos deben ausentarse temprano y es la abuela del niño, quien les ayuda a cubrir ese vacío. Cuando retorna a su casa, lo único que desea es abrazarlo, pero nuevamente aquello debe esperar, porque antes debe seguir las estrictas medidas de seguridad, para recién poder estar un momento con su hijo.
“El hecho de ser mamá es una preocupación, pero ser madre y a la vez policía es doble preocupación en estos tiempos. Tenemos que poner el corazón duro para dejar a mi bebé en casa, pero me siento feliz, porque de una u otra manera estamos ayudando a enfrentar este virus que nos amenaza”, finaliza.
Mujeres Policías
Las mujeres policías en Tarija no superan en número a los hombres, pero sí conforman un gran grupo, puesto que según un reporte del jefe de personal del Comando, teniente coronel Hernán Gallardo, de los 1.800 efectivos que hay en todo el departamento, 500 son mujeres, todas ellas distribuidas en todas las unidades y direcciones de la institución verde olivo.
Gallardo, afirma que no se hace discriminación ni selección entre género a la hora de destinar a las mujeres a las diferentes unidades, puesto que ellas han sido capacitadas de la misma forma que los varones, aunque admite que en la única unidad donde no hay una mujer es en el Grupo Delta, por el riesgo y complejidad que éste implica.
Es actual secretaria de personal en la división de Personas y Homicidios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), tiene 22 años de servicio, y a sus 42 años de edad, cuenta que ha pasado por casi todas las unidades y divisiones de la Policía.
Afirma que en todos estos años de ardua labor, la actual época es una de las más difíciles y estresantes que le ha tocado vivir.
“Soy mamá, tengo un hijo de 16 años y está en una edad súper difícil, donde hay que tenerlo controlado, porque si uno no lo hace, ellos se pierden. Pero yo trabajo aquí todo el día y él se queda solo en la casa”, relata y admite que la mayor preocupación que tiene es su hijo, mucho más con la presencia del virus.
No es madre soltera, pero su pareja es también policía, cuenta que él trabaja en las provincias, por lo que se queda sola con su hijo casi todo el tiempo.
“Salimos con el miedo de venir con la enfermedad, y lo único que pensamos es en ellos, en nuestros hijos y decimos ¿y si me pasa algo?, ¿qué va a ser de mi hijo?, ¿quién lo va a ver, ¿quién lo va a ayudar? Es difícil, es complicado, una se llena de emociones cada vez que va a salir o va a hacer un control, con ese miedo, con ese temor”, confiesa.
Silvia cuenta que todos los días debe estar en formación a las 7.45, por lo que se levanta entre 5 y 6 de la mañana para adelantar el almuerzo y dejar algo preparado para el desayuno y comida de media mañana de su hijo, dado que ella no regresa hasta después de las 13.30 a su casa (esto por el horario continuo establecido por la pandemia).
Una vez de vuelta en su domicilio, lo primero que hace es quitarse la ropa y lavarla para evitar cualquier contagio en su hogar, pues sus superiores le dejaron en claro que cuidarse es responsabilidad de cada uno. Tras esto, se pone a terminar lo iniciado en la madrugada y con suerte almuerza con su hijo a las 14.30 aproximadamente.
Sumado a ello, cuenta que otro de los afanes que se le ha aumentado, es el de llegar a tiempo a su trabajo, más cuando está de servicio y la formación es a las 6 de la mañana. Ahora, ante la ausencia de transporte, ella debe buscar a alguien que la lleve, puesto que vive en el barrio 24 de Junio pasando el barrio Lourdes.Por la distancia el ir caminando no es una opción para ella.
Con el bebé lejos
[caption id="attachment_552519" align="alignnone" width="696"] Nicole Yucra[/caption]
Así como Silvia, la subteniente Nicole Yucra lidia con su riesgoso trabajo y la actual pandemia, solo que con la diferencia de que ella tiene como hijo a un bebé de tan solo 5 meses de edad. Afirma que debe ser fuerte ante la coyuntura y su profesión, pues es el oficio que ha elegido.
Nicole tiene 26 años de edad, hace sus primeras armas en la institución, en la dirección de Relaciones Públicas de la Policía, y cuenta que en este tiempo, lo más difícil de su trabajo es alejarse de su pequeño hijo todos los días, sin tener la certeza de a qué hora regresará, puesto que su trabajo no tiene horario.
A esto, se suma que su pareja es también un integrante de la familia verde olivo, por lo que el dolor es mayor, ambos deben ausentarse temprano y es la abuela del niño, quien les ayuda a cubrir ese vacío. Cuando retorna a su casa, lo único que desea es abrazarlo, pero nuevamente aquello debe esperar, porque antes debe seguir las estrictas medidas de seguridad, para recién poder estar un momento con su hijo.
“El hecho de ser mamá es una preocupación, pero ser madre y a la vez policía es doble preocupación en estos tiempos. Tenemos que poner el corazón duro para dejar a mi bebé en casa, pero me siento feliz, porque de una u otra manera estamos ayudando a enfrentar este virus que nos amenaza”, finaliza.
Mujeres Policías
Las mujeres policías en Tarija no superan en número a los hombres, pero sí conforman un gran grupo, puesto que según un reporte del jefe de personal del Comando, teniente coronel Hernán Gallardo, de los 1.800 efectivos que hay en todo el departamento, 500 son mujeres, todas ellas distribuidas en todas las unidades y direcciones de la institución verde olivo.
Gallardo, afirma que no se hace discriminación ni selección entre género a la hora de destinar a las mujeres a las diferentes unidades, puesto que ellas han sido capacitadas de la misma forma que los varones, aunque admite que en la única unidad donde no hay una mujer es en el Grupo Delta, por el riesgo y complejidad que éste implica.