Epifania y Miguel, una esperanza en la tormenta
Eran casi las 6 de la tarde del día domingo y doña Epifania con su hijo Miguel entraron por primera vez en su vida a una habitación de un hotel para descansar. Y por lo que describieron los oficiales encargados de trasladarlos, al parecer no conocían tampoco una cama. Miguel incluso se...
Eran casi las 6 de la tarde del día domingo y doña Epifania con su hijo Miguel entraron por primera vez en su vida a una habitación de un hotel para descansar. Y por lo que describieron los oficiales encargados de trasladarlos, al parecer no conocían tampoco una cama. Miguel incluso se asustó cuando se encendió la televisión del cuarto.
Ellos fueron traídos a Tarija desde la comunidad de Campanario, ubicada en el municipio de Méndez, a orillas del río Pilaya, para participar de un evento en homenaje a los adultos mayores, recibir su certificado de nacimiento, tener un carnet de identidad, pero sobre todo, para recibir los materiales que harán posible la más grande necesidad y anhelo de ambos, su propia casa.
Ella tiene 74 años de edad y es la madre de Miguel, quien tiene 61 años y tiene una discapacidad mental. Sus vecinos en Campanario se movilizaron y tocaron varias puertas para mostrar la dura realidad de ellos y pedir ayuda. La asambleísta Sandra Jerez junto a la Policía de Tarija fueron los que escucharon esos gritos de auxilio y junto al apoyo de instituciones y muchas personas, hoy están cerca de brindarles una casa.
“La lluvia me moja y me levanta. Todo, la ropa en bolsitas teníamos que sacar a secar al otro día, la cama todita se mojaba. Se entran los arroyos, se entra nomás el agua y nos saca cama y todo afuera (dice con tono de gracia), una lástima”, cuenta doña Epifania cuando se le pregunta de su casita.
Y es que ella vive en una “choza” como describen todos los que conocieron su hogar, pues la describen como un cuarto de 1 metro por 1 metro, de adobe y con techo de paja, en el que apenas hay espacio para colocar cuero de animal al piso y encima paja para ablandar la noche.
Cuando se le consulta ¿de qué vive? ella dice casi sollozando: “solita, no tenemos familia y de aquí tenemos que llevarnos, con el bonito que gano eso me sirve para comer. Con esito apenas vivimos y sembrar no sembramos, poquitito apenitas pa’ las gallinitas”.
Fue a finales de Julio que la Policía anunció el proyecto que tenían para apoyar a esta familia y un mes después hicieron la entrega simbólica junto a la asambleísta, de los materiales conseguidos para este noble propósito.
La asambleísta Jerez afirma que la forma en la que vivían madre e hijo era inhumana, de extrema pobreza, pero celebra que esto está por cambiar.
“Estamos muy agradecidos con la respuesta, sabemos que existen corazones solidaros en el departamento. La población ha respondido de manera inmediata y hoy tenemos los materiales para iniciar la obra ya casi en su totalidad”, dijo el comandante de la Policía, coronel Fredy Gordy.
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Ellos fueron traídos a Tarija desde la comunidad de Campanario, ubicada en el municipio de Méndez, a orillas del río Pilaya, para participar de un evento en homenaje a los adultos mayores, recibir su certificado de nacimiento, tener un carnet de identidad, pero sobre todo, para recibir los materiales que harán posible la más grande necesidad y anhelo de ambos, su propia casa.
Ella tiene 74 años de edad y es la madre de Miguel, quien tiene 61 años y tiene una discapacidad mental. Sus vecinos en Campanario se movilizaron y tocaron varias puertas para mostrar la dura realidad de ellos y pedir ayuda. La asambleísta Sandra Jerez junto a la Policía de Tarija fueron los que escucharon esos gritos de auxilio y junto al apoyo de instituciones y muchas personas, hoy están cerca de brindarles una casa.
“La lluvia me moja y me levanta. Todo, la ropa en bolsitas teníamos que sacar a secar al otro día, la cama todita se mojaba. Se entran los arroyos, se entra nomás el agua y nos saca cama y todo afuera (dice con tono de gracia), una lástima”, cuenta doña Epifania cuando se le pregunta de su casita.
Y es que ella vive en una “choza” como describen todos los que conocieron su hogar, pues la describen como un cuarto de 1 metro por 1 metro, de adobe y con techo de paja, en el que apenas hay espacio para colocar cuero de animal al piso y encima paja para ablandar la noche.
Cuando se le consulta ¿de qué vive? ella dice casi sollozando: “solita, no tenemos familia y de aquí tenemos que llevarnos, con el bonito que gano eso me sirve para comer. Con esito apenas vivimos y sembrar no sembramos, poquitito apenitas pa’ las gallinitas”.
Fue a finales de Julio que la Policía anunció el proyecto que tenían para apoyar a esta familia y un mes después hicieron la entrega simbólica junto a la asambleísta, de los materiales conseguidos para este noble propósito.
La asambleísta Jerez afirma que la forma en la que vivían madre e hijo era inhumana, de extrema pobreza, pero celebra que esto está por cambiar.
“Estamos muy agradecidos con la respuesta, sabemos que existen corazones solidaros en el departamento. La población ha respondido de manera inmediata y hoy tenemos los materiales para iniciar la obra ya casi en su totalidad”, dijo el comandante de la Policía, coronel Fredy Gordy.
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