Pagan por cuidar gatos en una isla paradisíaca
GRUPO CRÓNICA Una pareja emprendió la búsqueda de un cuidador para su refugio de gatos, ubicado en la paradisíaca isla de Siros, en Grecia. El lugar cuenta con entre 55 y 65 felinos, y su cuidador deberá alimentarlos, llevarlos al veterinario si fuera necesario y mantenerlos adentro de la...



GRUPO CRÓNICA
Una pareja emprendió la búsqueda de un cuidador para su refugio de gatos, ubicado en la paradisíaca isla de Siros, en Grecia. El lugar cuenta con entre 55 y 65 felinos, y su cuidador deberá alimentarlos, llevarlos al veterinario si fuera necesario y mantenerlos adentro de la casa en algunos casos. Además de ofrecer un sueldo de 360 euros, Joan Bowell, directora del refugio para gatos Los pequeños de Dios, ofrece una casa de dos ambientes con vista al mar Egeo para cualquiera que quiera mudarse a la isla a partir de octubre. Tras un breve entrenamiento, el trabajo pago comenzará en noviembre, justo cuando el clima en el mar Egeo comienza a descomponerse y arrecian los vientos sobre las costas isleñas.
Bowell y su marido armaron el refugio en 2010 y trabajan en conjunto con los veterinarios de la isla, pero el santuario está aislado de la civilización por lo que reconocen que al cuidador “le irá mejor si es el tipo de persona que aprecia la naturaleza y gusta de la tranquilidad y el descanso a solas”.
La pareja se mudó a la isla por razones de salud pero decidieron irse, por lo que lanzaron la peculiar búsqueda laboral.
Una pareja emprendió la búsqueda de un cuidador para su refugio de gatos, ubicado en la paradisíaca isla de Siros, en Grecia. El lugar cuenta con entre 55 y 65 felinos, y su cuidador deberá alimentarlos, llevarlos al veterinario si fuera necesario y mantenerlos adentro de la casa en algunos casos. Además de ofrecer un sueldo de 360 euros, Joan Bowell, directora del refugio para gatos Los pequeños de Dios, ofrece una casa de dos ambientes con vista al mar Egeo para cualquiera que quiera mudarse a la isla a partir de octubre. Tras un breve entrenamiento, el trabajo pago comenzará en noviembre, justo cuando el clima en el mar Egeo comienza a descomponerse y arrecian los vientos sobre las costas isleñas.
Bowell y su marido armaron el refugio en 2010 y trabajan en conjunto con los veterinarios de la isla, pero el santuario está aislado de la civilización por lo que reconocen que al cuidador “le irá mejor si es el tipo de persona que aprecia la naturaleza y gusta de la tranquilidad y el descanso a solas”.
La pareja se mudó a la isla por razones de salud pero decidieron irse, por lo que lanzaron la peculiar búsqueda laboral.