Vida en familia
Niñas y Ciencia: Cuando Marie Curie ya no es referencia
Sandra Uve, divulgadora científica, señala que niños y niñas necesitan referencias más actuales para identificarse con la ciencia y sostiene que los padres tienen que explicarles a sus hijos que van a tener que entender la ciencia de una forma global.
Las cinco disciplinas que designa el acrónimo inglés STEAM son ciencias, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas. “Y que no se nos olvide esa A”, puntualiza Sandra Uve (Barcelona, 51 años). La escritora, ilustradora y divulgadora científica, autora del libro Supermujeres superinventoras (Lunwerg Editores, 2018), cree que es necesario que las familias entiendan que las carreras universitarias ahora mismo trabajan de una manera transversal y que una artística se puede mezclar con una científica o tecnológica, “incluso con una de humanidades”, puntualiza. “Tenemos que explicarles a nuestros hijos que van a tener que entender la ciencia, el arte, la tecnología y las matemáticas de una forma global”, incide la ilustradora.
Y, sobre todo, hay que mostrarles referencias actuales de científicas. Por eso, ella y Núria Salán, química y doctora en Ciencias de los Materiales e Ingeniería Metalúrgica, han creado La Enciclopedia de Mujeres STEAM, un libro cuya exposición está recorriendo Cataluña y en el que recogen la vida y el trabajo de mujeres destacadas en la ciencia y la tecnología. “Un proyecto osado que va más allá de una exposición”, asegura Uve. El objetivo de esta enciclopedia es dar visibilidad a aquellas mujeres de ciencias que han cambiado el mundo y que se reconozcan sus trayectorias en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra cada 11 de febrero.
PREGUNTA. ¿Cuál es el objetivo de La Enciclopedia de Mujeres STEAM?
RESPUESTA. Es una enciclopedia destinada a que llegue a todas las escuelas públicas de España. La razón es que el material curricular que hay en las escuelas es insuficiente porque no es equitativo. Si los niños y las niñas crecen en las escuelas con libros que incluyen nombres de hombres en un 95%, no es una educación equitativa. Está Marie Curie, están algunas historiadoras y políticas, pero poco más. Ni siquiera en la clase de Arte figuran las artistas. Creemos que es necesario una enciclopedia en las escuelas porque en los libros curriculares, que es donde tendrían que salir las mujeres, no están.
P. ¿Por qué menos niñas que niños eligen una carrera de ciencias como primera opción?
R. La mayoría de las veces es porque no tienen una referencia en casa que las incite a ello o las motive. Pero desde las escuelas, el profesorado está haciendo todo lo posible para que eso cambie. También las mujeres en general, desde que nacemos, somos mucho más pragmáticas que los hombres, por lo tanto, mucho más prácticas, y creemos que las carreras de humanidades nos van a dar muchas más salidas. Por otra parte, el escenario que se les presenta cuando acaban Primaria y empiezan Secundaria no es muy halagüeño, pero en niños y en niñas. Como dice Elisabet Prats, una de las científicas de mis proyectos: “¿Es ético promover las ramas científicas cuando la situación laboral en España no es buena?”.
P. Es muy común escuchar el comentario: “Es que mi hija o mi hijo no es de ciencias”.
R. Se tiende a decir eso, pero ahí es cuando nosotros, como padres, tenemos que aprender que todo va junto. Las matemáticas las van a tener que utilizar para muchísimas cosas, la comprensión lectora la van a tener que utilizar para todo y el arte lo van a tener que utilizar para entender el mundo. Hay una brecha en la educación en los últimos 20 años porque los niños y niñas no saben entender lo que leen, y este problema se va arrastrando hasta Secundaria y hasta la etapa universitaria. Hay un fallo formativo muy grande.
P. Y la comprensión lectora también es esencial para entender la ciencia.
R. Teniendo una compresión lectora se entienden mucho más las ciencias. Si no tienes una buena comprensión lectora y no puedes entender una entrevista que leas en un trabajo de periodismo en el colegio, ¿cómo vas a comprender una pregunta de un examen de Física?
P. ¿Cómo pueden ayudar las familias a sus hijas a sentir ese interés por las carreras científicas?
R. Creo que pasa por meter todo en una olla exprés de la mejor manera que cada madre y padre sepa hacerlo. Siempre tendemos a decir: ”A mi hija lo que más le gusta es dibujar, leer o escribir”. O “a mi hija lo que más le gusta es hacer animaciones con el móvil”. Tendemos a decir que donde mejor está es cuando hace algo artístico. Pero el futuro, no lamentablemente, pasa porque el arte será tecnológico sin dejar de ser artesano. Creo que tenemos que meter en la misma olla el arte, y con el arte hablo también de videojuegos, e intentar pensar de una forma global.
P. Pero ¿cómo se consigue en el día a día?
R. De alguna manera lo hacemos, pero no estamos percibiendo que lo hacemos. Cuando yo juego con mi hija a Lego, estoy creando unos espacios, estoy haciendo matemáticas, ingeniería y un montón de cosas. Cuando estoy dibujando con mi hija, estoy creando unos espacios también, haciendo matemáticas al mismo tiempo y arte de una forma más tradicional. Otra de las cosas que tenemos que hacer los padres es observar en qué es muy buena mi hija. Si es buena en matemáticas se le tiene que potenciar, pero no quiere decir que la apunte a un Kumon —programa privado e individualizado para potenciar la enseñanza al nivel de cada niño— y que se pase la semana haciendo matemáticas. Lo que tiene que hacer es descubrir qué nos ofrece ahora el mundo de la cultura en ese entorno. Por ejemplo, si a mi hija le gustaran mucho las matemáticas procuraría llevarla a espacios donde las potencien de forma artística.
P. Y tener más referencias de mujeres científicas en los libros y en las asignaturas de ciencias.
R. Sí. Los niños necesitan referencias actuales porque ya no se van a identificar con una Marie Curie. Esa señora les queda lejos tanto por imagen como por la manera de trabajar que tenía, como por su lucha, porque la lucha que tuvo que hacer esta mujer ya no es la lucha que tiene que hacer una científica de ahora. Es muy diferente. Ahora, más bien, es una lucha económica. Las niñas y los niños se van a sentir mucho más identificados con una Elisabet Prats, científicas de ahora, jóvenes, que hace muy poco que han salido de la universidad, que han llegado a donde ellas querían y que, además, lo que están haciendo es beneficioso socialmente. Son esas referencias las que les hacen falta a la infancia y a la juventud.
P. Crear, ser científico, conlleva caos y frustración, dos conceptos que, muchas veces, las familias tienden a evitar a sus hijos, pero, ¿es importante transmitir que esto también forma parte de la formación?
R. Los niños se tienen que frustrar. Se tienen que equivocar porque en eso consiste educar y crecer y tenemos que dejarles que se equivoquen, que se caigan y que sepan qué es el daño. Hace poco, una gran científica, Celia Sánchez Ramos, que está en mi libro y en la enciclopedia, me dijo: “Lo más difícil no es protegerlos, es darles alas”. Y, por favor, que tengan su espacio de pintura y de dibujo en casa, aunque esté supersucio. Enseñemos libros de Kandinsky, de Frida Kahlo, libros de todo tipo y de todo el mundo. Hablemos a los niños de Albert Einstein y de Alicia Sintes. Hablémosles de ese momento en el que Einstein dijo: “Puede ser que haya una cosa que se llama onda gravitacional”, y 100 años después, una chica de un pueblecito, San Luis, en Menorca, que se llama Alicia Sintes, las descubre y cambia el mundo de las ciencias.
Mujeres en la ciencia, una asignatura pendiente
Cuando hablamos de mujeres famosas, seguro que se te ocurren varios nombres del mundo de la música, el cine, el deporte… o incluso de la política. Pero, ¿qué pasa con la ciencia? Igual que Arquímedes, Newton o Einstein, ¿podrías nombrar a tres científicas famosas de la historia?
Durante mucho tiempo las mujeres han sido excluidas del ámbito científico, ya sea por prejuicios o porque tradicionalmente se les ha asignado un rol de cuidadoras en el hogar. A partir del siglo XIX, con la aparición de los primeros movimientos feministas organizados, las mujeres pudieron acceder a estudios superiores y desarrollar su propia carrera profesional en la mayoría de países.
Sin embargo, la igualdad todavía está muy lejos. En la actualidad, menos del 30% de los investigadores y científicos de todo el mundo son mujeres, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Y solo 1 de cada 3 estudiantes de carreras universitarias del ámbito STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) es una mujer.
La ONU declaró el 11 de febrero el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia para concienciar sobre la desigualdad de género que afecta a este ámbito del conocimiento e impulsar proyectos que den visibilidad a las mujeres científicas, además de combatir estereotipos y animar a las niñas y chicas más jóvenes a emprender carreras de ciencias.
Este año, además, las Naciones Unidas destacaron el “papel crucial de las mujeres investigadoras” en la lucha contra la pandemia del coronavirus, ya sea investigando el virus o desarrollando las vacunas y test de detección de la enfermedad.
En ese sentido, la crisis económica derivada de la pandemia ha afectado sobre todo a las científicas que se encontraban al inicio de su carrera, ampliando todavía más la brecha de género en la ciencia.
La ciencia es un campo de estudio esencial para el progreso y el desarrollo de la humanidad. Si excluimos a las mujeres de ese ámbito, perdemos la oportunidad de mejorar la vida de millones de personas.
En la actualidad, las mujeres que se dedican a las disciplinas STEM publican menos estudios, cobran menos por sus investigaciones y ocupan cargos menos importantes que los hombres. Aun así, el panorama va cambiando poco a poco y reconociendo el papel de las mujeres científicas.
La edición de 2020 de los Premios Nobel, los galardones científicos más prestigiosos del mundo, reconocieron el trabajo de tres investigadoras.
Por un lado, la astrónoma Andrea Ghez fue galardonada con el Premio Nobel de Física junto a Roger Penrose y Reinhard Genzel. Ghez lideró un grupo de científicos que descubrió un objeto compacto y supermasivo en el centro de nuestra galaxia, a 26.000 kilómetros de la Tierra, demostrando así la existencia de Sagitario A*, un agujero negro que equivale a cuatro millones de soles.
Por el otro, Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Doudna recibieron el Premio Nobel de Química por su aportación al desarrollo de la tecnología CRISPR, un método de edición genética que permite recortar partes de la secuencia de ADN y sustituirlas por otras a nivel molecular. Esto permite modificar el código genético de una célula y corregir posibles mutaciones que provocan enfermedades.
Cómo incentivar la ciencia en los niños
La infancia es una etapa de explorar y aprender, por eso la mejor forma de acercarse a la ciencia es mediante la experimentación. Aquí algunos trucos:
1. Juegos y aparatos científicos. Las navidades es una época idónea para regalar juegos de química, telescopios para contemplar las estrellas o microscopios para observar insectos, por ejemplo.
2. Realizar experimentos. Una buena forma de conseguir que los más pequeños muestren interés por la ciencia es dejándoles experimentar con ella, a través del agua, mezclando alimentos etc.
3. Hacer excursiones en familia. Pasar un día en el campo o en el bosque en familia llevando a cabo actividades científicas todos juntos, es una oportunidad magnífica para compartir tiempo y juego con tus hijos, al mismo tiempo que promueves de forma didáctica y divertida su interés por la ciencia y la naturaleza.
4. Cuentos, películas infantiles y dibujos animados. Existen todo tipo de cuentos, libros e incluso series de dibujos animados adaptados a cada etapa infantil. Todos ellos enseñan de forma didáctica y divertida desde la evolución del hombre y la vida en la Tierra, cómo funciona el cuerpo humano hasta incluso conceptos básicos sobre física cuántica