La pandemia aceleró este tipo de trabajo
América Latina: Los desafíos de los empleos en plataformas digitales
La irrupción del empleo de plataformas digitales (desde las plataformas de servicios de transporte de pasajeros y bienes, al comercio electrónico) puede suponer una oportunidad para aumentar la formalidad en la región



El día internacional del trabajo 2021 encuentra a la región con un nuevo tipo de trabajador: el de plataformas digitales. Estos arreglos laborales suponen una oportunidad al permitir un uso más eficiente de los recursos y proveer flexibilidad tanto a las empresas como a los trabajadores. Pero también presentan riesgos, como una mayor volatilidad en los ingresos y el posible deterioro de las condiciones de empleo, particularmente del acceso a la protección social. Adicionalmente, es más probable que los nuevos trabajadores digitales sean cuentapropistas que empleados formales.
La pandemia ha acelerado los empleos a través de plataformas digitales en el último año. Sin embargo, con la información de la Encuesta CAF (ECAF) 2019 realizada en el marco del último Reporte de Economía y Desarrollo, el 9,4% de los trabajadores de 11 de las principales ciudades de la región declaraba haber prestado un servicio por intermedio de una plataforma en el último mes, mientras que el 6,7% estaba registrado como proveedor en una plataforma, aunque sin actividad. Esto hace que un total de alrededor del 16% de la fuerza laboral pueda catalogarse como trabajador de plataforma activo o potencial. Las ciudades donde este total es mayor son Ciudad de Panamá (23%), Bogotá (20%) y Quito (19%).
Al igual que ocurre en países avanzados, en América Latina el trabajo de plataformas convive con otras formas de empleo tradicionales y no tradicionales. En algunos casos, se trata de trabajadores con un empleo que obtienen ingresos adicionales por esta vía, mientras que en otros casos son trabajadores independientes o por cuenta propia. Según la ECAF, del total de trabajadores con actividades de plataforma en el último mes, el 60% son autoempleados, el 27% son asalariados, el 10% son empleadores mientras que el restante 3% se completa con trabajadores familiares sin remuneración, miembros de cooperativas y empleados domésticos.
La ECAF también evidencia que -en promedio para todas las categorías ocupacionales- el empleo en plataforma constituye una actividad principal en el 41% de los casos, sin embargo, es mayor entre los autoempleados que en el resto de las categorías de empleo; también es más frecuente entre los hombres que entre las mujeres, entre los más jóvenes y los de mayor edad que entre los de edades intermedias, así como entre los de menor educación. En el contexto de la pandemia del COVID-19, es probable que la incidencia de los empleos de plataforma sea aún mayor a los valores captados por la ECAF en 2019, especialmente entre los autoempleados.
“El crecimiento reciente del empleo de plataformas hace necesario repensar las instituciones de protección social y adecuarlas a las características del mercado laboral actual. El acceso a los beneficios sociales por parte de los trabajadores de plataforma presenta desafíos similares a los que genera la cobertura del empleo independiente tradicional. En este sentido, la tecnología podría convertirse en un aliado al facilitar el registro de las actividades y el pago de las obligaciones”, afirma Guillermo Alves, economista principal de la Dirección de Investigaciones Socioeconómicas de CAF y co-editor del Reporte.
Las condiciones laborales de este tipo de empleo juegan un rol especial debido a que en algunas ocasiones las horas de trabajo suelen ser prolongadas e imprevisibles. La mitad de los trabajadores de plataformas digitales ganan menos de dos dólares por hora, revela un reciente estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Entre los desafíos para mejorar la calidad de vida de los trabajadores de plataformas también está la regularidad del trabajo y de los ingresos, la libertad de asociación y de negociación colectiva, entre otros.
Las plataformas digitales llegaron para quedarse y suman oportunidades laborales, especialmente para los jóvenes; mientras que a las empresas les permiten acceder a una base de trabajadores amplia, flexible y con calificaciones diversas, además de ampliar su base de clientes. El desafío está en fomentar un diálogo constructivo entre autoridades, empleadores y trabajadores para definir regulaciones acordes a esta nueva realidad que mejoren la calidad de vida de la población y la competitividad de la región.
Las preocupaciones sobre el trabajo del futuro
Las preocupaciones sobre el trabajo en el futuro giran en torno a si la tecnología desplazará al ser humano en el lugar de trabajo y, de ser así, qué hacer con el creciente excedente global de mano de obra. Concitan menos atención los tipos de trabajos que se van a crear y si esos trabajos serán “decentes”. La OIT define el trabajo decente como trabajo productivo, que asegura igualdad de oportunidades y tratamiento para todas las mujeres y los hombres, a cambio del cual se cobra una remuneración justa, con el que existe seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las familias, que brinda perspectivas de desarrollo personal y da a los trabajadores libertad para expresar sus preocupaciones, para organizarse y participar en las decisiones que afectan su vida laboral.
Trabajar en plataformas digitales de trabajo es algo nuevo, emblemático del trabajo del futuro. Consiste tanto en plataformas de trabajo en línea, digitales (comúnmente conocidas como plataformas digitales de trabajo o crowdwork), como en plataformas de trabajo a nivel local donde las tareas a realizar se asignan mediante aplicaciones de software (apps).
El trabajo en plataformas digitales surgió a principios de los años 2000 con el crecimiento de Internet y la necesidad de contar con participación humana en las tareas necesarias para el buen funcionamiento de las industrias en línea. Los trabajadores pueden trabajar desde cualquier lugar del mundo en tanto tengan una conexión a Internet fiable.
Los puestos de trabajo van desde la sofisticada programación informática, el análisis de datos y el diseño gráfico, hasta las relativamente sencillas “microtareas” de naturaleza administrativa.
Sin embargo, si bien el trabajo en plataformas digitales es producto de los avances tecnológicos, también representa volver a la mano de obra ocasional del pasado en las economías industrializadas, mientras que en las economías en desarrollo se suma a la mano de obra ocasional existente. Actualmente, la mayor parte del trabajo en plataformas digitales no está sujeta a ninguna normativa laboral, de modo que los trabajadores tienen poco control sobre cuándo tendrán trabajo o sobre las condiciones de este. También son limitados los recursos de que disponen en caso de injusticia en el trato.
Apuntes sobre la temática
Nacimiento
El trabajo en plataformas digitales surgió a principios de los años 2000 con el crecimiento de Internet y la necesidad de contar con participación humana en las tareas necesarias para el buen funcionamiento de las industrias en línea
Informalidad
Si bien el trabajo en plataformas digitales es producto de los avances tecnológicos, también representa volver a la mano de obra ocasional del pasado en las economías industrializadas.
Intermediaria
El trabajo en plataformas digitales se asemeja a muchas modalidades laborales de vieja data, que en este caso agregan simplemente una herramienta digital como intermediaria