Vida en pandemia
Tiempos beneficiosos en pandemia: ¿Cómo animas a tus hijos para que lean?
Puedes leer con ellos un poco cada día antes de acostarse. Te contamos algunos trucos para aprovechar ese tiempo y despertar el interés por la lectura en los niños



El hábito de la lectura se fomenta en los niños desde muy pequeños. En el colegio tienen acceso a libros a adaptados a su edad, les cuentan cuentos, pero hoy con la pandemia de Covid-19 muchos de estos hábitos están siendo afectados. Y es cuando nos preguntamos cómo logramos que nuestros niños pasen tiempo de calidad en casa, con sanos entretenimientos. Más aún, es fundamental saber hacerlo.
¿Qué hacemos para despertar en nuestros hijos su interés por la lectura y así que tengan la buena costumbre de leer? El que ellos nos vean leyendo, comprando libros o prestándonos en la biblioteca hace mucho, como también que les leamos un poco cada día antes de acostarse. Pero ¿y qué más? De la mano de la revista de salud Consumer Eroski te contamos algunas estrategias para conseguir fomentar la lectura en los niños. Tú serás el protagonista.
Leer a los niños en voz alta
A pesar de que la pandemia, y sobre todo el confinamiento, nos han hecho reconectar con la lectura, a los niños menores de 6 años no tanto. Leerles en voz alta cada día es una de las principales tareas. Además de que así aprenderán a leer, pasarás un rato muy divertido. ¿Cómo? La Academia Americana de Pediatría da los siguientes consejos:
- Señala con el dedo las palabras que vas leyendo para enseñar a tu hijo las palabras que cuentan la historia.
- No te cortes, y usa voces divertidas y sonidos de animales. Así harás que el pequeño se entusiasme con la historia.
- Detente en las imágenes y pregúntale por lo que ve en ellas. Háblale sobre cómo se relacionan con lo que cuenta el texto.
- Si hay alguna frase que se repita, invítale a que él mismo la diga.
- Hazle ver que las situaciones que cuenta el libro son similares a lo que sucede en su vida.
- Si tu hijo te pregunta algo, deja por un momento de leer y respóndele. El libro puede hacer que así se exprese sus pensamientos y solucione sus problemas.
- Sigue leyendo a tu hijo, aunque haya aprendido a leer. Un niño puede escuchar y entender historias más complicadas que si las lee por su cuenta.
Leer y releer los cuentos que más les gusten
Leer juntos lo que el peque quiera: cuento, cómic, periódico… ¿Y algo que ya has leído? Pues también. ¿No has releído jamás tu libro preferido o te sabes los diálogos de aquella película? Pues a tu hijo también le gusta que le lean los mismos cuentos una y otra vez. ¿Te parece aburrido? Para él o ella, no. Le encanta, y saberse frases de memoria más. Así que de vez en cuando léele esos títulos que ya casi te sabes con los ojos cerrados, porque tu hijo, con el tiempo, aprenderá palabras y oraciones de su libro favorito. Por supuesto, deja que él mismo las termine.
Jugar con las palabras, las imágenes y los libros
Los juegos pueden ayudar a despertar el interés por los libros y la lectura. Como se indica en “Siete pautas para fomentar la lectura en los niños”. Gretel García y Eduardo Torrijos proponen en “Juegos para fomentar la lectura infantil’ actividades lúdicas como jugar a identificar las partes de un libro (portada, contraportada, índice o prólogo) o fabricar un marcapáginas para señalar sus lecturas.
Desde Smartick Lectura proponen otros dos juegos
Relacionar imágenes con palabras. Este ejercicio para aumentar la fluidez lectora de los niños consiste en crear fichas con imágenes de animales, plantas u otros objetos, así como otras con sus respectivos nombres. Una vez elaboradas las tarjetas, el pequeño tendrá que leer la palabra para, a continuación, buscar la imagen correspondiente.
Formar palabras con las letras exactas. Con fichas de letras (como las imantadas), los padres primero deben generar las sílabas de una palabra y pronunciarlas en voz alta, con el objetivo de facilitar a los niños su identificación. “De este modo, se aumenta la concentración del menor y su curiosidad por descubrir el enigma, al tiempo que aprende a leer”, comentan estos expertos.
Montar una pequeña biblioteca en su habitación
La biblioteca no tiene por qué tener muchos libros, pero, eso sí, adaptados a su edad y en un estante o cajón accesibles a su altura, para que pueda cogerlos y dejarlos siempre que quiera. Y si es posible, dispón allí mismo (o en el salón) de un rincón de lectura agradable que cuente con una silla cómoda y una lámpara para esos momentos.
Amplía la biblioteca cada vez que lea uno nuevo. Puedes comprarlos, pero también pedírselos prestados a amigos y familiares con hijos más mayores. El Ratón Pérez puede traerlo, pero también puede ser el premio, el refuerzo positivo de un cambio en su comportamiento.
Hablar con ellos sobre los libros que leen
De acuerdo a los expertos, igual tienes delante a un futuro booktuber (lector que reseña libros en la plataforma YouTube para compartir sus opiniones, apreciaciones y recomendaciones de lecturas entres sus iguales) o, mejor, a un escritor. Pero antes hay que pasar por un estadio intermedio: hablar de lo que ha leído. Pregúntale sobre lo que acaba de leer para ver si lo ha entendido y cómo se expresa. Y aprovecha para recomendarle otro libro del estilo o totalmente diferente.
Tres lecturas recomendadas
Luna
Michael Greniec escribió otro clásico entre los clásicos que nunca falla. ¿A qué sabe la luna? En este caso es un libro acumulativo, muy sencillo, con diferentes animales y la luna como protagonistas.
El Grúfalo
El libro es de Julia Donaldson y nos cuenta la historia de un ratón que, para evitar que tres animales hambrientos (un zorro, un búho y una serpiente) se lo coman, les dice que está esperando a El Grúfalo, un ser con colmillos terribles.
Buscar
Este libro escrito e ilustrado por Olga de Dios es uno de nuestros preferidísimos. Dicen desde la editorial que Buscar “nos enseña a disfrutar de la vida y de las personas que nos rodean”. ¿Se le puede pedir algo más a un libro?