Es la segunda ciudad más poblada del Beni
La ciudad de Riberalta, entre la oscuridad y la pandemia
Una mujer internada en cuidados intensivos dio a luz a gemelos, en Riberalta, los niños nacieron sanos y salvos pero la mujer sigue intubada en una de las pocas UTI del hospital. Su situación no mejora.



La ciudad de Riberalta, la segunda más poblada del Beni con cerca de 90.000 habitantes (113.104 según la proyección a 2021 del INE) sufrió de forma más intensa el embate de la segunda ola de Covid-19: la falta de camas en el sistema sanitario y el aumento de fallecidos generaron incertidumbre en la población, situación que se vio agudizada por los cortes de energía eléctrica, debido a la saturación del sistema de distribución de energía.
Desde la semana 10 a la 13, la provincia Vaca Diez registró una subida de hasta 75 casos positivos de Covid-19 por día, lo que aumentó el acumulado de casos registrados a más de 1.900 solo en Riberalta, cuando en la primera ola, los casos en esa población no superaban los 800, de acuerdo a datos brindados por Antonio Castro, director de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud (Sedes) Beni.
Colapso sanitario
La situación del Norte beniano comenzó a empeorar hace un mes, cuando el Sedes contabilizaba la semana 10 del año. Según Castro, el promedio de mortandad era de 2 a 3 fallecidos por día, lo que elevó la cifra de fallecidos en Vaca Diez: más de 100 en Riberalta y 56 en Guayaramerín al llegar a la semana 14.
Hasta el miércoles 21 de abril, Riberalta registró un total de 2.183 casos acumulados, con 124 decesos por Covid-19 y 156 decesos sospechosos aun no confirmados.
Los dos hospitales de Riberalta -el Materno y el general- vieron su capacidad rebasada durante la segunda ola; sin camas críticas (UTI) suficientes ni espacios adecuados, como es el caso del hospital Materno.
El Materno de Riberalta fue construido hace casi dos décadas y atiende solo a mujeres y niños en las áreas de Pediatría, Neonatología y Recuperación.
Mientras que el hospital general, que es solo de segundo nivel, cuenta con 76 camas y atiende solo medicina general, especialidades e internación. Se constituye en un hospital de referencia para los habitantes de comunidades del Sur de Pando y el Norte de La Paz.
UTIs escasas
El hospital materno de Riberalta cuenta con 1 ventilador en Pediatría, 3 en Neonatología y 1 en Recuperación, pero “ninguna de las áreas tiene espacio solo para Covid”, aseguró la directora del área de Pediatría del hospital Materno Infantil, Lina Hinojosa.
Las pacientes con Covid-19 son internadas en los mismos ambientes de pacientes con otras patologías, lo que pone en riesgo de contagio a estas mujeres e incluso para los niños recién nacidos o internados. Esta situación fue confirmada por el director de Epidemiologia del Servicio Departamental de Salud Beni, Antonio Castro.
“El materno (de Riberalta) es de los pocos hospitales que no separó (a sus pacientes), tenían salas comunes, no podían decir aquí solo Covid, un pabellón espacial no lo tenían, son problemas presupuestarios”, dijo Castro. Indicó que por el cambio de administración “los municipios no quieren invertir”.
El hospital general atraviesa por una situación similar. “Nuestra infraestructura no es la mejor, deberíamos estar más aislados (el área de atención a pacientes Covid), el área está separada (del resto de ambientes del hospital) solamente por las puertas y deberíamos tener un poco más de bioseguridad”, declaró Germán Silva, médico del hospital de Segundo Nivel.
El exdirector del hospital general, Hernán Sirpa, que padeció Covid-19 y fue removido de su cargo hace un par de semanas, aseguró que la capacidad del nosocomio se vio rebasada y la mitad de las Unidades de Cuidados Intensivos del mismo tuvieron que ser adaptadas.
“Hay 72 camas de internación en el hospital Riberalta, 36 son para pacientes Covid, tenemos 8 UTIs, 3 son camas de terapia intermedia que han sido adaptadas”, aseguró Sirpa.
Dijo también que el Centro Centinela desde noviembre no recibe pacientes, y se convirtió solo en un laboratorio de toma de pruebas.
En los dos primeros días de la semana, Riberalta y Guayaramerín han reportado 8 fallecidos por Covid-19, manteniendo así uno de los niveles de letalidad más altos de Bolivia. A pesar de esto, el director de epidemiologia del Sedes aseguró que la tendencia de casos en el norte está bajando.
“Aparentemente hay una tendencia de bajada de casos, ahora estamos vacunando con las 60 mil dosis de Astrazeneca. Por otro lado, vemos un aumento en unos municipios intermedios entre Riberalta y Trinidad, es el caso de San Joaquín, Santa Ana, vemos un aumento lento pero progresivo”, aseguró Castro, director de epidemiología del Sedes Beni.
Mientras tanto, el médico de turno en el hospital, el doctor Silva, confirmó que las UTI están llenas y la sala de internación está a su máxima capacidad.
“El sistema de salud no está completamente colapsado, hay días en los que el servicio está lleno, eso es porque muchas personas tratan la enfermedad en sus casas y llegan completamente complicados, lo que nosotros recomendamos es no auto medicarse, pero lo hacen y llegan en un estado grave, por eso las salas están llenas”, relató Silva.
Javier Aguilera, director de la Caja Nacional de Salud (CNS) de Riberalta, aseguró que, si bien las UTI del hospital general están llenas, la CNS ya está normalizándose, y los casos en general tienden a bajar.
“Actualmente ya estamos de bajada, ya pasamos el pico de la segunda ola, por lo menos en cuanto a la CNS. En el sistema público igual ya disminuyó, pero sigue habiendo mayor cantidad de pacientes”, aseguró Aguilar
Una ciudad a oscuras
Para aumentar los problemas por los que atraviesa la población del norte, en las últimas semanas se vivieron frecuentes y largos cortes de energía eléctrica, que han llevado a racionar la distribución de electricidad en la ciudad. Estos cortes provocaron que uno de los generadores auxiliares del hospital de segundo nivel se queme.
La presidenta del comité Cívico de Riberalta, Cinthia Miranda, elevó una protesta formal ante la Cooperativa de Electricidad de Riberalta (CER), y pidió al gobierno nacional la intervención de la Empresa Estatal de Energía Eléctrica (ENDE), de forma urgente.
“Hicimos una inspección a la planta del Palmar de la cooperativa de energía eléctrica, pudimos ver que tres equipos que fueron prestados por ENDE no están funcionando, debido a los cortes de energía eléctrica, uno de los generadores del hospital Riberalta se quemó, entonces vemos que la situación es preocupante. Además, hay muchas personas que están en sus casas con oxígeno, y cuando se corta la luz su vida peligra”, aseguró Miranda.
La solicitud de la presidente cívica se mantiene a pesar de la presión de sectores que aun rechazan la intervención de ENDE en la población.
Mientras los cortes de luz continúan en la ciudad norteña, y un sector de la población se resiste al ingreso de ENDE, las restricciones continúan y la población prefiere mantener la calma y estar alerta ante un posible rebrote de los casos.