Vida en pandemia
Claves: Cuando los “miedos” se apoderan de nuestros hijos
A menudo se piensa en los "traumas" como lesiones físicas o traumatismos. Sin embargo, las personas también pueden tener un trauma psicológico después de presenciar o experimentar un acontecimiento angustiante. Mucho más en tiempo de pandemia.



En todo momento estamos preocupados como padres del bienestar físico y psicológico de nuestros hijos, es así que no soportamos la idea de que algo los llegue a impactar tanto que les genere un trauma. Pero ciertamente a diario los niños y adolescentes están expuestos a acontecimientos traumáticos.
Los padres de familia, los psicólogos y los miembros de la comunidad en general pueden ayudar a los niños a iniciar un proceso de recuperación y a superar estas experiencias. Si por malas jugadas del destino éstas se dieran.
A menudo se piensa en los "traumas" como lesiones físicas o traumatismos. Sin embargo, las personas también pueden tener un trauma psicológico después de presenciar o experimentar un acontecimiento angustiante.
El trauma puede ser causado por catástrofes naturales como huracanes, terremotos e inundaciones. También puede ser ocasionado por actos de violencia, como peleas familiares, así como por accidentes de vehículos motorizados u otros. Y en estos tiempos más que antes los traumas se están dando a menudo por experiencias dolorosas como la muerte de un ser querido.
De acuerdo a la psicóloga Margot Castillo las reacciones a las experiencias traumáticas pueden ser inmediatas o retrasadas. Pueden diferir en términos de gravedad y abarcar una amplia variedad de conductas y respuestas, a veces influenciadas por la cultura.
Los factores que pueden hacer que las personas sean más sensibles al trauma incluyen:
- Haber tenido una participación directa en el acontecimiento traumático, especialmente como víctima
- Haber tenido una exposición severa o prolongada al acontecimiento
- Tener una historia personal de haber experimentado un trauma con anterioridad
- Tener antecedentes familiares o personales de enfermedades mentales o problemas graves de conducta
- No tener familiares y amigos que se preocupan o tener un apoyo social limitado
- Tener factores estresantes en la vida, como mudarse a una casa o una escuela nueva
- Reacciones frecuentes de los niños a las experiencias traumáticas
Pero también los expertos puntualizan que los niños menores de 6 años pueden reaccionar de las siguientes maneras:
- Aferrándose a sus padres o a las personas que los cuidan.
- Llorando o lloriqueando.
- Teniendo rabietas o mostrándose irritable.
- Quejándose de problemas físicos, como dolores de estómago o de cabeza.
- Volviendo repentinamente a comportamientos tales como orinarse en la cama o chuparse el dedo.
- Mostrando más temor (por ejemplo, a la oscuridad y los monstruos, o de quedarse solos).
- Incorporando aspectos del acontecimiento traumático en un juego imaginario.
Los niños de 6 a 11 años pueden reaccionar:
- Teniendo problemas en la escuela.
- Aislándose de la familia y los amigos.
- Teniendo pesadillas, rehusándose a irse a acostar o mostrando otros problemas para dormir.
- Volviéndose irritables, enojados o revoltosos.
- Mostrando dificultad para concentrarse.
- Quejándose de problemas físicos, como dolores de estómago o de cabeza.
- Desarrollando temores infundados.
- Perdiendo interés en las actividades divertidas.
Los adolescentes de 12 a 17 años pueden reaccionar:
- Teniendo pesadillas u otros problemas para dormir.
- Evitando cosas que les recuerden el acontecimiento traumático.
- Consumiendo o abusando del consumo de drogas, alcohol o tabaco.
- Siendo revoltosos, irrespetuosos o actuando de manera destructiva.
- Quejándose de dolores físicos, como dolores de estómago o de cabeza.
- Aislándose de los amigos y la familia.
- Sintiéndose enojados o mostrando resentimiento.
- Perdiendo interés en las actividades divertidas.
- Además, los niños y adolescentes pueden sentirse culpables por no haber podido evitar lesiones o muertes. También pueden tener pensamientos de venganza.
Muchas de estas reacciones tempranas son normales y previsibles y, en la mayoría de los casos, disminuirán con el tiempo.
Pero ¿Qué pueden hacer los padres de familia para ayudar a los niños y adolescentes?
Después de una experiencia traumática, de acuerdo a Castillo, los padres de familia y demás familiares deben identificar y abordar sus propios sentimientos. Esto les permitirá ayudar a los demás. Explique a sus hijos lo que pasó y hágales saber que:
- Los ama.
- El acontecimiento no fue culpa de ellos.
- Usted hará lo mejor posible para cuidarlos.
- Es normal que se sientan afectados.
Los padres de familia deben:
- Permitir que sus hijos se sientan tristes o lloren.
- Dejar que sus hijos hablen, escriban o hagan dibujos sobre el acontecimiento y sus sentimientos.
- Limitar las veces que los niños ven las noticias sobre acontecimientos traumáticos. Es posible que los niños pequeños no entiendan que el noticiero está hablando del mismo acontecimiento y no de varios similares.
- Prestar más atención a los niños que tienen problemas para dormir. Déjelos dormir con una luz prendida o en la misma habitación que usted (por un tiempo limitado).
- Tratar de mantener las rutinas normales (o crear rutinas nuevas), como leer cuentos antes de acostarse y cenar o jugar juntos.
- Cuando sea posible, ayudar a que los niños sientan que tienen control, dejándolos decidir qué comerán o qué ropa se pondrán.
- Comunicarse con un profesional de la salud si después de estar en un entorno seguro durante un mes, los niños aún no pueden regresar a sus rutinas normales.
Pero los expertos también apuntan, cuándo contactar a personal especializado:
- Revive mentalmente la experiencia traumática una y otra vez (“flashback”)
- Experimenta latidos acelerados del corazón y sudoración
- Se asusta con facilidad
- Se vuelve emocionalmente insensible
- Tiene sentimientos de mucha tristeza o depresión
Finalmente también destacan lo que los padres no deben hacer:
- Esperar que sus hijos sean valientes o fuertes.
- Hacer que los niños hablen sobre la experiencia traumática, antes de que estén listos para hacerlo.
- Enojarse si los niños muestran emociones fuertes.
- Molestarse si los niños comienzan a orinarse en la cama, a comportarse mal o a chuparse el dedo.
Las reacciones de los niños a las experiencias traumáticas están fuertemente influenciadas por las respuestas de los adultos al acontecimiento. Los padres pueden ayudar a los niños brindándoles apoyo, manteniéndose lo más tranquilos posible y reduciendo otros factores estresantes, como:
- Mudanzas o cambios frecuentes del lugar de residencia
- Largos períodos alejados de la familia y los amigos
- Presión para rendir bien en la escuela
- Peleas dentro de la familia
Al supervisar su recuperación, recuerde que:
- Es un proceso que toma tiempo.
- No debe ignorar las reacciones graves.
- Hay que prestar atención a los cambios repentinos de comportamiento, las palabras o el lenguaje que usan o las emociones fuertes que expresan.
Apuntes sobre la temática Reacciones
De acuerdo a la psicóloga Margot Castillo las reacciones a las experiencias traumáticas pueden ser inmediatas o retrasadas. Pueden diferir en términos de gravedad y abarcar una amplia variedad de conductas
Padres
Después de una experiencia traumática, de acuerdo a Castillo, los padres de familia y demás familiares deben identificar y abordar sus propios sentimientos. Esto les permitirá ayudar a los demás.
Gravedad
Muchas de estas reacciones tempranas son normales y previsibles y, en la mayoría de los casos, disminuirán con el tiempo.