Tarija de antaño
Las nostalgias de la pascua florida en la Tarija de antaño
Había carpas improvisadas y barandas para sujetar las riendas de los caballos ensillados y después de la misa de resurrección comenzaba lo que se llamaba “el zapateo de la Pascua”



La pandemia nos sorprendió, y hasta estas fechas muchas celebraciones han pasado sin la magnitud que las caracterizaba. Sin duda la Pascua no será la excepción. Más aún los recuerdos quedan.
La Pascua Sanlorenceña comenzaba en las primeras horas de la tarde del día viernes y durante toda la noche, para esperar el sábado. Poco a poco llegaban los feligreses de todas las poblaciones circunvecinas, que en aquellos años las constituían la plaza actual, luego el riachuelo a poca distancia.
Habían carpas improvisadas y barandas para sujetar las riendas de los caballos ensillados y después de la misa de resurrección comenzaba lo que se llamaba “el zapateo de la Pascua”, donde el violín era el instrumento que remplazaba a la camacheña y la caja en las manifestaciones folklóricas que son tradicionales.
En esta festividad el juego de la taba y la rayuela era un espectáculo porque había expertos en el juego, que lanzaban el hueso vacuno con el famoso “tiro y volteo” no solamente para la cara de la suerte sino que era común el llamado “pinino de la taba’”.
Junto al juego comenzaba el libado de la chicha, los singanis y vinos dando paso las copleadas y los contrapuntos de pascua y resurrección.
El elixir de dominio en todas las inmediaciones de la iglesia como de las tolderías era el “agua y anchi”, una chicha elaborada de maíz con pasas de uva y nuez, hecha con el llamado “mu´ku” y la culinaria abundante con gallinas criollas y maicenas diversas, donde el arroz con leche y natas era el manjar de los niños.
Las tablillas, ancucos, pepitas de leche, rosquetes y empanadas blanqueadas de lacayote eran el gusto de todos y caracterizaban a sus elaboradoras.
Cuentan que éstas diferenciaban a una y otra experta porque a unos les gustaba más los rosquetes de doña Petrona, a otros los ancucos de doña Rosa, a otros el arroz con leche de doña Sara, o los picantes y chicha como el “agua y anchi” de la “miss San Lorenzo”.
La Pascua tomayapeña
Cuentan también que en el pueblo de Tomayapo, la fiesta de la Pascua era de mayores relieves porque además era aparejada con la aparición del llamado durazno “cuaresmero” o “cuaresmillo” en toda la región que alcanzaba hasta Paichu. Ese fruto era la última cosecha perteneciente a la época del verano porque la fiesta movible de Semana Santa y la Pascua oscilaba entre la primera quincena de marzo y la segunda de abril.
Para pasarse la fiesta de la Pascua en Tomayapo o Paichu, el viaje era largo y a lomo de bestia, en caballos ensillados que salían desde San Lorenzo en caravana, el viaje duraba por lo general toda una madrugada y todo el día siguiente para llegar a la noche por lo que se salía por lo general en la madrugada del miércoles y se llegaba el Jueves Santo, para descansar el viernes y esperar la madrugada del sábado de Gloria y luego el domingo de Pascua.
Cuenta Agustín Morales que desde Tarija iban las familias de los Ugarte, Durán, Sánchez, Fernández –de Pompeya- Díaz que eran originarias y las más antiguas de Paichu; los Madariaga, Ortega, Madalleno, Retamozo, Vaca, Gutiérrez, Vilte, Bejarano, Leytón y otras igualmente originarias de la población.
Los arcos de Pascua y la pérdida de tradiciones
Los arcos de Pascua fueron siempre verdaderos artes florales que con el paso del tiempo, ahora como no hay cultivos de la flor como otrora, son hechos en la actualidad inclusive con flores de fantasía con papel, contrarrestando con los que fueron hechos con flores naturales. La fragancia era bien definida en el ambiente de las calles y lugares por donde la procesión recorría y su aroma duraba hasta pasada la misma Pascua.
Lo que va perdiéndose en estas fiestas donde las muchachas danzan y festejan la resurrección de Cristo es de que en toda la tertulia las solteras tienen en la oreja izquierda la rosa de Pascua, las casadas a la derecha y las solteras que deseaban ser pretendidas en la vestimenta tenían la manta floreada con rosas de Pascua, las casadas con rosas de salón y color rojo sobre colores diversos, porque el blanco era significado además de pureza y dignidad familiar.
Apuntes sobre la temática
Gustos
El elixir de dominio en todas las inmediaciones de la iglesia como de las tolderías era el “agua y anchi”, una chicha elaborada de maíz con pasas de uva y nuez.
Juegos
En esta festividad el juego de la taba y la rayuela era un espectáculo porque había expertos en el juego, que lanzaban el hueso vacuno con el famoso “tiro y volteo” no solamente para la cara de la suerte sino que era común el llamado “pinino de la taba’
Arcos
Los arcos de Pascua fueron siempre verdaderos artes florales que con el paso del tiempo, ahora como no hay cultivos de la flor como otrora, son hechos en la actualidad inclusive con flores de fantasía con papel