Solo algunos sectores aumentaron sus ventas fuera del país
Exportaciones: ¿quiénes ganaron y quiénes perdieron en 2020?
No todos los sectores exportadores se vieron afectados de la misma manera durante el pasado año. Los sectores más afectos fueron los que más aportan a la economía nacional
Bolivia no fue la excepción. El comercio internacional se contrajo en todo el mundo como consecuencia de una economía que ya se acercaba a una crisis en 2019 y que fue llevada al abismo por la propagación del coronavirus el pasado año. Según proyecciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en 2020 el volumen comerciado cayó en un 9,2% respecto a 2019.
Las últimas estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), revelan que Bolivia vio disminuir en un 8,5% el volumen de su comercio internacional. En total, el volumen de las exportaciones cayó en un 3,4%, mientras que el volumen de las importaciones lo hizo en 19,8%. Pese a ello, y aunque la caída relativa del valor de las exportaciones fue menor que el de las importaciones, no alcanzó para que país dejase de tener una balanza comercial deficitaria en 2020.
En el caso particular de las exportaciones, los sectores que presentaron una mayor disminución de las mismas fueron: hidrocarburos, minería y el de las manufacturas en general. Sectores que son, a la vez, los que tienen mayor capacidad de apalancamiento de la economía nacional. Por el otro lado, otros sectores, como el de la agroindustria y la ganadería, incrementaron el valor de sus exportaciones respecto al 2019.
Una crisis comercial a nivel global
Que el comercio mundial se contrajo en 2020 es un hecho, sin embargo, a diferencia de lo que muchas proyecciones señalaron cuando la pandemia comenzaba, la caída fue menor a lo esperado. En 2020 los volúmenes comerciados fueron 9,2% menos que en 2019, lo que representa una disminución inferior a la registrada el año 2009, durante la crisis financiera, cuando el volumen del comercio mundial se redujo en un 13%.
La principal causa para la contracción del comercio internacional fueron las medidas de confinamiento implementadas para frenar el número de contagios. Según un informe de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL):
“Estas restricciones afectaron la logística del comercio internacional e incluyeron medidas sanitarias adicionales e inspecciones más rigurosas tanto de la carga y los equipos de transporte como del personal logístico que los opera, lo que ha incrementado los tiempos y el costo de operación del comercio exterior”.
La caída del volumen del comercio mundial se profundizó hasta el mes de mayo, mes en que se registró una contracción interanual del 17,5%. Pero desde el mes de junio, momento en que la mayor parte de los países levantó las medidas de confinamiento –por lo menos de manera parcial–, se dio inicio a un ascenso comercial paulatino.
Este proceso de recuperación comercial ha sido desigual, según apunta un análisis del Fondo Monetario Internacional (FMI), que recientemente publicó datos sobre el comercio internacional en 2020. “El comercio de bienes […] se recuperó más rápidamente que durante la crisis financiera mundial, mientras que el comercio de servicios sigue deprimido. La fortaleza relativa de las manufacturas, junto con la debilidad persistente de los servicios, refleja la naturaleza inusual de la recesión, que ha desplazado los patrones de consumo hacia los bienes y los ha alejado de los servicios que requieren interacciones cara a cara”.
Las exportaciones que se vinieron abajo en Bolivia
Según las últimas estimaciones del INE, el volumen de las exportaciones bolivianas en 2020 se contrajo en un 3,4% respecto al año anterior. Si bien esta contracción está marcada por la crisis mundial, llama la atención que esa tendencia ya estaba presente en la economía boliviana desde el año 2015. Como ejemplo, el año 2019 el volumen de exportaciones de Bolivia se contrajo en un 9,6% respecto al 2018.
Pero en 2020 la caída del valor de las exportaciones fue mucho más estrepitosa que la caída de los volúmenes comerciados, lo cual tiene que ver con la disminución de los precios internacionales de algunos productos que exporta el país. En 2020 se exportó en total un valor de $US 6.897 millones, mientras que en 2019 las exportaciones habían alcanzado los $US 8.795 millones, lo que representa una caída del 21,6%.
Ahora bien, ¿cuáles fueron los sectores que disminuyeron en mayor grado sus exportaciones? Por la importancia que tiene para las arcas del Estado, la caída de las exportaciones del sector hidrocarburífero ha sido el más preocupante. En lo concerniente al gas natural –el principal producto exportado de este sector– el valor comercializado cayó en $US 739 millones, pasando de $US 2.741 en 2019 a $US 1.990 en 2020.
Esta caída en el valor de las exportaciones del gas se debe principalmente al efecto precio, ya que en términos de volumen, en 2020 se exportó 1,2% más de lo que se había exportado un año antes. Según el FMI, “la mayoría de los precios de las materias primas se recuperó en la segunda mitad del año pasado; sin embargo, el repunte de los precios del petróleo se retrasó con respecto a la recuperación más amplia de los precios de las materias primas, debido al impacto prolongado de la pandemia en la demanda mundial de petróleo. Los precios del petróleo crudo promediaron los $US 41 por barril en 2020, una caída del 34 por ciento con respecto a 2019”. El problema es que el precio del gas boliviano está indexado al precio internacional del petróleo.
Otro sector extractivo afectado por la crisis comercial es el de la minería. Según los datos registrados por el INE, el valor de las exportaciones de este sector cayó en aproximadamente un 26,8%, pasando de poco más de $US 4.300 millones en 2019 a alrededor de $US 3.100 millones. A diferencia de los hidrocarburos, en el caso de los minerales –con excepción del oro y la plata– la disminución de las exportaciones fue efecto de la caída tanto de los precios internacionales como de los volúmenes comercializados.
En el caso del zinc, que es el mineral que en términos de volumen se exporta en mayor cantidad, en 2020 se exportó un 31% menos con respecto al 2019, mientras que en términos de valor esta caída representó un 26%.
El caso del oro es particular. Este metal precioso representa, luego del gas, el producto con un mayor valor de exportación. Según cifras oficiales, en 2019 se exportaron 42 toneladas de este producto, mientras que en 2020 solo fueron 24. En términos de valor, las exportaciones de oro cayeron de $US 1.739 millones a $US 1.229 millones (una reducción del 29,3%).
Sin embargo, en el caso del oro la situación es particular. Este ha sido uno de los pocos minerales que incrementó dramáticamente su precio internacional en tiempos de pandemia como consecuencia de una fuerte presión en su demanda, debido a que el oro ha sido considerado en el mundo entero como un activo refugio frente a un escenario económico volátil.
Varios analistas han señalado que la producción de oro no ceso en tiempos de pandemia, aunque si disminuyó el control sobre esta actividad. Es así que esta disminución registrada del valor y el volumen de las exportaciones de oro se podría deber, en todo caso, a un incremento de la comercialización ilegal de este mineral –que se estima en 40% del total de la producción–.
Por otro lado, durante 2020 también se ha visto afectada la exportación de la castaña, que es el segundo producto agrícola boliviano más comercializado en el exterior, luego de la soya. Si bien el volumen de exportaciones se incrementó en un 4%, el valor total de las exportaciones de esta nuez cayó de 156 millones de dólares en 2019 a 126 millones de dólares en 2020. En los meses pasados, los trabajadores de la zafra de la castaña intentaron gestionar apoyos desde el Estado debido a los bajos precios de este producto.
Dejando de lado los productos manufacturados que derivan de la agroindustria, ganadería y de la minería, la gran mayoría de productos catalogados dentro del ítem de “Industria manufacturera”, tuvieron caídas significativas en el valor de sus exportaciones. Por ejemplo, el valor de las exportaciones de productos textiles cayó en un 39%, mientras que el valor de las exportaciones de productos alimenticios cayó en un 14%.
Los que exportaron más durante la pandemia
No a todos les fue mal el año pasado. En general, según los datos presentados por el INE se puede constatar un incremento en el valor de las exportaciones de los productos de la agroindustria. En particular, fueron las exportaciones de los productos derivados de la soya las que se incrementaron de manera considerable.
Si bien el incremento del volumen de las exportaciones de estos derivados fue mínimo (1,7%), el aumento del valor exportado –que fue de un 9%– tuvo que ver con el inusitado incremento de los precios internacionales de las oleaginosas en el mercado internacional de commodities. Durante el segundo semestre del pasado año, su precio fue ascendiendo de manera precipitada, hasta alcanzar niveles que no se habían visto en los últimos cinco años. El problema, como lo señala Miguel Ángel Crespo, director de PROBIOMA, es que de las exportaciones del agronegocio “sólo se aporta al fisco el 1 %, que ni siquiera cubre la subvención del diésel”.
Pero el sector que tuvo el crecimiento más importante de sus exportaciones fue el ganadero. Si bien el peso relativo de las exportaciones de “carne de la especie bovina” es mucho menor que el de las del sector agroindustrial, llama la atención que el valor exportado haya crecido en más de un 287% durante 2020. Lo que tiene que ver con un incremento de más del 300% en el volumen comercializado.
Habrá que ver cómo se equilibra el comercio internacional en 2021, que según proyecciones del Banco Mundial crecerá este año en 5%, aunque se espera una recuperación mínima del precio del petróleo (8,1%) y un incremento del 2% del precio de las materias primas no energéticas.
La dependencia económica del país cobra factura
Entre 2006 y 2014 el 40% de los ingresos corrientes del gobierno provenía de los hidrocarburos. La disminución sostenida del precio del petróleo, que empeoró el pasado año, tiene, por tanto, implicaciones considerables en una economía tan dependiente de un solo producto.