Dicen por ahí

Dicen por ahí que me volví loco.

Que siempre estoy sonriente.

Que me brillan los ojos.

Que converso con las flores y bailo en mi jardín.

Dicen por ahí que creo en los astros y las constelaciones y agradezco sus influencias en mi vida.

Dicen por ahí que hablo de “raros asuntos”, como energías, viajes astrales, chakras, sanación, consciencia.

Dicen por ahí que me volví loco.

Que le enseño a la gente a percibir la luz que yace en lo más profundo de su ser, y que para colmo les muestro cómo se apaga cuando pensamos negativamente.

Dicen por ahí que me volví loco.

Que no me rigen agendas ni horarios.

Que a las comidas en mi mesa también les hablo y les digo: “Divino Sustento ¿Qué haces afuera? ¡Vamos pa´ dentro!”

Que todo me parece bien, perfecto y sincrónico. 

Que a lo adverso le busco lo bueno.

Que le abro las puertas por igual a creyentes y no creyentes. 

Que doy gracias cuando llueve y cuando hace sol.

Que doy gracias cuando llega el transporte y cuando me toca ir un rato a pie también.

Que lavo la ropa cantando y es igual cuando cocino, limpio y ordeno.

Dicen por ahí que me volví loco por reconocerme en la otra persona, por sentir que solo somos uno.

¡Pero me siento tan cuerdo y tan dichoso!