Oda a la vida

La noche entera

con un hacha

me ha golpeado el dolor,

pero el sueño

pasó lavando como un agua oscura

piedras ensangrentadas.

 

Hoy de nuevo estoy vivo.

De nuevo

te levanto,

vida,

sobre mis hombros.

 

Oh vida, copa clara,

de pronto

te llenas

de agua sucia,

de vino muerto,

de agonía, de pérdidas,

de sobrecogedoras telarañas,

y muchos creen

que ese color de infierno

guardarás para siempre.

 

No es cierto.

 

Pasa una noche lenta,

pasa un solo minuto

y todo cambia.

 

Se llena

de transparencia

la copa de la vida.

 

El trabajo espacioso

nos espera.

De un solo golpe nacen las palomas.


Más del autor
Oda a la vida
Oda a la vida
No culpes a nadie
No culpes a nadie
Sólo la muerte
Sólo la muerte