Presidente de YPFB dice que se invirtieron $us 13.404 MM en 12 años
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), filiales, subsidiarias y operadoras concretaron en doce años de nacionalización (2006 - 2017) una inversión de 13.404 millones de dólares, recursos orientados a incrementar y reponer las reservas de hidrocarburos, garantizar el...
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), filiales, subsidiarias y operadoras concretaron en doce años de nacionalización (2006 - 2017) una inversión de 13.404 millones de dólares, recursos orientados a incrementar y reponer las reservas de hidrocarburos, garantizar el abastecimiento de combustibles y mejorar la calidad de vida de los bolivianos con la instalación de redes de gas a domicilio, informó ayer el presidente de la estatal petrolera Oscar Barriga.
"La Nacionalización permitió definir una visión estratégica del sector de hidrocarburos a través de una planificación de inversiones, que en estos últimos años se caracterizaron por un enérgico impulso a las actividades de exploración, desarrollo e industrialización", expresó citado en un boletín institucional.
Con estas declaraciones, el actual directivo sigue la tónica de las declaraciones oficiales del ministro del sector, Luis Alberto Sánchez, que recurrentemente citan cifras imposibles de contrastar con información y documentación oficial, dado que YPFB no publica los denominados Costos Recuperables y otra información de manera semestral, como ordenan las leyes del sector.
Barriga remarcó que para la gestión 2018, se programó una inversión de 1.198 millones de dólares, de cuyo monto el 60% se destinará a actividades de exploración y explotación de hidrocarburos, pero no discrimina cuánto de ese supuesto monto irá a exploración y cuánto a explotar actuales campos, muchos de los cuales muestran signos de declinación, sobre todo los campos tarijeños de San Alberto y San Antonio.
Recordó que en 2014 se registró el monto de inversión más alto con 2.115 millones de dólares, el 2013 con 1.820 millones y en 2015 con 1.939 millones de dólares, respectivamente, montos que -dijo- no tienen parangón en el historial de las inversiones de YPFB.
"En el período 1993-2005, las inversiones en el sector hidrocarburos alcanzaron a 5.387 millones de dólares, cifra que muestra la diferencia respecto al período del proceso de cambio", señaló.
Sin embargo, antes de ese período, concretamente entre 1990 y 1991, con mucho menos recursos, YPFB estatal descubrió los megacampos San Antonio y San Alberto de Tarija, en operaciones comandadas por ingenieros petroleros bolivianos, hecho que no se pone de relieve ni en las memorias institucionales de la petrolera.
Según la autoridad de la estatal petrolera, en los últimos doce años, los mayores montos fueron destinados a explotación con 6.075 millones de dólares, exploración 2.097 millones dólares e industrialización 2.073 millones de dólares.
El decreto nacionalizador de 1 de mayo de 2006 preveía que sea YPFB la que ejecute las operaciones petroleras en sustitución de las transnacionales. Sin embargo, son estas las que continúan controlando y ejecutando estas supuestas inversiones. YPFB tampoco publicó los resultados de las auditorías petroleras que se ejecutaron ese año y que, según reportaron el ex ministro Andrés Soliz Rada y el responsable de las auditorías, el también ex ministro y ex presidente de YPFB, Enrique Mariaca, revelaron fraudes contables, inversiones inexistentes y compromisos de inversión incumplidos de las transnacionales.
"La Nacionalización permitió definir una visión estratégica del sector de hidrocarburos a través de una planificación de inversiones, que en estos últimos años se caracterizaron por un enérgico impulso a las actividades de exploración, desarrollo e industrialización", expresó citado en un boletín institucional.
Con estas declaraciones, el actual directivo sigue la tónica de las declaraciones oficiales del ministro del sector, Luis Alberto Sánchez, que recurrentemente citan cifras imposibles de contrastar con información y documentación oficial, dado que YPFB no publica los denominados Costos Recuperables y otra información de manera semestral, como ordenan las leyes del sector.
Barriga remarcó que para la gestión 2018, se programó una inversión de 1.198 millones de dólares, de cuyo monto el 60% se destinará a actividades de exploración y explotación de hidrocarburos, pero no discrimina cuánto de ese supuesto monto irá a exploración y cuánto a explotar actuales campos, muchos de los cuales muestran signos de declinación, sobre todo los campos tarijeños de San Alberto y San Antonio.
Recordó que en 2014 se registró el monto de inversión más alto con 2.115 millones de dólares, el 2013 con 1.820 millones y en 2015 con 1.939 millones de dólares, respectivamente, montos que -dijo- no tienen parangón en el historial de las inversiones de YPFB.
"En el período 1993-2005, las inversiones en el sector hidrocarburos alcanzaron a 5.387 millones de dólares, cifra que muestra la diferencia respecto al período del proceso de cambio", señaló.
Sin embargo, antes de ese período, concretamente entre 1990 y 1991, con mucho menos recursos, YPFB estatal descubrió los megacampos San Antonio y San Alberto de Tarija, en operaciones comandadas por ingenieros petroleros bolivianos, hecho que no se pone de relieve ni en las memorias institucionales de la petrolera.
Según la autoridad de la estatal petrolera, en los últimos doce años, los mayores montos fueron destinados a explotación con 6.075 millones de dólares, exploración 2.097 millones dólares e industrialización 2.073 millones de dólares.
El decreto nacionalizador de 1 de mayo de 2006 preveía que sea YPFB la que ejecute las operaciones petroleras en sustitución de las transnacionales. Sin embargo, son estas las que continúan controlando y ejecutando estas supuestas inversiones. YPFB tampoco publicó los resultados de las auditorías petroleras que se ejecutaron ese año y que, según reportaron el ex ministro Andrés Soliz Rada y el responsable de las auditorías, el también ex ministro y ex presidente de YPFB, Enrique Mariaca, revelaron fraudes contables, inversiones inexistentes y compromisos de inversión incumplidos de las transnacionales.