La alimentación saludable en la escuela: Un desafío pedagógico y social
Una educación de calidad, implica una formación integral (ser, saber, hacer y decidir) de las niñas, niños y adolescentes. Esto implica la instrucción y el fortalecimiento de los saberes y conocimientos; pero también cultivar valores, promover hábitos y formar en principios para vivir en armonía con nuestros semejantes y la Madre Tierra, a través de diferentes espacios y estrategias metodológicas desde las áreas de saberes y conocimientos. Los buenos hábitos de alimentación, es un aspecto fundamental a tratar en el ámbito pedagógico y en la etapa escolar, ya que influye en el crecimiento y desarrollo de los niños, niñas y los adolescentes.
Según la Guía alimentaria para la Niña y el Niño y los adolescentes en edad escolar del Ministerio de Salud y Deportes de Bolivia, es importante conocer las necesidades nutricionales de los estudiantes en esta etapa de su vida, además nos orienta como educadores a poder tomar en cuenta algunas recomendaciones que podemos hacer llegar a nuestros estudiantes para que cuiden su salud y mejoren su rendimiento académico, promoviendo los buenos hábitos de alimentación.
Generalmente la idiosincrasia de la sociedad boliviana conlleva una gastronomía (en su mayoría) con una preparación de los alimentos no muy saludable, los platos criollos, contienen grasas, alimentos fritos en aceite, grasas de origen animal, azúcares, entre otros.
Sin embargo, en Quioscos o lugares cercanos a las Unidades Educativas, se promueve la venta de alimentos saludables. En teoría en cuyos lugares debe primar el cuidado de la salud a través de la alimentación saludable. Sin embargo en algunas unidades educativas se puede palpar una realidad muy distinta, tomando en cuenta los factores socioeconómicos de cada comunidad educativa.
Somos los maestros y maestras quienes podemos fomentar buenos hábitos alimenticios en los espacios educativos, sin embargo, es en el hogar que estos hábitos se aprenden y se consolidan. Lamentablemente como se mencionó, la realidad socioeconómica de cada familia es muy distinta, en algunos casos las familias de los estudiantes no compran sus alimentos buscando la calidad, sino la cantidad y el precio acorde a su economía. Por ello, es un reto y un desafío para el maestro ayudar a sus estudiantes a cambiar o mejorar sus hábitos alimenticios desde la realización de acciones diarias pero que se encuentren al alcance de todos.
Éstas acciones deben estar orientadas a concientizar a los estudiantes sobre el impacto de la alimentación en su salud, así también deben desarrollar la capacidad de seleccionar sus alimentos de la mejor manera, dando a conocer los beneficios que conlleva esto y sobre todo, como maestros enseñar a través del ejemplo, es decir, nosotros debemos comenzar a cuidar nuestra salud para que nuestros estudiantes puedan observar los cambios y acciones que realizamos en beneficio de nuestra salud.
En conclusión, la alimentación es un aspecto fundamental en todas las etapas de la vida, pero en la etapa escolar influye en el crecimiento y desarrollo de los niños, niñas y adolescentes. Además, la promoción de una alimentación saludable y equilibrada en las escuelas es fundamental para mejorar la calidad educativa y preservar la salud. Pero a su vez significa un reto para todos los actores educativos ya que indica enseñar a través del ejemplo a mejorar la calidad de vida a través del desarrollo de buenos hábitos de alimentación.