Tenemos la obligación

En fecha 6 de Junio de este 2024, fuimos testigos de algo inédito, por lo menos en este último tiempo. Andrónico Rodríguez, se vistió de pantalones largos, convocó a la 7ª sesión en la Asamblea Legislativa Plurinacional, pese a una notificación de los auto prorrogados del TCP que le dijeron que no era legal, donde asistieron, luego de la verificación del quorum respectivo, una cantidad de legisladores, que avalaban que estaban presentes los suficientes como para sesionar y tomar determinaciones.

Como indicaron los diferentes medios de comunicación, se sancionaron dos leyes, entre las cuales, específicamente una, determina que los auto prorrogados deben cesar en sus funciones inmediatamente, generando directamente una presión para que haya una nueva elección de magistrados y que los legisladores que han manipulado a diestra y siniestra en la ALP, se vean desnudos y den curso a la brevedad a ese proceso consultivo.

Después de varios años, varias corrientes políticas, mostraban su desprendimiento y se reunían para deliberar, aunque sea en un consenso temporal, que la ley merecía que le echen un salvavidas y salga a flote cuanto antes. Desde la convocatoria a esa sesión legislativa, debido a que el titular del Ejecutivo estaba fuera del país, el segundo al mando ejercía la cartera de Presidente en Ejercicio del Estado Plurinacional de Bolivia, y según nuestra constitución y leyes vigentes, la Presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional, como en varias ocasiones sucedió en el mandato del Presidente Luis Arce Catacora, debía ser asumida por el Presidente de la Cámara de Senadores, lo que a todas luces y sin necesidad de llegar a una consulta al Tribunal Constitucional Plurinacional, estaba enmarcado en la legalidad, resultó que no era así, que fue un acto de provocación, de usurpación de funciones, ya que había que esperar las ganas del Vicepresidente.

Y todo el país, fue testigo una vez más, de que en Bolivia cualquier cosa puede suceder, como que el Ministro de Justicia, declara que no se puede entrometer en asuntos entre el Legislativo y el Ejecutivo, pero cuando se trata de los auto prorrogados, si se embadurna hasta su conciencia, y defiende a ultranza con argumentos que después son repetidos hasta el cansancio por los magistrados leguleyos que están en Sucre, con la venia de muchos de los legisladores del ala arcista, y por todos aquellos que tienen intereses de que les resuelvan, no sabemos si en derecho o en izquierdo, algún asunto en el Tribunal Supremo de Justicia, que la auto prorroga es legal, cuando sabemos los bolivianos, que lo que hicieron es un acto que es ilegal, puesto que tanto el ejecutivo como el legislativo, sabían perfectamente que debían elegirse nuevos magistrados por que se vencía irrevocablemente el mandato que se les había concedido, poniendo como excusa que no pueden dejar en orfandad a la ley, cuando todos sabemos que la ley en Bolivia, demora mucho más que un quinquenio en resolver una causa. ¿Es que no perciben, que por este problema, tanto los miembros del poder legislativo como del poder ejecutivo que avalaron a los auto prorrogados, pueden tener un juicio de responsabilidades?

Y la guinda, cherry, o como quieran llamarlo, en el pastel, nuevamente es obra de un Vicepresidente que no convoca a sesiones, que mantiene a un legislativo, pagándoles por labores en sus oficinas, que no se traducen en leyes, lo que es incumplimiento de deberes y daño económico al Estado, quien al retornar a ejercer y ser el Presidente Nato del Congreso, lo mejor y primero que se le ocurre, es mandar en consulta a un Tribunal Constitucional Plurinacional AUTO PRORROGADO, si la sesión del 6 de Junio era legal o no.

Y siguiendo esa línea: ¿acaso no entienden ni saben que los tiempos políticos son tremendamente dinámicos y que los lideres de ayer, después de un breve lapso, ya no son los que se proyectan al futuro? ¿Que es necesario que varios Andrónicos aparezcan y confronten sus liderazgos, en pos de que Bolivia finalmente supere su maldición de una política Alto Peruana de caudillos que están acostumbrados a elegir a dedo a candidatos, a traicionar con mentiras mediante un manipuleo doloso a sus seguidores, ejercitando desvergonzadamente, coerción y propietarismo de sus conciencias, todo para llegar al poder y mostrarse como los únicos salvadores, que nunca fueron?

¿Que todos los Jerjes Mercado, que se dan el lujo de muchachear a un Presidente del Senado, se jubilen porque ya no tienen cabida, en un país como el nuestro, donde la política debe volverse un instrumento de valor y no de coerción, donde es necesario refundar una patria que empieza a irse como agua entre las manos, y que peligrosamente está siendo deseada por nuestros vecinos?

Tenemos la obligación de preservar el legado que hemos heredado de nuestros antepasados, pero, sobre todo, tenemos la obligación de dejar a nuestros hijos una mejor patria, sustentada en leyes y normas que deben ser cumplidas, en una democracia donde el equilibrio entre el campo y la ciudad, nos ayude a una convivencia donde no se entregue el poder absoluto a un solo líder. Debe haber un equilibrio y sobre todo, debe darse una sana correlación de fuerzas que, de tanto en tanto, nos muestren nuevos liderazgos, caso contrario, más temprano que tarde, desapareceremos como nación.


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