Litio = ¿Otra oportunidad perdida?

Hace unos días, la prensa en general hacía eco de unos informes de la YLB, que daban cuenta que se habían producido hechos corruptos en la deseada industria del litio en Bolivia. En otras palabras, toda la artillería se apuntaba hacia los ex funcionarios de rango medio a ejecutivo, que se desempeñaron como técnicos en esas labores, mismos que fueron contratados, suponemos, por los méritos que en su momento pusieron a consideración de las autoridades.

Es decir: Retrotrayéndonos un poco, todo se originó desde que hubo una licitación, que en su momento también informaron desde el gobierno a la ciudadanía por los canales de la prensa, que los términos de referencia (TDR´s) eran muy exigentes, y que las empresas que se presenten, tanto para ejecutar la construcción como aquellas que debían supervisar y fiscalizar esos trabajos, dentro de su propuesta era necesario que certifiquen que tenían la experiencia necesaria y suficiente, en ese tipo de factoría.

Si el anterior escenario hubiese sido el ideal y todos cumplían los roles que se habían previsto en el documento base de contratación (DBC), las especificaciones técnicas (ET´s), el estudio de evaluación de impacto ambiental (EEIA) y lo autorizado en la licencia ambiental (LA), seguramente, todo esa maquinaria que tenía la responsabilidad, de responder con un producto de excelencia, que beneficie en consolidar una industria del litio en favor de los bolivianos. Al presente, en vez de estrellarnos de cara ante un informe, que percibimos fue prácticamente obligado a darse a conocer públicamente, debido a que los actuales ejecutivos, no quisieron asumir responsabilidades que no les correspondían, BOLIVIA, en letras mayúsculas, hubiese inscrito su nombre en el escenario internacional del mercado del litio.

Infelizmente no fue así. La prensa nacional, entre el 14 y el 21 de mayo de 2018, informaba que la empresa china Maison Engineering, era la encargada de la construcción. Sin embargo, luego de esperar meses, que se tradujeron en varios años (para ser exactos: seis gestiones, en las que se deberían haber ajustado todos los aspectos administrativos, técnicos y legales), y otros vericuetos legales, resulta que, tanto los responsables del Estado Plurinacional de Bolivia cuanto los de las Empresas, entre las que apareció Gerimex, a quién se adjudicó de manera directa la construcción de 18 piscinas, no supieron llevar adelante la construcción de esa infraestructura. Se indica, que los responsables, según lo que se ha filtrado a la población, en unos casos, aprobaron que ciertas estructuras se hicieran cambiando las especificaciones, en otros que se hubiesen modificado los diámetros de las tuberías, el cambio de volúmenes de obra de ciertos ítems en desmedro de otros, y otra sarta de irregularidades, contra reconocimientos económicos de la parte empresarial. Todos ellos jugaron con la esperanza de una nación.

En ese contexto, es necesario detenernos un momento y reflexionar lo siguiente:

a)    ¿Solo son sospechosos los funcionarios que asumieron responsabilidades en la YLB?

Con sinceridad, creemos que no, porque las responsables de entregar todo funcionando, previas las pruebas en vacío que correspondían, eran las empresas contratadas, como seguramente establecen los contratos, que esperemos todavía estén respaldados por boletas de garantía, ya que, no sabemos si esos documentos fueron devueltos ante una entrega de una infraestructura que, por denuncias de los propios trabajadores, venia sonando que no funcionaba. Es decir: incluso jugaron con la imagen del presidente Arce Catacora, haciéndole inaugurar una infraestructura inservible.

 

b)    Cumplida la etapa anterior, ¿recuperaremos el tiempo perdido para tratar de seguir en carrera y proyectarnos en el mercado del litio internacional?

Solo si actuamos con la practicidad necesaria. La tecnología avanza a pasos gigantescos. Ese tren imparable está a punto de dejarnos. No permitamos que eso suceda. Bolivia lo necesita. ¡Que vengan los que saben!

Es decir:

Todos los malos actores deben ser sancionados, pero eso no nos devolverá, ni el tiempo perdido ni la oportunidad que esta por diluirse. Debemos avanzar. Esa es la lógica que debe impulsarnos cuanto antes. Si es inevitable contratar excepcionalmente a quienes nos presenten la mejor opción, tanto económica, como en una posibilidad concreta de ejecución, de forma pública y transparente, debe hacerse. Chile y Argentina, nos están dando el ejemplo.


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