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La fundación de la UAJMS y la historia que no debemos olvidar

Al cumplirse el 78 Aniversario más de la fundación de la Universidad Pública de Tarija, como docente de la UAJMS, expreso mi reconocimiento al gran esfuerzo, coraje y decisión que ha tenido don Federico Ávila para generar conciencia entre las autoridades y ciudadanos tarijeños logrando el apoyo hasta lograr el reconocimiento por el Estado Boliviano para fundar o constituir la Universidad de los tarijeños con sus dos Facultades con las que inicia sus labores. Sin duda hay mucho aún por analizar, sobre todo, el momento histórico, social, económico y político por el que atravesaba la sociedad boliviana, lo que no impidió sacar adelante una iniciativa tan ansiada.

Según el historiador Elías Vacaflor (2010) La Universidad de Tarija, habría sido creada mediante Ley de 16 de noviembre de 1886, sin embargo, no existen datos sobre el funcionamiento de la misma. Al parecer la primera etapa de la Educación Superior de Tarija que se inició en 1886 y culminó en diciembre de 1905 con la renuncia del Dr. Hermógenes Avilés, el último Cancelario del Distrito Tarija, poniendo fin a la Etapa de Gestación de la universidad en Tarija.

Habrá que aclarar también que, según el Decreto Supremo de 13 de mayo de 1927, denomina al Distrito Escolar de Tarija “Juan Misael Saracho”, en homenaje al organizador y renovador de la instrucción pública en el país, pero no menciona a la educación superior, menos a la Universidad de Tarija. (ORTEGA Jannett 2014)

Lo cierto y evidente es que un 6 de junio de 1946, autoridades departamentales y de diversas instituciones se congregaron en la Plaza Luis de Fuentes para testimoniar y dar su apoyo a la fundación de la Universidad, luego de la realización de varios actos preparatorios, siempre por iniciativa de don Federico Ávila y Ávila, quien fuera designado su primer Rector según el Acta de fundación de la Universidad de Tarija Juan Misael Saracho, (Acta que forma parte del Estatuto Orgánico de la UAJMS).

Según relatos del escritor tarijeño Edgar Ávila Echazú, (hijo de don Federico Ávila), ya en mayo de 1946, se decidió, como primer paso a la creación de la Universidad, fundar dos facultades libres – Derecho y Filosofía y Letras – “Mi padre ya tenía a su lado entusiastas seguidores de su obra que, con la natural generosidad juvenil, lo ayudaron en diversas correrías; como, por ejemplo, conseguir locales donde pasar las primeras clases, hasta que se desocuparan dos chalets donados por la Alcaldía, por instrucción del Consejo Deliberante dirigido por Don Adolfo León y Don Secundino Ugarte.

Las clases empezaron con 15 estudiantes de la Facultad de Derecho y con 60 de la Facultad de Filosofía y Letras que luego se convertiría en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Dichas clases se pasaban en la Biblioteca Municipal y en dos aulas del Colegio San Luis por autorización del Jefe del Distrito Escolar, don Octavio O´Connor D´arlach, que también fue uno de los fundadores de la Universidad”.

Es necesario resaltar que, “cuando llegó a Tarija, el entonces presidente Gualberto Villarroel, por el aniversario del 15 de Abril, pese a no haber sido bien recibido por los opositores a su gobierno, pidió a don Federico Ávila, en la Prefectura a donde había sido convocado, que le indicada qué podía hacer su gobierno por Tarija y desde luego, la Universidad era la prioridad de Ávila y Ávila. De esta manera, a menos de veinte días de la fundación de la Universidad “Juan Misael Saracho”, ésta ya estaba legalizada mediante el respectivo Decreto firmado por el Presidente Gualberto Villarroel, quien días después fue asesinado en la forma más cruel y brutal que se diera en la historia nacional contemporánea, por un pueblo embrutecido e instigado por ciertos personajes de la oligarquía minera y del Partido de Izquierda Revolucionaria. (según relata Ávila Echazú, Edgar).

El 6 de junio de 1946, fue fundada la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho. Hasta entonces la juventud tarijeña tenía que migrar a otros centros universitarios del interior del país o del exterior para cursar estudios superiores. Eran muy pocos los jóvenes que, terminada su carrera, regresaban al solar nativo. (SERRUDO O. Maruja. 2006)

el día 6 de junio de 1946, en el Salón de Actos de la Municipalidad, desde la testera  en la que se encontraban situadas las autoridades civiles, políticas, militares y eclesiásticas, con una voz emocionada; algo opaca al principio y en seguida, pausada, clara, alta y plena de todos los matices emotivos que don Federico Ávila sabía expresar tan bien, en determinadas circunstancias, leyó su discurso de fundación e inauguración de labores de la recién creada universidad “Juan Misael Saracho” (Ávila Echazú E.)

Por la importancia y el profundo contenido, es menester compartir partes de ese discurso pronunciado:

“Distinguidas señoras y señores, queridos Alumnos:

“Nada más grato para mí como el dirigirme esta vez al pueblo de Tarija, aquí reunido en lo más selecto y representativo de sus distintas esferas sociales e intelectuales al conjuro de uno de los anhelos colectivos más vitales y magnos para la vida de un pueblo. Porque nadie puede negar, efectivamente, que la obra más premiosa y trascendental, la más significativa y de mayores repercusiones, en todo orden a que puede aspirar un pueblo consciente de su misión histórica y de los altos designios a que está destinado, por una serie de factores en el concierto de la vida nacional, es sin duda alguna, ésta que, aunque tardíamente ahora realizamos… Hemos vivido ...sin aulas y sin cultura, sin libros y archivos, sin museos y sin Universidad… Y ya que la obra está ahora en marcha, y tengo el honor, en nombre de todos mis colegas fundadores de la Universidad, de declarar inaugurado solemnemente el hogar espiritual tarijeño, permítanme que brevemente esboce la organización general…el plan de estudios que se ha trazado por el momento, las distintas casas o Facultades con que se inicia la estructura misma de ella.

Tarija, no sólo podrá contar con las dos Facultades fundadas, sino con otras impostergables como la de Agricultura y Veterinaria, de Petróleos, de Medicina, y otras que irán haciendo al conjunto de las necesidades, con un numeroso y selecto personal de profesores, técnicos, con Institutos dependientes y anexos, con laboratorios, granjas experimentales, bibliotecas, museos y archivos y otros organismos de cultura y profesionalización. ... Se trata, en primer lugar, de la más alta casa de Estudios a que aspiran todas las naciones civilizadas del mundo, porque ella es como la iniciación de la vida universitaria y la culminación de los más elevados estudios del hombre. Fuera de esta consideración que parecería con tono lírico en un pueblo de las limitaciones económicas y de otros órdenes como el nuestro, ella está llamada a cumplir una de las imperiosas y nobles necesidades, no sólo de Tarija en particular, sino de Bolivia en general y de América toda en el orden superior y permanente de la cultura, como es la de formar y hacer maestros, los únicos llamados a dignificar el país. …

Y para no cansar más vuestra atención…sólo me resta pedir al público en general, su comprensión y aliento a esta gran obra, a los estudiantes su colaboración decidida hasta ver realizados los propósitos que nos animan por bien especial de ellos; y a mis distinguidos colegas, que han puesto todo su fervor y entusiasmo en esta obra, su perseverancia y tesón hasta el día que, veamos todos coronada  esta obra que hemos comenzado  para gloria eterna de esta tierra digna de otra suerte y otros destinos superiores,  como toca sobre todo a los actuales representantes de Tarija, prestarle toda su colaboración  para ayudarnos, a los que no disponemos  sino de nuestro civismo y enérgica vocación de servir en todo instante a nuestra patria”.

Así termina el discurso de don Federico Ávila, el 6 de junio de 1946; sin duda un tarijeño visionario que se entregó a su gran objetivo hasta concurrir con la fundación de la Universidad Juan Misael Saracho, siendo su primer Rector.

El nombre de don Federico Ávila quedará por siempre grabado en las páginas de la historia de Tarija, como ejemplo de perseverancia, entrega y decisión, transmitiendo vivo el compromiso de autoridades, docentes, estudiantes y personal administrativo que sigue avanzando con pasos firmes hacia la formación profesional integral, hacia el logro de verdaderos cambios como es el desarrollo humano y productivo sostenible, con equidad, con justicia y con respeto de la dignidad de toda la población, de este querido departamento que ha entregado toda su riqueza al país y que ha recibido casi nada a cambio.

Pero también se debe conocer el gran desprendimiento, la grandeza de un ser humano pocas veces vista, al renunciar a su condición de Rector de la Universidad que había sido elegido en asamblea general de profesores y alumnos. El profesor Federico Ávila, promotor de su apertura, sin embargo, por razones políticas y a fin de no perjudicar el desarrollo de la Universidad, con esa grandeza que pocos la tienen, se vio obligado a renunciar para evitar que se estanque la naciente universidad. Renuncia porque la oposición y nuevo grupo de poder del gobierno, pretendió vincularle políticamente con el presidente Gualberto Villaroel que había sido vilmente asesinado en La Paz.  De tal manera que renuncia como Rector, el 29 de agosto del mismo de 1946, y al mismo tiempo la asamblea designa al Dr. Octavio O´Connor D´Arlach como el nuevo Rector.

HOY AL CUMPLIR 78 AÑOS DE VIDA INSTITUCIONAL DESDE SU FUNDACIÓN, RENDIMOS UN GRAN HOMENAJE DE ADMIRACIÓN Y RESPETO A DON FEDERICO ÁVILA Y ÁVILA Y AL GRUPO DE PATRIOTAS QUE NO ESCATIMARON ESFUERZOS PARA LOGRAR LA FUNDACIÓN Y FUNCIONAMIENTO REAL, DE LA UNIVERSIDAD LIBRE (AUTÓNOMA) JUAN MISAEL SARACHO, AHORA CON 13 FACULTADES E IMPORTANTES CARRERAS Y PROGRAMAS DE GRADO Y POSGRADO EN LA CAPITAL Y PROVINCIAS. CON CON ÉTICA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL SEGUIREMOS EL CAMINO TRAZADO POR SUS FUNDADORES.


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