El embarazo adolescente

América Latina es uno de los continentes con mayores cifras de embarazo adolescente después del África. Bolivia, Venezuela, Honduras y Nicaragua están entre los países con mayores ratios de embarazo adolescente entre los 10 a 14, y 15 a 19 años de edad. Este tema es de extrema importancia para la población boliviana también y es un punto en el que todas sus ideas cuentan para mejorar la salud y futuro adolescente.

El embarazo adolescente tiene por lo menos dos consecuencias tangibles a nivel de la salud y de la economía de la persona embarazada. En la salud, se incrementa los riesgos de salud en la persona hasta la posible muerte o enfermedades de larga duración. En la economía, tener un embarazo a corta edad también significa que las oportunidades de continuar una educación son menores lo que deriva en tener menos oportunidad de conseguir un mejor salario. Según la Organización Mundial de la Salud, el 2019, 21 millones de embarazos ocurrieron en los países de bajo y mediano ingreso, de los cuales alrededor del 55% fueron no intencionales. De todos los embarazos adolescentes, el 50% culmina en un parto y el otro 50% termina en un aborto que en su mayoría son clandestinos e inseguros debido a que la legislación de diferentes países prohíbe los abortos.

En Bolivia por ejemplo, la situación no es menos preocupante. El 2021, 64 embarazos por cada 1000 adolescentes llegaron a un parto con niño vivo y no existen registros de cuantos abortos existieron. No obstante, se puede pensar que existieron por lo menos 64 abortos y quizás otros 64 más en las primeras 72 horas con las tabletas del día después por cada 1000 adolescentes. En números exactos según la ministra de Salud y Deportes, María Renée Castro, existen 91 embarazos cada día en Bolivia y la causa principal es la falta de una educación sexual integrada al sistema educativo. Si 91 llega a nacimientos de niño vivo ¿Cuántos abortos existen?. Si bien la sociedad está en contra de los abortos, la realidad puede llevarnos a reflexionar diferente.

Con este ejemplo, queda demostrado que la falta de educación es como las cadenas que nos atan a la pobreza. Y si bien el aborto es considerado un crimen, en un mundo de cadenas de pobreza, quizás éste crimen es el menos criminal a pesar de ser la solución más drástica. Por lo menos, hasta cubrir a los adolescentes con el manto del conocimiento.

Será importante utilizar los datos para ajustar nuestras políticas en este tema, por lo menos hasta asegurar una educación en sexualidad de calidad bajo un programa validado.


Más del autor