El debate católicos vs liberales en Hispanoamérica: una 1ª aproximación

Este tema está atravesado por etiquetas que lo vuelven irresoluble. Muchos comunicadores de tinte progresista –así como la casi totalidad de la izquierda– llaman “neoliberalismo” a cualquier política adversa, y califican de “capitalismo” cualquier proyecto contrario a sus ideas. Desgraciadamente, el uso de las palabras como caballito de batalla es habitual en este tipo de discusiones. Liberales y progres monopolizan la discusión pública, boicoteando cualquier alternativa.

Por otro lado, de unos cinco años a esta parte, en el universo del llamado “mundo católico o cristiano provida hispanoamericano” este asunto fue por lo general poco abordado. Con excepciones, no existen en las RRSS espacios de abierto cuestionamiento del liberalismo.

El liberalismo se desliza en ámbitos católicos de muchas maneras. Es un fenómeno que si bien data de comienzos del siglo XIX, en Hispanoamérica parece haberse acelerado gracias a la fama de distintos influencers liberales.

A nuestro entender, esta penetración se explica por estas causas:

a)    El avance de las propuestas progresistas en la agenda cultural pública: esto produce el retroceso de muchos católicos y muchos liberales, y surge la idea de “los enemigos de mis enemigos son mis amigos”.

b)    La renuencia, desinterés, ineficacia de muchos católicos para organizarse y presentar un frente común en la arena pública ante el progresismo también es un factor a considerar. Se observa cierta reticencia en gran cantidad de católicos formados a organizarse en orden a librar la batalla públicamente. Los pocos católicos que sí encaran misiones de organicidad no encuentran el retorno necesario. En estas circunstancias, un equipo de liberales de derecha organizado, aceitado y con un férreo método de trabajo escala posiciones y copa batallas que en el pasado nunca libraron.

c)    El tercer factor que explica esta penetración es el talento de los referentes. Indudablemente, académicos como Alberto Benegas Lynch, Gabriel Zanotti, Vicente Massot, escritores como Nicolás Márquez y polemistas como Javier Milei y Agustín Laje, entre otros, tienen una capacidad que los ha llevado lejos, eclipsando buena parte de las reservas de una audiencia hispanoamericana no progresista que debería conocer las condenas de la Doctrina Católica al liberalismo.

d)    Otra causa está en el método de trabajo en las RRSS: por propagación en Youtube, WhatsApp, Facebook, Twitter, Instagram, etc., los influencers liberales se hacen más y más conocidos (es la famosa preselección); poco a poco han ido “envolviendo” un terreno que era originariamente de los católicos de formación anti liberal y anti marxista.

e)    El liberalismo ingresa en ámbitos católicos mediante un equívoco respecto de su definición. Se presenta como esencia del liberalismo aquello que no lo es, y el discurso se enfoca en aquellos puntos que pudieran ser más agradables para el católico. Los aspectos más controversiales del liberalismo se velan pudorosamente. Nunca son explicitados. Los influencers liberales han evitado una confrontación abierta con los doctrinarios católicos.

f)     Finalmente, hay ciertas investigaciones, rumores y conjeturas en torno a fuertes sumas de financiación económica que explicarían el ascenso meteórico de tantos referentes liberales en las RRSS. Si en el futuro apareciesen pruebas concluyentes de esto, sin duda debieran ser incluidas en el análisis.

Sería conveniente que los católicos –y en especial los sudamericanos– tuviesen presente la conducta de los grandes referentes liberales del siglo XX. Friedrich August von Hayek, por ejemplo, escribió una carta durante la Guerra de Malvinas nada menos que a Margaret Thatcher[2] titulada “Reteniendo las Malvinas”, donde recomienda atacar la Ciudad de Buenos Aires, denominada eufemísticamente “fuente geográfica de semejante acción belicosa”:

“Señora, aunque bien puedo entender que el Gobierno británico no desea mencionar esto, quizá se debiera recordar a Argentina, que ninguna regla del derecho internacional prohibiría responder a otro ataque militar a lo que durante 150 años ha estado bajo la jurisdicción de Gran Bretaña, con algún contraataque a la fuente geográfica de semejante acción belicosa. Ello bien podría resultar una protección más efectiva que convertir las Malvinas en una fortaleza. Un agresor no tiene derecho alguno a exigir que las acciones hostiles queden delimitadas  a la región que él mismo elija. Fielmente, F.A. Hayek. Urachstrasse, 27, d-7800 Friburgo (Breisgau). Alemania Occidental, 10 de febrero”.

Por su parte, el teórico Ludwig von Mises afirmó claramente “No puede construirse una moral social (…) sobre las palabras del Evangelio”.

Y finalmente, el favorito de los liberales Murray Rothbard, sostuvo que la mujer “Tiene dominio absoluto sobre su cuerpo y lo que hay dentro de él”.

[1]Juan Carlos Monedero, lic. por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino. Blog: www.jcmonedero.com. República Argentina

[2] Esta carta la extraemos de un artículo firmado por el Profesor Lucas Carena que, por motivos que desconocemos, no puede hallarse ahora en la web. El artículo se llama Von Hayek y la guerra de Malvinas: de teórico de la libertad a sicario intelectual. Según Carena, en el sitio web de la Thatcher Foundation, en los archivos desclasificados, con el número 117186, se encuentra la fuente de esta carta. El documento se titula: “Hayek letter to The Times” (Holding the Falklands) Britain justified in attack on Argentina.


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