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Tarija vista al espejo

Tarija vive sumida en una profunda crisis sistémica estructural que va más allá de lo ideológico, “va a lo axiológico” (se enfocan más al pedir que al dar - priorizando más el tener que el ser).

A nuestra cultura nos falta autocrítica en nuestro comportamiento social y valor para asumir nuestra responsabilidad como sociedad, que se caracteriza principalmente en solucionar problemas personales y/o familiares a través de los recursos del departamento vía gobernación, municipios y otras instituciones, que permiten un manejo discrecional no transparente de los recursos, con poca incidencia del sector privado (industria vitivinícola, jamón y otras) que más es contrabando y/o economía informal.

No se priorizan políticas públicas de impacto económico social sustentables, que puedan aprovechar todo el valioso talento humano que tiene el departamento y no se vislumbra una clara tendencia de salir por la vía productiva (productos, servicios y conocimiento).

Tarija con el llamado “proceso de cambio” perdió una valiosa oportunidad de “cambiar” como asevera Eduardo Galeano en su aforismo que dice: “Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”, de profunda reflexión. Donde se indica que lo que somos es relativo, no depende de un destino, sino de aquello que seleccionamos o elegimos ser.

El departamento asume una actitud ecléctica, por lo que no puede tener ningún tipo de liderazgo al no tomar posición definida en el contexto nacional, al contrario, (los políticos actuales se apegan a ensayos fallidos como las autonomías y/o jactarse de tener contacto directo con el Gobierno Nacional arbitrario y discriminador con nuestro departamento).

En estos últimos años Bolivia proclamó como estratégicos los recursos naturales como el petróleo, los minerales y otros, como consecuencia de la mentalidad extractivita - rentista de sufrimiento que se mantiene desde la Fundación de la República hasta ahora, como si fuese nuestro destino.

La crisis actual es una oportunidad de análisis, evaluación y creación de alternativas de solución a los problemas actuales de nuestro departamento, que nos obliga a repensar y adaptarnos a los inminentes cambios por los que estamos atravesando.

Se debe proponer un cambio del paradigma ético - solidario de “recibir”, vigente en la mentalidad del ideario colectivo axiológico, por el paradigma ético - solidario de “dar” (pasar del rencor y frustración a la fe y esperanza) encaminada a generar una nueva mentalidad positiva en las nuevas estructuras eficientes y adecuadas en las instituciones del departamento.

Se deben crear un conjunto de ideas innovadoras, viables en su ejecución, indudables e ineludibles del nuevo pensamiento y nuevo diseño de los procesos de la Gestión Pública Departamental con el propósito de lograr transparentar la misma “Cambiar el paradigma del Tarijeño”. Crear las oportunidades requeridas por la sociedad tarijeña en esta crisis sistémica con visión holística - compartida propias de organizaciones inteligentes y conscientes.

 

*Tarijeño


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