Asesinatos a la orden del día
Sin embargo, más allá de las cifras en los últimos días Bolivia vivió un crimen que conmovió a todo el país. Pues una pareja desapareció desde el día de año nuevo y fue encontrada muerta luego de 19 días, los antecedentes del crimen fueron fiesta, bebida, agresión sexual y malos...
Sin embargo, más allá de las cifras en los últimos días Bolivia vivió un crimen que conmovió a todo el país. Pues una pareja desapareció desde el día de año nuevo y fue encontrada muerta luego de 19 días, los antecedentes del crimen fueron fiesta, bebida, agresión sexual y malos amigos.Los cuerpos de la pareja fueron encontrados dentro de bolsas de yute a 250 metros al interior de la bóveda del río por un operativo que realizó la Policía en La Paz. Pero como éste en el transcurso de cada año hay muchos hechos más, cuyo grado de violencia es igual o peor. Hace tres días como si se tratase de una película de policías y ladrones hollywoodense, una familia de la comunidad de Tomatitas fue víctima de un robo agravado en el que cinco encapuchados con armas de fuego entraron a su domicilio y se llevaron todo lo que estaba a su alcance.Tarija lamentablemente no está aislada de este problema, la violencia y la delincuencia se vive en las calles. Ya no podemos caminar tranquilos por la noche o incluso en el día en lugares solitarios sin pensar que podríamos estar corriendo un gran riesgo.Asesinatos, feminicidios y asaltos armados ya se gravan en la memoria popular de los chapacos. Y esto debería llamarnos a tiempo la atención, preguntarnos ¿qué es lo que está pasando? Pero sobre todo ¿qué podemos hacer para frenar estos hechos?Lo siguiente y crucial, y nos compete a todos, es poner la violencia homicida en el centro del debate. Primero, para que los diseñadores de políticas públicas y los gobiernos empiecen a hacer intervenciones más focalizadas y, al mismo tiempo, de más largo plazo. Y, sobre todo, para que la sociedad se movilice y deje de convivir con tasas de asesinatos que no son normales ni aceptables. Estamos entrando al índice de los países con más homicidios. No tenemos que serlo.Sumado a esto se encuentra la baja capacidad del sistema judicial para investigar los homicidios, la dispersión en las cifras y las inaceptables variaciones dadas por sesgos institucionales en cuanto a datos. Esto es un obstáculo en esta tarea. Añadido, todo sistema de justicia penal es selectivo. Atrapa a los más débiles. Tomando conciencia de ello, el Estado debe jerarquizar los delitos que generen más daño social; entre ellos los que impliquen gran violencia contra las personas y los delitos de los poderosos.Pero hay otra cosa más, en Bolivia las cárceles no sirven para “reformar” a nadie. La tasa de encarcelamiento alcanzó límites históricos. Tener más presos no sirve para reducir los delitos violentos, pero sí para iniciar o profundizar trayectos delictivos de vida. Resulta necesaria una reforma legislativa que priorice la rehabilitación de estas personas y se reduzcan las detenciones preventivas con procesos tardíos.Hay muchos problemas que llevan a aumentar el índice de asesinatos en el país, más aún, nada debe impedir que se planteen algunas presunciones y se fortalezcan las labores que permitan continuar con el objetivo ideal de llevar esta pérdida de vidas al mínimo.