La neutralidad de internet en peligro, ¿por qué nos debería importar?

La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de ese país anunció la derogación total de las normas de neutralidad de internet aprobadas por el gobierno de Barack Obama en 2015. Con la anterior legislación, las compañías proveedoras de internet (ISP) estaban en la obligación de tratar a...

La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de ese país anunció la derogación total de las normas de neutralidad de internet aprobadas por el gobierno de Barack Obama en 2015. Con la anterior legislación, las compañías proveedoras de internet (ISP) estaban en la obligación de tratar a todo el universo digital por igual, lo que, en términos políticos, significaba que las autoridades aseguraban que las empresas que suministran el servicio no bloquearan, ralentizaran o discriminaran de alguna manera algún contenido o aplicaciones. Las empresas que suministran el servicio tendrán a partir de ahora la libertad de experimentar con nuevos precios, priorizar o bloquear contenido, sin tener que rendir cuentas, explica Ryan Singel, experto en neutralidad de la red del Centro de Estudios de Internet y la Sociedad de la Universidad de Stanford. Así por ejemplo, antes “un joven programador de un pueblo de Massachusetts que quisiera abrir un blog o crear una aplicación sobre los beneficios de la apicultura” tenía los mismos derechos que un gigante como Google. Pero a partir de ahora, las empresas podrán discriminar a qué usuarios le dan un mayor ancho de banda o a quiénes limitarán o cortarán los servicios.Aunque las primeras consecuencias no caerán directamente sobre los individuos, ya que la forma más rápida de hacer dinero es a través de las compañías que están en la red, sí se reflejará en la “experiencia de internet de los usuarios comunes”, y los servicios que utilizamos en línea, como los de streaming (para ver videos o escuchar música), se volverán mucho más caros. “Netflix, por ejemplo, se volverá más cara. Como tendrán que pagar tarifas más altas por utilizar internet de mejor calidad para ofrecer sus servicios, necesitarán cobrar más a sus usuarios para mantenerlo. Internet se volverá mucho más caro en los servicios por los que pagas”. Otros servicios, como los de ventas en línea, también pueden experimentar una subida de precios: al tener que pagar más por el servicio de internet, subirán también los precios en los productos. Las más grandes, como Amazon, se verían beneficiadas, mientras pequeños emprendedores verán disminuidas sus posibilidades de venta. En pocas palabras, se podría generar un “internet diferenciado” para quienes puedan pagar más y para quienes paguen menos. A su vez, dado que los precios para tener un mejor internet subirán y los proveedores lo podrán controlar a su antojo, habrá menos empresas nuevas en la red, habrá menos variedad, el poder se seguirá concentrando en los gigantes de internet y habrá “menos posibilidades para la innovación y para la pluralidad”, dice el experto. Así, “será una internet más controlada por las empresas más poderosas, habrá menos posibilidades para que emprendedores digitales hagan sus proyectos y limitará en general la libertad y variedad de la red”. Como dijo hace casi un mes en el New York Times el profesor de Derecho Tim Wu, quien acuñó el término en 2002, “sin protecciones básicas de la neutralidad de internet servicios como Skype y Netflix hubiesen tenido una muerte temprana”. Y esto también hará más fácil la censura de opiniones o de información que a estas empresas o a sus “amigos” así les parezca. La era del internet libre y como herramienta del contra-poder podría estarse acercando a su final. Para el resto del mundo los efectos se sentirán de manera más paulatina e indirecta, pero van a llegar. Aunque los principales problemas son dos. Uno, que el precedente que esto genera, para que otros países hagan lo mismo y se vaya sepultando el espíritu original de internet. Y dos, demuestra que el mundo digital y del conocimiento sigue teniendo como epicentro a EEUU, y que cualquier país que quiera ser soberano en estos términos tiene que trabajar duro y rápido en la economía digital y del conocimiento.


Más del autor