Transporte: Con feriado y alevosía

En este periodo los vecinos, particularmente los que viven en los barrios más alejados, han dado muestras de estoicismo cuasi heroico, organizándose para compartir vehículos o taxis, haciendo campito siempre para alguien más, asoleándose hasta que llegaba el taxi trufi deseado y algo vacío...

En este periodo los vecinos, particularmente los que viven en los barrios más alejados, han dado muestras de estoicismo cuasi heroico, organizándose para compartir vehículos o taxis, haciendo campito siempre para alguien más, asoleándose hasta que llegaba el taxi trufi deseado y algo vacío o en demasiadas ocasiones, dándose a la caminata. El objetivo era claro, resistir hasta el final para impedir un incremento de tarifas que es muy significativo para las familias promedios de los barrios trabajadores. No son “cincuenta centavitos” sino un 25 por ciento de la tarifa. Dos pesos al día para la mayoría de los trabajadores que ejercen en jornada partida. Diez pesos a la semana. Cuarenta al mes. Y a multiplicar por el número de pasajeros que tenga la familia.Dos semanas de paro han sido dolorosas para los vecinos, por el cansancio, la reducción de la libertad de movimientos siempre dependiendo de un tercero y también para el bolsillo. El agotamiento hace que algunos ya empiecen a justificar el incremento al compararlo con el gasto extra de las dos despiadadas semanas sin pensar ni por un minuto en el mediano plazo. En 2015 se cedió a pagar dos bolivianos por un servicio nocturno hasta las 23.00 horas que nunca se cumplió a cabalidad y se obviaron las frecuencias, convirtiendo los retornos a casa a las 21.00 en experiencias de riesgo motriz colectiva, con decenas de vecinos y jóvenes universitarios enjaulados en latas de sardinas con ruedas. Sirve como precedente al hipotético compromiso de futuro.El Transporte ha actuado con nocturnidad y alevosía, metiendo un incremento al pasaje en medio de un feriado para aprovechar el desconcierto, la falta de comunicación grupal, la interrupción temporal de actividades creando un precedente dañino para la economía familiar. Si la confianza vecino – chofer era pequeña, con este impase ha acabado de quebrarse. El servicio de Transporte Urbano es netamente privado, pero eso no quiere decir que pueda hacer lo que quiera o contestarle al vecino con un “si quiere paga, si no se va andando”. La Constitución y las Leyes asignan las competencias para prestar ese servicio público al municipio y hasta la fecha se ha saldado con un sistema totalmente opaco de concesiones y pagos sindicales no justificados. Es necesario modernizar el transporte en una ciudad que vive anclada en el principio de siglo ante la inacción de las autoridades que pasaron por el puesto de mando y que decidieron negligentemente eludir su responsabilidad. Es necesario implementar servicios racionales, que sean rentables socialmente y al menos sostenibles económicamente. Eso pasa por la modernización, la implementación de tecnología en el uso del servicio público, con tarjetas ciudadanas y otros métodos que ya se utilizan en ciudades no tan lejanas, establecer tramos, refuerzos, sistemas combinados, pasajes horarios, etc.El transporte es un servicio ciudadano de primer orden y sobre el que expertos del mundo mundial llevan pensando al milímetro como prestarlo no solo sin ser doloso, sino además siendo rentable… Menos en Tarija, donde según el transporte obsoleto, con carburante subvencionado y con una mínima carga impositiva, asegura que trabaja a pérdida en una ciudad que ha multiplicado por dos su población en una década.El Municipio y la Fedjuve llama a resistir, el Transporte se juega la baza del noimportismo chapaco que ya se sentía ayer en las redes sociales. Subir y pagar calladitos. Y qué me importa. Esperemos que al menos las buenas costumbres de ir a trabajar en bicicleta, compartir auto y caminar que se han implementado estos días puedan mantenerse.


Más del autor